¿Qué espera la izquierda revolucionaria?

Creo posible y más que necesario formular hoy la hipótesis del enflaquecimiento progresivo de las condiciones objetivas generales de una ruptura revolucionaria socialista en Venezuela desde hace algunos años. Tres o cuatro años, podemos decir, sin embargo que sea prácticamente consensual en los análisis políticos más serios que se encuentra en Venezuela aún hoy el cuadro más agudizado de las luchas de clases en todo el mundo, en lo que las clases fundamentales de la sociedad capitalista – burguesía y proletariado – se ponen en confronto directo e abierto por el poder.

Pero lo que ocurre a ojos vistas es que aquellos momentos favorables al salto histórico revolucionario de instalación de un estado proletario, de lo que hablaran Marx y Lenin, de mucho que se repitieron y se repiten como que se banalizan progresivamente, pasan a ser percibidos por el proletariado como parte de la regla del juego, de alguna absurda lucha por la ‘hegemonía’ al gusto de los reformistas y de los neo-reformistas gramscianos. Si se mantiene este cuadro estratégico estaremos caminando inevitablemente al matadero.

¿Por qué eso? ¿De quién es la culpa? Del bolivarianismo, del chavismo? Por favor. Lo que la mayor parte de la izquierda no comprende, hasta que haga la necesaria superación dialéctica de sus claves metafísico-idealistas, es que el bolivarianismo ya hizo, al límite, lo que podría hacer en cuanto un proyecto socialdemócrata radicalizado. En este sentido, su inigualable mérito histórico fue el de instalar una situación estratégica de radicalización de las luchas de clases en el país. Si no se comprende la naturaleza de este planteamiento estratégico conquistado por el chavismo no se estará entendiendo nada. Combatir el chavismo y, en el caso concreto, centrar fuerzas en al combate a Maduro equivale, al mínimo, a intentar una aproximación igual mecánica que primaria con la estrategia de las Tesis de Abril, de Lenin, de ataque frontal revolucionario al gobierno Kerenski. Ya se quedan trágicos los intentos de la izquierda no marxista de repetir la historia.

Otra vez Lenin: la revolución solamente es posible cuando los de arriba no pueden y los de abajo no pueden vivir como antes. Podemos decir que la coyuntura venezolana expone las gigantescas dificultades políticas por que pasa la burguesía venezolana y los agentes económico-ideológicos imperialistas en el país. Es posible, incluso, hablar en un doble poder político-estatal en el país, con los poderes ejecutivo y judiciario en manos del bolivarianismo-chavismo y, de otro lado, el poder legislativo dominado por una derecha fascista. Eso da la exacta medida de la radicalización de las luchas de clases en Venezuela. Radicalización que, a mirar los ejemplos históricos, solamente podrá resultar en una confrontación de fuerza, militar, incluso por la crisis cíclica profunda por la que pasa el capitalismo en nivel mundial.

Es por todo eso que podemos garantizar que parte – la mayor parte – de la izquierda venezolana pierde tiempo. En realidad, lo que asistimos es que esta izquierda da las espaldas a la realidad concreta, a la situación estratégica concreta. Sin una estrategia materialista no hay que hablar de tácticas materialistas. La más trágica realidad es que el materialismo solamente podrá se hacer presente en las estrategias revolucionarias, las que pretenden ser revolucionarias, si tenemos el marxismo-leninismo como punto de partida y de llegada. Y, considerada en ámbito mundial, la izquierda desgraciadamente no es marxista, incluso – ¿y por qué no? – en Venezuela. Hay fuerzas políticas marxistas-leninistas, como el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), pero aún minoritarias. Como revolucionarios, tenemos creemos que, por lo camino que sea, el marxismo será la fuerza de la lucha viva, la arma revolucionaria del proletariado venezolano. Este artículo trabaja en este sentido.

Tenemos escrito en este espacio aquí en Aporrea que la crisis venezolana hace mucho ingresó en una etapa militar sin retorno. Y lo reafirmamos. Pasó hace mucho el tiempo de los grandes debates económicos – hablar hoy como tarea central, por ejemplo, de la necesidad de industrialización del país es el más puro economicismo reformista, que, claro, solamente es útil a la burguesía. Centrar la lucha en la búsqueda por hegemonías en aparatos sindicales es vivir en otro mundo que no el de la Venezuela de hoy. No quiero parecer profesoral, pero sería mui útil, eso sí, una consulta al "Programa Militar de la Revolución Proletaria", de Lenin.

¿Qué hacer? Nosotros los marxistas no tenemos miedo de exponer nuestros puntos de vista. No nos consideramos, también, pretensiosos o dueños de la verdad. Pero los comunistas, dijo Marx, no ocultan sus objetivos.

Desde, entonces, nuestro punto de vista se trata hoy en Venezuela de adoptar una estrategia política de naturaleza militar. Hay que centrar, creemos, esfuerzos y fuerzas en trabajar en las FANB, en el armamiento de las comunas, en las milicias bolivarianas y en las milicias populares, todo eso en búsqueda de la unidad militar del proletariado. Todo lo resto es secundario. Los venezolanos ya nos dieron más que suficientes pruebas de su combatividad y heroísmo. Seguro sabrán lo que hacer.

leoleal46@uol.com.br

¡Venceremos!

Leovegildo Leal es militante del Movimento Marxista 5 de Maio-MM5/Brasil

 

 



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