El CEJAP y El Amparo

Como el Comando Específico General en Jefe José Antonio Páez, CEJAP, estaba por cumplir un año de creado y no había reportado alguna actividad represiva en la zona apureña, el Comando Superior le llama la atención temiendo que de seguir sin mayor efectividad podría ser eliminado, por lo que se decide hacer un operativo donde, a la fuerza, hayan muertos. Es así como se planea una operación llamada Anguila III para el día 29 de octubre de 1988 en el caño La Colorada; aduciendo que según labores de inteligencia señalaban que por ese lugar se había visto presencia de guerrilleros. Es así como bajo el mando del Capitán de Corbeta de la Armada Venezolana Alí Coromoto González, se designa los integrantes de esa comisión, por el ejército: El Maestro Técnico de Primera Ernesto Morales Gómez, conocido también por el alias de El Mono, el Sargento Técnico de Primera Omar Antonio Pérez Hudson y el Sargento Mayor de Segunda Salvador Ortiz Hernández. Por la DISIP participan: Comisario General Andrés Alberto Román Romero, alias Mario, el Comisario Maximiliano José Monsalve Planchart, el Inspector Jefe de la Unidad Vecinal Celso José Rincón Fuentes, el Inspector Jefe Carlos Alberto Durán Tolosa, alias Cocoliso, el Inspector José Ramón Zerpa Poveda, el Inspector Luis Alberto Villamizar, el Subinspector Franklin Gómez Rodríguez, el Subinspector Omar Gregorio Márquez y el Detective Tonny Richard Urbina Sojo. Por la PTJ participan: El Subcomisario Florencio Javier López, el Inspector Jefe Edgar Arturo Mendoza Guanaguaney, los subinspectores Alfredo José Montero y Jesús Rafael Rodríguez Salazar, junto a Daniel Virgilio Vitanare Gómez, Agente Principal y Gerardo Rugeles Molina, Sumariador III.

La actuación de esta comisión del CEJAP en La Colorada fue muy simple, pues con tan solo avistar a la embarcación con los 16 pescadores a bordo; se da la señal de disparar. De manera que ese 29 de Octubre en el caño La Colorada, alrededor de las 11 de la mañana, 16 pescadores que viajaban en una lancha en busca de Coporo fueron atacados, 14 de estos pescadores no regresan vivos pero, para desgracia de los asesinos del CEJAP, José Augusto Arias y Wolmer Gregorio Pinilla sobreviven; y cuentan cómo fue aquel cobarde ataque. El Mando Superior de la unidad del CEJAP que efectuó el operativo en La Colorada, estaba conformada por el Coronel Ejército Enrique José Vivas Quintero, Comandante General del CEJAP y por el General de Brigada Ejército Humberto Antonio Camejo Arias, Jefe de la Segunda División de Infantería y Guarnición del Estado Táchira; a la cual estaba adscrito el CEJAP. El gobierno de Jaime Lusinchi, insistía en que se trató de un enfrentamiento contra un grupo guerrillero de Colombia. No obstante José Augusto Arias y Wolmer Gregorio Pinilla, sobrevivientes de las masacre, lograron llegar al pueblo y allí fueron protegidos por los habitantes de El Amparo hasta que llegó el diputado venezolano Walter Márquez junto con un Fiscal del Ministerio Público trasladan a San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela, a los únicos testigos de la masacre de El Amparo; en San Cristóbal son protegidos por autoridades regionales y locales.

Las 14 personas asesinadas en el caño La Colorada fueron señaladas como guerrilleros, pero en el sitio donde aparecen muertos sus vestimentas no eran las propias de los guerrilleros de la época, además de que no se les encontró ninguna munición ni armamento; es el testimonio de los dos sobrevivientes que hace que la opinión pública nacional se sienta burlada tanto por los jefes de la operación como por el propio Presidente Jaime Lusinchi, quien avaló públicamente la versión de la comisión asesina. Los medios de comunicación, que por muchos años permanecieron callados y no investigaron las muertes anteriormente ocurridas en otros operativos para asesinar, al producirse la matanza de La Colorada se vieron obligados ante las públicas evidencias hacer mención del caso de El Amparo. La maniobra del gobierno del adeco Jaime Lusinchi de calificar de guerrilleros a las víctimas, también fue respaldada por la Asociación de Ganaderos de la zona, los voceros de esta asociación ella afirmaba que esas muertes iban en pro de la paz del lugar; pero con el pasar del tiempo esas mentiras se fueron desmontando una por una.

Diciembre de 2016



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José M. Ameliach N.


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