Hay que saber perder

Chávez tenía claro el que una derrota electoral no era el "fin del mundo", así lo expresó públicamente varias veces, expresión que en ese momento me revolvía el estómago, ya que pensaba que con hechos tangibles de corte revolucionario se debía convencer al grueso de la población de lo correcto que representaba el proyecto socialista revolucionario, en contraposición con el modelo neo liberal.

Por mi mente pasaba el éxito inobjetable desde el punto de vista económico de la Revolución Soviética, a partir y en forma creciente desde el inicio del primer plan quinquenal, que se expresaba en la voz popular del soviético de a pie, con la frase "ahora la vida es más fácil", o frases parecidas con el mismo significado. La eliminación del analfabetismo, la electrificación del país con su consecuente auge agrícola e industrial, la producción suficiente de alimentos y bienes de consumo, sacaron en ese momento histórico a aquella población de la más oscura de las miserias y hasta del hambre, literalmente hablando, hasta pasar a un bienestar que jamás antes se había conocido en esa región del planeta.

Luego de la muerte de Lenin, iniciador del proyecto socialista soviético, la lucha por el poder impidió el paso político que debía venir a continuación, pasar progresivamente el poder centralizado a manos del pueblo organizado. La aberración en pro de la dictadura personalista de Stalin, desvirtuó la concepción política socialista revolucionaria Leninista de "todo el poder para los soviets", cuando ya el pueblo organizado estaba maduro para ejercer dicho poder. Stalin no solo se encargó de eliminar físicamente la competencia política (léase la vieja guardia comunista probada) sino a todos aquellos potenciales seguidores de esta, tanto civiles como militares, con las funestas consecuencias de sumar derrota tras derrota, con masivas pérdidas de vidas tanto en el campo militar como en el civil al inicio de la invasión nazi a la Unión Soviética. Al final solo el pueblo organizado pudo revertir a base de coraje y enormes sacrificios el curso de la guerra, y el triunfo sobre el Nazismo.

La reconstrucción de la URSS, asolada por las hordas nazis, y la carrera armamentista, además de los errores en la implementación de importante cantidad de planes de desarrollo "cocinados" en las altas esferas burocráticas, sin ningún tipo de consulta popular creíble, terminaron por revertir el proceso de bienestar que se había iniciado antes de la invasión alemana. Dejo aquí una reflexión, que confirma mi anterior aseveración con respecto al conflicto bélico que envolvió a la URSS. ¿Hubiese podido el pueblo soviético sin dicha organización popular resistir el avance de los nazis? La respuesta es definitivamente ¡NO! El ejemplo de la derrota rusa zarista ante los japoneses en 1905 y su desempeño durante la primera guerra mundial lo confirma.

Otra aberración del estalinismo para afianzarse en el poder fue sustituir a esas organizaciones populares por una burocracia centralizada, no generadora de opinión, sino sumisa en acatar las órdenes del poder centralizado presidido por Stalin cuyo lema primordial fue la de "la lealtad al líder". Al final, todo el sistema se vino abajo, y la burocracia terminó por apoderarse de los bienes que con tanto esfuerzo el pueblo soviético había logrado construir.

Este modelo de gestión política (el estalinismo), se fue repitiendo en la medida que en el mundo los partidos comunistas fueron tomando el poder, aunque con disimilitudes cuasi extremas en su aplicación, desde el inhumano Pol Poot en Laos, hasta su cada vez más permisiva aplicación en la Cuba socialista.

En cuanto al proceso Bolivariano venezolano, este se inicia en forma pacífica, atenido al derecho liberal burgués, con la toma del poder por Chávez al derrocar electoralmente a los partidos tradicionales defensores del modelo de economía neo liberal, que en nuestro caso es dependiente de los intereses de las políticas norteamericanas.

El aire nuevo que se respira al tomar Chávez el poder es en cuanto a la política externa del país el de una corriente anti imperialista, que cumpliendo el sueño de Bolívar, abre las puertas a la unidad latinoamericana y caribeña. En cuanto a política interna, se plantea una reivindicación de los intereses de la población de menores recursos, incluyendo un porcentaje poblacional importante de ciudadanos en pobreza crítica. Lo anterior acompañado de las promesas de la lucha contra la corrupción, y la esperanza (fundamentalmente dentro de la clase media), de que un militar en el poder le pondría mano dura a la delincuencia. Esto último rápidamente se esfuma. Chávez, para nada represivo, considera que el problema delincuencial es un problema netamente de origen social (tal como en realidad lo es), el cual según su criterio había que combatir solo con prevención. "Fiesta" para el crimen organizado. Poco a poco las pandillas de delincuentes en estos 17 o 18 años terminan por controlar las barriadas populares y el crimen se expande, hasta el punto en que el gobierno "bolivariano" actual, debe acentuar la represión con las famosas operaciones tituladas por sus siglas OLP.

En cuanto a la lucha contra la corrupción hasta donde recuerdo, en estos años de "revolución bolivariana", solo cuando el corrupto opositor se pone muy molesto, o cuando el corrupto dentro del gobierno "salta la talanquera", es cuando salen a la luz sus hechos delictivos y la Justicia entra en acción. Ejemplo de lo anterior: El acto de contrición de Gustavo Cisneros, después de que Venevisión fuera uno de los factores más importante en impulsar el frustro golpe de Estado del 2002. Acto de contrición que asegura el compromiso de dicha televisora a eliminar de su programación cualquier ataque a las políticas gubernamentales, y a los escándalos veraces o no que tengan como epicentro a personeros del gobierno. Como resultado sus programas de neto corte delictivo, que contribuyeron a desencadenar el golpe de Estado quedan perdonados. No así sucedió con Radio Caracas Televisión, tan culpable como Venevisión de azuzar el golpe de Estado, a cuya directiva al no "pedir perdón" se le pasa factura no renovándole la concesión radio eléctrica a su vencimiento. Continuando en otro plano con los ejemplos, tenemos el caso del General Baduel, héroe del chavismo gracias a su actuación durante el golpe de Estado en pro del respeto a la Constitución, y por ende factor de gran peso en la derrota de los conjurados, al cual se le sacan "los trapos al sol" por riquezas mal habidas, al diferir públicamente de las políticas gubernamentales, terminando en la cárcel. El "gato" Briceño "insigne y ejemplar" gobernador del Estado Monagas, hasta que se le atraviesa en los planes de Diosdado Cabello en ese Estado, y termina por "saltar la talanquera", de inmediato se le abre un expediente por corrupción administrativa y debe huir del país. Igual con el gobernador Manuit en Guárico, y así con otros casos y personajes conocidos por la opinión pública, que muestran el doble rasero que utiliza el gobierno y el sistema de justicia a la hora de actuar.

Es decir ningún funcionario es corrupto mientras le sea leal al líder máximo, o al alto estamento gubernamental.

Un sector mayoritario de la clase media sobre todo a nivel profesional, ajeno hasta entonces a comprometerse políticamente, e incluso que en buena parte habían votado en las elecciones por la opción "Chávez", pronto toma partido en contra del chavismo. En sus discursos Chávez públicamente no solo menosprecia a este importante sector poblacional, sino que lo encasilla como enemigo, metiéndolo en saco común con la alta burguesía, dueña de los medios de producción (en el caso de Venezuela la gran burguesía importadora o los industriales ensambladores de partes importadas). La migración de un alto contingente de nuestros profesionales al exterior, es una perdida onerosa para el país, que invirtió ingentes recursos en formarlos

Es importante subrayar lo anterior, que contrasta con lo ocurrido en una revolución armada como la soviética, quien supo en su inicio utilizar a buena parte de esa clase profesional para el desarrollo y hasta para la defensa del país; sin olvidar paralelamente la preparación rigurosa de los sectores del proletariado que demostrasen mayor capacidad y vocación de estudio, logrando así en relativo corto espacio de tiempo cubrir todo el espectro científico-técnico necesario para el desarrollo industrial de ese gran país. Valga la anécdota del sabio Iván Pavlov, quién desarrolló la teoría de la Reflexología, a quien la revolución soviética (en sus momentos de mayor escasez) no dudó en dotarlo del instrumental más moderno para su época, y llenar como nunca antes había sucedido todas sus necesidades para el desarrollo de sus estudios, sin inmutarse ante la terquedad del ya anciano Pavlov de mantener en la pared de su despacho un retrato del último zar.

Pero volviendo a nuestro país: la toma del poder por Chávez da paso a avances socio políticos incuestionables, tales como la elaboración de una Constitución, que superando lo representativo de las Constituciones anteriores, convierte a la Carta Magna en una Constitución participativa popular. Con un articulado de neto corte social, entre los que se destaca, la posibilidad de revocar el mandato de los electos a cargos públicos, por vía de elección popular.

Lo anterior no deja de llamar la atención, al compararlo con el método contrastante, empleado de las elecciones internas del partido de gobierno, en cuanto a sus candidatos para cargos públicos, los cuales son signados por el "dedo" del máximo líder. Designaciones estas que sustituyendo la calidad tanto en lo técnico como en lo ideológico de los candidatos, sobreponiendo en mucho por no decir en todo, la lealtad al liderazgo por encima de la preparación para ejercer el cargo.

Pronto los cargos tanto públicos como internos dentro del partido de gobierno, son copados por oportunistas de "variado pelaje", que convierten al chavismo, en lo que en la cuarta república terminaron siendo los partidos del estatus con Acción Democrática a la cabeza: "AD Compañía Anónima".

De esta manera se dio paso a una creciente corrupción administrativa cuya "democratización" iniciada durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez en la cuarta República, se profundiza hasta niveles intolerables en la quinta, incompatibles con la sana conducción de la economía de cualquier país. Así, el saqueo económico a nivel macro, cuyo cálculo moderado asciende a la bicoca de trescientos mil (300.000.000) millones de dólares de capitales expatriados por altos personeros gubernamentales (y sus socios "empresarios"), se suma la infinidad de comisiones y coimas a todos los niveles burocráticos.

Esta masiva corrupción administrativa, sumada a la improvisación e irracionalidad en el manejo de las finanzas públicas, acaba por dejar un remanente de miles de obras pequeñas y grandes a medio construir, cuyos componentes terminan por ser robados, desmantelados y vendidos muchas veces por o con la complicidad de los mismos funcionarios responsables de su cuidado.

Y cuando hablo de irracionalidad me refiero a la predominancia de la emocionalidad demagógica sobre la planificación razonada, acorde a la factibilidad en todos los planos en la ejecución de cualquier obra, amén del incumplimiento de una supervisión contralora, al alcance inmediato de cualquiera organización popular que deseé pedir cuentas claras sobre la marcha de cualquier proyecto gubernamental.

La impunidad ante los fracasos repetidos de múltiples funcionarios, es premiada (en vez de exigirle el rendimiento de cuentas claras), con su rotación por los diferentes ministerios e instituciones, difuminando así su incompetencia y en muchos casos su rapiña a lo largo y ancho de todo el aparato del Estado, combustible este que ha servido para profundizar cada vez más el mal manejo económico del país.

Medidas brillantes de contenido reivindicativo popular como las Misiones, son desvirtuadas en gran proporción y a favor de los intereses particulares de esa "cáfila" de burócratas de extraño pelaje que se autodenominan "socialistas revolucionarios". Al mismo tiempo y con objetivos clientelares y electoreros, se desarrolla una política populista, de dar sin exigirles esfuerzo alguno (en pro del desarrollo del país) a los beneficiarios de dicha política. Amén de que todo el negociado en el desarrollo de dichos planes se encuentra plagado de coimas y comisiones que van a engrosar los bolsillos de los funcionarios públicos encargados de desarrollarlos.

Destaca la obstaculización de todo intento de discusión interna por parte de las bases de la conducción errática del proceso, sencillamente negada por la dirigencia, al igual que cualquier intento de ideologización revolucionaria.

Esfuerzos verdaderamente firmes para el control estatal de la economía y por ende para un real control de precios, solo aparecen de manera aislada, en forma más efectista que efectiva.

Para terminar, tengo claro que me quedo corto en cuanto a tocar una gran cantidad de factores aberrantes, que igualmente han contribuido a provocar el derrumbe de este bello proyecto de país que se llamó la Revolución Bolivariana. Solo agregaré que para reemplazar la política rentista heredada de los gobiernos anteriores, poco se hizo en forma efectiva, y lo que se hizo se hizo mal. Ejemplo claro resulta la política educativa, que ha mantenido en forma estática el esquema de estudios rigidizados en forma de callejón sin salida, cuya única meta termina siendo la Universidad, sin posibilidad de desvíos colaterales, acordes a las capacidades y deseos vocacionales de los educandos en concordancia con las necesidades del país.

Urge una amplia diversificación escalonada acorde a la capacidad y deseos vocacionales de cada quien, que sería lo ideal en cuanto a sistema educativo. A su vez debe ser complementada con una industrialización del país, que ofrezca ocupación según su competencia a los egresados del sistema educativo. La profundización del acceso a la Universidad en forma masiva sin los mínimos requisitos necesarios del educando para cursarla solo es un programa demagógico más, que llenará al país de profesionales incompetentes, con las consecuencias que de esto se derivan.

Por años el "chorro de dólares petroleros" compensaba la mala administración y los altos índices de corrupción, además de compensar también los estragos producidos por la guerra económica, representada en primer lugar por la especulación con sus índices inflacionarios inducidos como factor coadyuvante.

La drástica baja de los precios del petróleo hace que reviente la burbuja y se desate la debacle económica en la cual los venezolanos estamos sumidos.

Comienza así el desmoronamiento definitivo del apoyo popular al gobierno, traducido en el voto castigo que le da una aplastante victoria a esa mediocre oposición dependiente y neo liberal.

La actitud de la dirigencia gubernamental y del PSUV ante lo ocurrido ha sido absolutamente errática, llegando a niveles de negación de la realidad, contrario a la conducta que estoy seguro hubiera asumido Chávez, asumiendo la responsabilidad de la derrota y los errores cometidos, como en su momento hicieron los Sandinistas, que luego de haber llegado al poder por las armas reconocieron su derrota electoral, se reorganizaron y regresaron al poder para hacerlo con mayor eficiencia, aprendieron la lección, quedando problemas por superar. Es decir, aceptar lo inevitable siguiendo lo pautado por la Constitución. En cambio dado su posición de poder, la dirigencia gubernamental comienza a manipular esgrimiendo fútiles argumentos para no aceptar su evidente derrota. Así entre "gallos y medianoche" la Asamblea Nacional saliente elije a su medida los miembros del Tribunal Supremo de Justicia que aún quedaban por elegir, además de desconocer en sus funciones a la Asamblea Nacional entrante, electa por el voto popular. Además con un legalismo sustentado en los errores y fallas de esa mediocre y dividida oposición, el gobierno obstaculiza el referéndum revocatorio que impulsado por Chávez es el pendón más visible de nuestra Constitución.

Con la bandera del "anti imperialismo" y el reparto de prebendas, el gobierno logra consolidar en su entorno un núcleo duro aunque minoritario de la población, dispuesto a "jugarse el pellejo", para impedir que la dirigencia del chavismo entregue el "coroto", lo cual viene siendo apuntalado por el estamento militar, al cual el alto gobierno le ha cedido importantes cuotas de poder.

En resumen, la acumulación de errores políticos y la alta corrupción han terminado por dar al traste la esperanza que la mayoría de los venezolanos pusimos en la Revolución Bolivariana. Hoy su dirigencia lucha disfrazada con el manto de revolucionarios y anti imperialistas no solo por conservar sus prebendas, si no por impedir que sus "marramucias" (conocidas por todos), queden expuestas a la luz de documentos fehacientes irrebatibles, con las consecuencias tanto penales como políticas que esto conlleva.

Escrito en el día de mi 82 cumpleaños.



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Arnaldo Cogorno


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