La actual crisis económica, política, social que estamos viviendo, es sin duda el resultado de múltiples factores, por un lado la derecha venezolana con sus recetas emanadas desde el norte, han incidido de manera contundente en tal situación; empresarios que no producen, desvían sus productos o los aumentan a precios nada justos, Dolar Today debilitando nuestro bolívar, el Citibank en ataque continuo, los medios de comunicación privados haciendo lo suyo, el bloqueo económico internacional impuesto solapadamente, y lo más reciente Credicard saboteando la plataforma de la banca electrónica, entre otras cosas. Todo con la finalidad de poder neutralizar los grandes avances de la Revolución y hacerle sentir al pueblo, que a pesar de todos los beneficios obtenidos en la V República, tengan la necesidad de volver al pasado, en un futuro cercano. Pero eso no sorprende para nada, es una cosa esperada, el imperialismo tratará de imponerse y reconquistar su patio trasero, para seguir ejerciendo el dominio a través de sus lacayos a lo interno. Sin embargo, lo que realmente es de cuidado y hace mucho daño, es que no se puede construir el socialismo, con las armas melladas del Capitalismo. Podremos inventar los más audaces instrumentos para consolidar y caminar de manera decidida al socialismo (misiones, marco legal, etc.) pero; de nada servirán, si los que manejan dichos instrumentos no están comprometidos a implementarlos, y peor aún; si su pensamiento y corazón están al servicio del Capitalismo o de ellos mismos y no del colectivo. No podemos vestir de rojo, cuando nuestro espíritu mira al lado contrario. Estamos obligados a recurrir a Gramsci y sepultar de una vez por todas lo viejo, para que florezca un nuevo Estado, sin duda alguna existen muchos intereses contrarios a concretar el socialismo de manera real. Nuestro Comandante Eterno, marcó el rumbo hacia el Estado Comunal, pero todavía falta mucho por andar en cuanto al Poder Popular. Sin duda alguna es una meta difícil de alcanzar. La dificultad de instalar un Modelo de Estado que proporcione la mayor suma de felicidad a los habitantes de un país, es directamente proporcional a las riquezas de dicho país, mientras mayores riquezas tenga, habrá más personas queriendo hacerse de estas, sin ninguna intensión de pensar en los demás (que EL PUEBLO se joda).
Yo no tengo dudas en que el Camarada Presidente Maduro, hace un esfuerzo por seguir los pasos del Gigante Chávez y ha demostrado ser digno hijo de éste. Desde la llegada de la Revolución, se han logrado muchísimas cosas y para muestra ya pasamos la vivienda 1.200.000 entregada, un logro verdaderamente Revolucionario. Apenas estamos comenzando a dar los primeros pasos para dejar de ver al socialismo como utopía y cristalizarlo de manera real y palpable.
Para lograr enrumbar el barco y llevar todos los pasajeros a puerto seguro, se necesita que el Capitán este acompañado de una buena tripulación, que la tripulación este comprometida y haga todo lo posible para poder librar las tormentas y obstáculos que se presentarán a lo largo del recorrido. Apreciado Capitán, es tiempo de revisar algunos de sus más cercanos tripulantes, se deben ratificar a los que han demostrado con sus acciones y no con discursos, la lealtad a la Revolución, a Nuestro Máximo Líder Hugo Chávez, a usted camarada Presidente, pero, sobre todo al Pueblo venezolano, que no pierde la esperanza de construir la Patria Bonita con la que soñamos. No podemos esperar que tengamos un motín a bordo, ya algunos traidores han mostrado la cara y saltan del barco como ratas. Todavía, esperamos la aplicación de las 3R, acabar con la corrupción y el burocratismo es una imperiosa necesidad, pues son células malignas las cuales se deben extirpar a tiempo y evitar su metástasis, de lo contrario, sería el fin del Proceso Revolucionario. Camarada dentro de su gabinete hay funcionarios que con sus acciones o simplemente con no hacer nada, parecen militantes de la más radical derecha o por lo menos crean el mismo efecto. Creo que para que una Revolución triunfe, más que los instrumentos o las armas que tengamos, es necesario que nuestros mejores hombres y mujeres empuñen dichas armas, y no solo debe implicar un alto grado de preparación y formación; sino, sobre todo de compromiso con la causa y con los más necesitados.
Tenga la seguridad de que cuando un pueblo toma la determinación de ser libre y soberano, no habrá fuerza en el mundo, por más poderosa que sea, que pueda someterlo y esclavizarlo.
Dejo por ahora, hasta aquí, esta reflexión.