Crónicas desde el borde III

La MUD o El jardín de discursos que se bifurcan

La argumentación debe producir razonamientos en pos de hallar cierta validez apegada a la verdad, o al menos a lo verosímil. Parafraseando a Habermas en "Teoría de la acción comunicativa"

Jorge Luis Borges, el célebre escritor argentino, escribió en 1941 el maravilloso relato titulado: "El jardín de senderos que se bifurcan"; en este cuento, transversalizado por una "ficción verosímil" se hace dudar al lector sobre la posibilidad de que lo extraordinario que se cuenta sea una invención, ya que el relato cumple con todos los principios de verosimilitud clásicos que desde Aristóteles en "Poética" se han esgrimido para que una acción, sustancia de toda narración, sea creíble por quien la lee o escucha; siendo la esencia de la verosimilitud aquello que podría ser verdad porque su adecuación entre discurso y acción es total; algo cercano a lo que en lingüística se reconoce como coherencia discursiva y que remite, no sólo a una cohesión sintáctica entre los elementos que forman un enunciado, sino a un tejido semántico armonioso.

Pero además de esto y adentrándonos en la trama del cuento borgiano, la posible existencia de un laberinto infinito, así como la de una novela sin fin que llevaría por título el mismo del cuento al que hacemos referencia, están contadas con tal propiedad y apegadas a la "verdad posible" que cuando terminamos de leerlo nos entra una extraña nostalgia por recrear ambas propuestas babélicas en ese multiverso borgiano donde todos los sucesos podrán darse simultáneamente en ejes paralelos de tiempo y espacio, y sin cuestionarnos su naturaleza de verdad.

Quise remitirme a este magnífico cuento de Borges para tratar de elucidar un poco lo que, a mi entender, sería la imagen en espejo de un hecho extraordinario que se ha dado en nuestro escenario nacional de acciones políticas recientes, debido a una ausente verosimilitud que carece de una mínima coherencia o adecuación entre discurso y acción. Ese "suceso" se refiere a la actitud que ha tenido la MUD con respecto a la llamada "Mesa de diálogo entre Oposición y Gobierno" que se inauguró a las apuradas y de manera confusa un domingo 30 de octubre del presente año y que se consumó en una serie de acuerdos preliminares, mucho más borrosos para los opositores venezolanos el sábado 12 de noviembre, fecha que muchos jamás olvidarán por haber sentido que, a partir de ese día, se iniciaba "un camino culebrero" del cual no se tenía la más mínima orientación por empezarse la travesía con los ojos vendados. Ya veremos que lo que trataré de demostrar a través de esta nota no es sólo el carácter en espejo (inverso) del relato, en su estructura formal, que ha ido urdiendo la MUD con respecto al cuento de Borges, sino que las semejanzas con ese laberinto infinito y con esa novela interminable que se narran en el cuento, también se presentan en la narrativa de la MUD, sin la maestría del escritor sureño para hacernos creer que sí es posible que existan ambos proyectos de manera coherente en un relato.

A estas alturas del "estado del arte", nadie podría dudar de que la Mesa de la Unidad Democrática se ha adentrado en un laberinto sin fin y en una historia interminable, pero no sólo porque el Gobierno le ha dado un pase VIP para conocer angustiosos vericuetos de incertidumbre y displicencia, sino porque esa Mesa de la Unidad ha erigido para sí y sus seguidores una fastuosa Torre de Babel en la que se hablan miles de lenguas desconocidas por los usuarios del código lingüístico que, ya en este momento, no se sabe cuál es. Entonces estaríamos hablando de un conflicto "doblemente articulado": interno, por carecer de alguna claridad discursiva que oriente a la gente que ha apostado por ellos; y externo porque se ha dejado encantar por unas maniobras verdaderamente laberínticas de un gobierno que lo que necesita es ganar tiempo para, idealmente, revertir cualquier derrota electoral que libraría a mediano plazo. Ese es el "quid" del asunto que ha hecho que la MUD haya perdido seguidores en las últimas semanas; entre ellas hemos evidenciado posiciones firmes de disidencia interna pero absolutamente coherentes como la del partido Voluntad Popular, agrupación política que podría mantener una discursiva sediciosa para el Oficialismo pero que ha sido consecuente con sus principios.

Y tal vez esta posición de Voluntad Popular se haya vislumbrado a mediados de septiembre de este año cuando se develaron las inexplicables reuniones a "puerta cerrada" entre la MUD y el Gobierno en las que se discutió, entre los cinco puntos que se habrían propuesto, la liberación de todos los presos políticos, con excepción de Leopoldo López, líder de este partido, que saldría "inhabilitado políticamente". Esto fue expresado por Cliver Alcalá en una entrevista que le hiciera el portal de noticias: "Caraota Digital: https://www.youtube.com/watch?v=2flN65z6G14&feature=youtu.be

De ser ciertas las palabras de uno de los voceros del "chavismo crítico", es razonable que dicho partido mantenga firme su posición, entre otras razones, porque cabría hacerse la pregunta acerca de qué voceros de la MUD estarían negociando, convenientemente, una inhabilitación política de Leopoldo López que lo sacaría del staff de presidenciables ante una eventual transición política. Por otra parte, es indudable reconocer que con el paso del tiempo, los resultados de esos acuerdos abstractos del 12 de noviembre no han pasado de ser una entelequia porque no se han concretado, salvo por la liberación exigua de algunos presos políticos a quienes Ocaríz, en otro desliz del verbo propio de la nueva MUD, llamó "personas detenidas"; asunto que será motivo para una nota aparte que escribiré prontamente.

Pero alejando por un momento este asunto espinoso de los presos políticos, hay un tema urgente que no se ha resuelto mínimamente desde el 12 de noviembre hasta el presente, ni siquiera en acercamientos entre empresarios, farmacéuticas e industriales, y es el del desabastecimiento de medicinas, insumos médicos y alimentos que los venezolanos de a pie (porque quienes van a hacer sus compras en aviones privados a Aruba no entran en este laberinto borgiano) no hemos aminorado, salvo por la ya instaurada y capitalista salvaje medida de los "Planes de Abastecimiento Complementario" en los que, sin ningún pudor y ante un ausente SUNDEE, vemos productos a precios del tan criticado "Dólar Today", auspiciados por el Ejecutivo nacional con una sonrisa descarnada en la que un kilo de arroz puede llegar a los 3.000 bolívares; cito este rubro por ser uno de los que más consume el venezolano.

Ahora bien ¿qué podríamos deducir de esta exposición, sucinta por demás, de dos hechos que se acotaron en la Mesa de Diálogo? Que no se han materializado de la manera perentoria que muchísimos venezolanos requieren para pacificar al país, por una parte, y resolver dos problemas de subsistencia básica o de garantía de vida. Ante esto cabría preguntarles a los voceros de la MUD que se sentaron bajo la mirada panóptica del Vaticano, si realmente ha valido la pena ceder su credibilidad y la verosimilitud de su narrativa ante sus seguidores. Entiendo que ante el temor de ser etiquetados maniqueamente como "terroristas", "golpistas" y "demás yerbas" por el Ejecutivo, han desplazado su discurso hacia una bifurcación peligrosa que los instauraría en un inmenso laberinto del cual podrían no salir o, quedar impresos en las páginas de una novela sin desenlace en la que el venezolano opositor, y que ahora parece ser mayoría, estaría arrastrado sin haberlo decidido.

Me atrevo a referir que allí reside el meollo de las críticas de muchos intelectuales de Oposición que han alzados su voz desde el primer momento en que supieron de estas "negociaciones", citaré dos casos por ser dos escritores a quienes leo con sumo placer por lo bien hilvanados que son sus discursos: Alberto Barrera Tyszka, quien el 13 de noviembre escribió su excelente nota: "La esperanza no se improvisa" http://prodavinci.com/blogs/la-esperanza-no-se-improvisa-por-alberto-barrera-tyszka/?platform=hootsuite y el talentosísimo Willy Mckey, quien ha escrito dos textos extraordinarios, profundamente auto-críticos como: "La Mud y su flaco ejercicio de la narrativa": http://prodavinci.com/blogs/la-mud-y-su-flaco-ejercicio-de-la-narrativa-por-willy-mckey/ y "La MUD y el error de quemarnos la lengua": http://prodavinci.com/blogs/la-mud-y-el-error-de-quemarnos-la-lengua-por-willy-mckey/

No en vano hace días manifesté públicamente que era tiempo de que quienes veníamos de la izquierda interpeláramos moralmente a este Gobierno, pues bien, me parece que la Oposición debería hacer lo mismo con la MUD. No es posible empeñar la palabra para perderlo todo en la mesa de juego, pues Venezuela no es un Casino ni nuestro país es Las Vegas.



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Eva Flórez


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