Binóculo Nº 237

No ser ingenuos

Un amigo cubano me explicó que hace años Corea le vendió un cargamento de televisores a Estados Unidos. Los televisores fueron devueltos a Corea porque uno de sus componentes, tenía apenas unas micras casi imperceptibles de estaño cubano. Y como eso desata una cadena, Corea les devolvió el estaño a los cubanos e hizo que les devolviera los dólares que había recibido. Un hecho que debió dolerles en el alma a los caribeños porque cada dólar es administrado con sumo cuidado para importar sus necesidades, que son miles y que deben resolver casi de manera cotidiana. Es una muestra de lo que significa un bloqueo, ese con el que Estados Unidos ha pretendido doblegar la voluntad del pueblo cubano.

Recordé el hecho escuchando a Aristóbulo explicar que el barco cargado de azúcar estaba varado en el puerto esperando que la carga fuera cancelada. Que el gobierno tenía los dólares para pagar, pero las artimañas de la banca internacional hacían imposible que el pago se efectuara.

Me contaba un amigo que Pdvsa había comprado unas materias primas y debió desechar la negociación porque le fue imposible pagar, a pesar de tener los dólares para hacer el negocio.

Es una muestra de que la guerra económica es en macro y es en micro.

Las camionetas pasan por los barrios en las madrugadas y recogen a las personas para ser distribuidas en las grandes cadenas de alimentos. Les entregan entre 40 y cien mil en efectivo, dependiendo de la persona y le ordenan "comprar todo". Ya no es producto regulado. Es todo lo que haya para comprar que sea alimentos y productos de limpieza. Por ese día de cola le pagan entre cinco y diez mil bolívares. Quiere decir que esa persona se gana 150 mil en un mes, seis veces el salario mínimo. La pregunta: ¿cuánto dinero se necesita para esas operaciones? ¿Quién tiene semejante cantidad de dinero? Y eso es, obviamente, es parte de una guerra económica.

Las grandes empresas productoras de alimentos del país, siempre negaron que estuvieran incursas en el sabotaje, pero sí lo están. Si tú envasas una tonelada de arroz diaria y de la noche a la mañana producen solo la cuarta parte, es algo planificado. Nada es casual porque la casualidad no existe. Es lo que ha hecho Lorenzo Mendoza con el país y la orden expresa de reducir la producción al máximo. Pero de tal manera que no se paralice la empresa y que a la vez acusen al gobierno de no recibir los dólares para importar lo que necesitan. La realidad es que los dólares que recibió este inefable personaje, los utilizaba para producir en sus plantas en otros países de la región. Un amigo que tiene una licorería me dijo que semanalmente los camiones le dejaban 400 cajas de cerveza. Ahora apenas le dejan 25.

Cuando triunfó la revolución cubana, la gusanera se llevó pesos en cantidades industriales a Miami como una forma de desestabilizar la economía de ese país. La respuesta del gobierno entonces fue el cambio de la moneda, lo que dejó sin piso a la gusanera.

En la última semana, subió 3.000 bolívares el precio del dólar negro para ubicarse en 5.000. Eso sin contar con la barbarie cometida con la moneda por delincuentes que pasan camiones llenos de billetes para la frontera. 285 pesos dan por un bolívar en Bogotá, los bolívares del convenio cambiario Venezuela-Colombia para luego ser cambiados en el banco de la república. La semana pasada el rumor es que había un corralito, sembrado, sin duda, desde la banca, lo que hace que la gente corra a los bancos a sacar dinero para generar una corrida. También el pase de tarjetas de débito en los negocios se estaba convirtiendo en una barbarie de especulación y delincuencia, que fue detenida a tiempo, muy tímidamente diría yo.

Las empresas que regularmente trabajaban hasta el 15 de diciembre, ya cerraron, ya dieron vacaciones colectivas y de paso amenazan a los trabajadores con que no saben si volverán a abrir sus puertas en febrero, porque ahora no abrirán en enero. La excusa es la falta de materia prima. La realidad es que eso no es del todo cierto. Es como decía mi colega argentino: "todos andan en la joda, loco".

Todo eso se acompaña con los sabotajes al sistema eléctrico nacional, las embestidas contra las instalaciones de Pdvsa, los ataques –que ahora conozco- contra Cantv y Movilnet, que de paso se suman a la incompetencia de esas empresas estatales.

Hay además, un peligroso envenenamiento contra la clase trabajadora, inculcándoles una sarta de mentiras, o de hechos que no se corresponden con la realidad.

Nada de lo que está ocurriendo es novedoso. Aún lo aplican en Cuba y lo aplicaron en el Chile de Allende. Es la más terrible de las guerras, cuando se arrincona a un país por sus necesidades.

Dos elementos debo resaltar de esta realidad tan cruda y que será para largo porque el enemigo tiene el firme empeño de acabar con el proceso a como dé lugar.

Uno) No puede haber sorpresas en este proceso. El gobierno debe anticiparse a todo los hechos que puedan ocurrir. Lo ocurrido el viernes es una ingenuidad imperdonable. El gobierno no termina de entender que esto es una guerra. Y las guerras se tratan de vida o muerte. ¿Por qué no son público los nombres de los gerentes de Credicard? ¿Por qué no se explica con lujo de detalles como funciona ese centro de la delincuencia cibernética? Y una cosa más. Es más ingenuo aún creer que la banca no está metida en todo esto. De hecho, es la gran orquestadora de toda esta barbarie. Desde allí se planifica y se ejecuta. Es la banca la que decide el movimiento de liquidez y la que obstruye o permite todas las operaciones electrónicas. Por ello, no tengo duda de la complicidad interna en el gobierno. Los enemigos disfrazados de amigos. Los que hablan del proceso y se llenan la boca con el nombre Chávez, pero actúan en contra de todo lo que huela a chavismo. Esos expertos están, sin duda, interconchupados con todo el sistema financiero y reciben jugosos beneficios de allí. Fueron ellos los de la idea que luego sembró Julio Borges de entregarle las viviendas del gobierno a la gente, para que luego la banca se las quitara.

Dos) Creo que todos estamos convencidos de que esta oposición no tiene idea de lo que es la política, ni el debate, ni la confrontación de ideas, ni el juego democrático. La esencia de ello es porque no saben de política. Y el que sabe de política de todos ellos, Henry Ramos, aúpa la violencia por su desesperación pues sabe que el tiempo se le agota. Es una oposición que no cree en absolutamente en nada que no sea la violencia y está convencida de que salir del gobierno pasa por generar un baño de sangre en el país. Ello, a pesar de las encuestas que evidencian que el venezolano no quiere más problemas, sino que le resuelvan los que existen. Esta oposición ha demostrado suficientemente que no quiere nada por la vía del entendimiento. Y están más angustiados que nunca porque han sido derrotados en todos los frentes, económicos, políticos, internacionales y de masas. El llamado a la paz es una necesidad y una estrategia que le ha funcionado al gobierno, pero no todos quieren la paz y ante los hechos debe estar presente la mano dura del gobierno. Entre sus planes, se asegura que pretenden desatar nuevamente una espiral de violencia que comienza el 6 de diciembre. Si no hay una respuesta contundente, habrá problemas.

Las guerras son trágicas. Ninguna es buena. Todas hacen mucho daño, directo e indirecto, además de las graves secuelas que dejan. Nadie puede querer eso. Y el solo hecho que se pretenda utilizar la violencia para obtener un objetivo, es de por sí un acto de inhumanidad despreciable.

Falta mucho todavía. Aún no hemos vivido los tiempos peores. Esto será mucho más difícil todavía de lo que hemos vivido. Ahora, más que nunca, requerimos una vanguardia que se prepare para enfrentar los retos. Pero ésa, no está.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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