(Para "suavizar" la insurrección popular)

Otros "Shannons" estuvieron presentes el 18 de octubre del ’45 y el 23 de enero del ‘58 en Caracas (I)

I. Siempre los "emisarios" yanquis han merodeado Miraflores

En efecto, han estado en todos los "golpes de Estado" en Venezuela desde hace más de cien años con el propiciado por Gómez a su compadre Cipriano Castro en diciembre de 1908, a Medina en 1945, a Gallegos en 1948, en el asesinato de Carlos Delgado Ch. en 1950, en el derrumbamiento de Pérez Jiménez en 1958, en el derrocamiento de Chávez en 2002, en todo el proceso de la "guerra económica desde 1999 hasta el presente y ¡cuidado!, Shannon no vino a decirle a la MUD que se portara bien ni a celebrar el cumpleaños de Maduro.

A los "gringos" como Obama y muchos otros mandatarios estadounidenses, al igual que a connotados pitiyanquis criollos no les gusta rememorar la historia, sobre todo aquellos episodios donde han tenido incursas sus manos cómplices. Los monopolios imperiales, británicos, galos y norteamericanos hicieron presencia en la Venezuela decimonónica desde los años del guzmanato, allá por la década de 1870, cuando el "Ilustre Americano" empezó su acelerado empeño de la modernización del país, paralelo al de su enriquecimiento personal insaciable. Y años después, atrincherados desde sus fortalezas petroleras y la complicidad de la opípara burguesía y oligarquía petrolera nacional, manejaron a su antojo las pretendidas regulaciones de los funcionarios de Gómez: Gumersindo Torres, Pedro Manuel Arcaya, Manuel R. Egaña… sobre la explotación del negro mineral.

Durante los días inmediatamente anteriores al Golpe de Estado contra el Presidente Medina Angarita, funcionarios de la Embajada gringa y de la siempre presente Agregaduría Militar estuvieron intercambiando información de "inteligencia" con personeros del Ministerio de la Defensa y sobresalientes dirigentes adecos. Por supuesto que conocían perfectamente a Diógenes Escalante, afecto a Rómulo Betancourt y su círculo inmediato, y al candidato emergente, Dr. Ángel Biaggini, a quienes habían investigado hasta la marca de perfumes que usaban a diario; este último, postulado por Medina, la había ganado en el PDV, con 272 votos a favor, en oposición a López Contreras quien sacó 3 votos y Úslar Pietri 2. Ya se sabe el desenlace de esa candidatura y las razones de fondo: a los petroleros no les había caído en gracia la Ley de Hidrocarburos de 1943, con el anunciado fifty-fifty de por medio, así como el contenido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de 1942, y menos aún el cese del otorgamiento de más concesiones. Era inaceptable un candidato con escasas posibilidades de ser derrotado, seguidor de la política de Medina. No fue difícil convencer a Betancourt que se sumara a la conspiración, y mucho menos al puñado de oficiales que, preparados en el exterior, creían que el país no podía seguir en manos de militares formados bajo la inspiración gomecista.

II. Con Betancourt hay neocolonización en ciernes

Aunque la política de neocolonización de Venezuela se profundiza a partir de 1960, veamos qué sucedió un poco antes. Tal como señala Federico Britto Figueroa (FBF): "los monopolios internacionales, especialmente los norteamericanos, aprovecharon la década de la dictadura perezjimenista 1948-1958, no solamente para centuplicar sus beneficios y para penetrar en las instituciones fundamentales del Estado venezolano, sino para realizar estudios en profundidad sobre el carácter nacional, las motivaciones del hombre venezolano, la estructura de clases y los conflictos sociales". No es accidental, y así lo afirma FBF, que desde 1949 legiones de sociólogos estadounidenses llegaran a nuestro país en búsqueda de materiales para las investigaciones patrocinadas por la Fundación Ford, la Fundación Rockefeller o uno cualquiera de los Departamentos de las universidades yanquis, interesadas en el estudio de América Latina. Precisamente en 1952, la Creole auspiciará la organización de un ""Departamento de Sociología y Antropología"", luego Escuela, de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales en la UCV (FBF, 1996, Tomo III, p. 719-20). Estos adelantados no habían venido ni de improviso ni por espontaneidad; ya en 1947, durante su primera presidencia, Rómulo Betancourt había sostenido conversaciones con Rockefeller para ampliarle posibilidades de negocios en el país.

Para esta fecha, las compañías petroleras poseían 4 millones de hectáreas con fines de investigación y explotación del subsuelo. En 1947, Rockefeller firma un convenio con el Gobierno nacional y crea la Corporación Venezolana de Economía Básica (Bs. 100 millones) para fundación de empresas agrícolas de capital mixto. Y en 1963, esa empresa, sin participación de capital nacional, era una de las monopolistas de la industria láctea en el país al tiempo que controlaba la ganadería lechera de Perijá en el Zulia, información ésta que recogen Orlando Araujo en su obra Venezuela violenta (BCV, 2013, p. 42) y L. F.Chávez (1963), en Geografía agraria de Venezuela. Caracas, UUCV, p. 175). Betancourt ya mostraba su amor por la bandera de las barras y las estrellas.

III. ¿Cómo tumban a Gallegos?

Aquí acudimos a la fluida pluma de José Sant Rotz (1). Éste nos ilustra con una serie de pasajes que retratan de cuerpo entero a una serie de personajes de nuestra picaresca política. Comienza por señalar, después de una amplia y profunda explicación de los entreveros sucedidos entre 1941 y 1948, las intrigas y misceláneas más grotescas imaginables. Lo que sigue son palabras de este historiador.

Con una alocución radial de Pérez Jiménez cae el gobierno. Como Gonzalo Barrios hubiese amenazado a los golpistas con sus sindicatos armados y las milicias de su partido, se esperó una reacción. Pero nada. Ni siquiera la base militar de Maracay, ni la Policía Municipal ni la Seguridad Nacional.

El Golpe es recibido fervorosamente por el pueblo, y se salió a la calle como adelantándose las fiestas navideñas, quemándose cohetes y la gente abrazándose fervorosamente en la calle. Jóvito, Caldera y el PCV apoyaron el cuartelazo, y numerosos empresarios corrieron a Miraflores para respaldar la acción. Entre los primeros que corren a asilarse están Braulio Jatar Dotti y Malavé Villalba, que incluso lo hacen antes de que se dé el Golpe. Muchos se dejaron poner presos como corderitos.

Se va de bruces el gobierno, y toma el mando otra junta militar encabezada por Carlos Delgado Chalbaud. Precisamente para ese día se encuentra en el despacho del presidente una lista escrita a mano con las audiencias del día (24 de noviembre): La encabeza Mario Briceño Iragorri. En el patio del palacio hay una serie de personas detenidas. Se oyen voces de súplica, de pronto la de don Mario que grita: "¡Laureano!, ¡Laureano!, ¡por favor diles que no me detengan! ¡Yo no soy adeco! ¡Tenía una audiencia con el presidente!"

Ningún adeco salió a defender al pobre Gallegos que lo llevaban y traían como a un monigote; en realidad, por las calles de Caracas se encontraron centenares de carnets de AD destrozados. Tanto Betancourt como Gallegos aceptaron esta tragedia personal como una natural reacción y condena por lo que habían hecho contra Medina. Lo más cruel era que el hombre en quien Gallegos más había confiado, Carlos Delgado Chalbaud, era quien precisamente había servido de ejecutor de aquel mazazo.

En pocas horas cogieron presos a casi toda la plana mayor de los adecos, no entendiéndose la magia de Betancourt para esconderse. La cárcel Modelo de Caracas quedó atestada con personajes como Leoni, Ricardo Montilla, Ruiz Pineda, Pérez Alfonzo, Prieto Figueroa, Anzola Anzola, Raúl Ramos Giménez, Alberto Carnevalli, Luis Augusto Dubuc, Luis Lander. Toda esta gente contaba con que el Departamento de Estado reaccionase severamente contra los golpistas. Estaban seguro por la relación importante que Betancourt tenía con los personeros de Washington, pero resulta que en el negocio de la repartición nacional, ya Pérez Jiménez se les había adelantado. Nunca en América Latina, desde 1830 hasta 1998 (a excepción de Fidel Castro), alguien ha ejercido el cargo de presidente de la República sin el expreso consentimiento del State Departament. De modo que esas monsergas que nos metieron a nosotros los fulanos reformistas y anti-imperialistas no fueron sino consejas de viejas. Ya para el 21 de enero de 1949, los Estados Unidos habían reconocido al gobierno de Carlos Delgado Chalbaud. Harry Truman mandó a hacer morcillas a Andrés Eloy Blanco y Gallegos, cuando en sendas cartas le solicitaban intercediese por ellos.

Llama sobre manera la atención el descrédito horrible en que había caído el gobierno de Gallegos, que hasta José Rafael Pocaterra pasa a ocupar un cargo importante en el nuevo régimen de facto, como embajador en Washington. Trabaja con Pocaterra, Pedro Estrada, siendo subalterno de éste Miguel Angel Burellis Rivas.

Cuando derrocan a Gallegos, entre los primeros en presentarse a Miraflores para ofrecer sus servicios al nuevo gobierno, se encuentran Rafael Caldera y Jóvito Villalba. Van a solicitar gobernaciones para sus seguidores, y se mostraban, a decir de Alirio Ugarte Pelayo, contentos y eufóricos. Caldera estaba gratamente impresionado por el valor y el carácter de Pérez Jiménez. "Es todo un jefe", decía, "lo que el país necesita para salir del caos", lo que le permitió concluir a Alirio Ugarte Pelayo: "Como ves, el líder copeyano está en buena disposición y no sufre con la ruptura del llamado hilo constitucional. Si le ofrecen un Ministerio es capaz de sacrificarse una vez más por la patria"[14].

Este golpe del 48 había recibido apoyo del coronel Adams, agregado militar norteamericano en Venezuela. Pronto la Junta Militar dispuso entre sus propósitos primordiales: 1- Respetar los cuadros internacionales. 2- Ser anticomunista y 3-Romper inmediatamente relaciones con la Unión Soviética. Es decir que era una especie de continuación del modelo adeco en el poder.

Es necesario advertir, que el poder económico que desde Washington había echado a Medina Angarita, había ahora trabajado para derrocar a Gallegos. Los militares como Carlos Delgado Chalbaud y Pérez Jiménez, habían enviado a EE UU al escritor José Rafael Pocaterra para llevarle al Departamento de Estado un pormenorizado informe del horrible trastorno en que AD estaba sumiendo a la nación venezolana. En este informe se habla del peligro que corre Venezuela de verse convertida en el primer centro comunista de América Latina. Que se hace imperioso detener los desquicios del gobierno de Gallegos, so pena de que los gringos luego tengan que contener un incendio civil que abrace Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, como en los tiempos de la Guerra de Independencia. Que se les dé pues a los militares puerta franca para detener a tiempo este desbarajuste.

(1) https://www.ensartaos.com.ve/es/2016/08/02/senores-ignorantes-gallegos-lo-derroco-harry-truman



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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