La universidad Bolivariana de Venezuela y la territorialización

Desde la UBV, impulsamos la municipalización desde julio del año 2003 cuando nace esta obra grandiosa para el pueblo venezolano, como todas las obras de nuestro comandante. Aproximadamente 4 meses después, nace la Misión Sucre, para complementarnos en tan importante tarea; una tarea que significaba, darle cabida a todos los que querían estudiar en la universidad y a los que no habíamos podido estudiar en el tercer nivel, no por flojos, sino por las políticas excluyentes de la que hacían gala AD y Copei. Esa innovación del comandante de municipalizar a la educación universitaria, trajo beneficios a muchos venezolanos que culminaron sus estudios universitarios paralizados. Así, junto a la municipalización y habiendo estudiado todo el que no pudo en la cuarta y todo el que quiera hacerlo en la quinta, estamos entrando en la territorializacion, con los Programas de Iniciación Universitaria (PIU); como política incluyente, que da acceso universal a la educación universitaria y que se va progresando teniendo como bases sólidas, por supuesto a la Constitución de la República Bolivariana, el Plan de la Patria y al Plan Económico y Social.

De tal manera, que la persona más idónea para buscar entre todos nuestro propio sendero al amparo de las ideas de Bolívar, Rodríguez, Zamora y Chávez entre muchos otros, es el profesor universitario no solo de la UBV, sino de todas las universidades de la patria o matria; preferiblemente. Así no solo brinda la profesora o el profesor su Programa de Formación Grado, sino que contribuye con un mejor destino para los que comienzan sus estudios de pregrado. Aquí entra en acción el eje socio crítico del PFG, buscando no ser como las universidades tradicionales que graduaban desempleados y además, descolonizarnos epistemológicamente y así descolonizamos la historia, la mente y la acción. Debemos adaptarnos, aplicarnos y desarrollarnos. Cabeza, corazón, manos y equilibrio. Originales como colectivo, como individuos y como sociedad. Cabeza común. Así borraremos del mapa a la educación bancaria que produce profesionales como negocio. Ya las políticas incluyentes del chavismo, lograron su cometido, ahora la cuestión es avanzar y no estar más de espaldas a la comunidad.

Por eso, LA TERRITORIALIZACION, que significa que sin intermediarios, tengamos una relación de primera mano, directa y cotidiana, con la realidad más cercana, más palpable. Así responderemos a las condiciones económicas, políticas, socio-históricas. Siendo así, además de municipalizarnos como cátedra, debemos parroquializarnos y llevar esos proyectos que son engavetados en las autónomas, a la práctica verdadera y llegar a la producción comunitaria. Comenzando desde los salones de clases y avanzar hacia unas comunidades autoabastecidas. Nos espera una relación constante con el barrio, la fábrica, el medio de comunicación alternativo, con el poder popular, para que la territorialización, logre que el proyecto país, no se quede en un reto diario, sino que, con la comprensión del proceso permanente de participación que vamos construyendo en los diseños curriculares de los PFG, sus ajustes y perfeccionamiento constante, lograremos en mediano plazo a la mujer y al hombre nuevos y olvidarnos con el nuevo sujeto histórico de aquella universidad de espaldas a la comunidad.

Desde la experiencia docente, podemos construir una República Bolivariana desarrollada, pero con plena conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestros hombros, para hacer "MATRIA" desde los salones de clases, salones que son pertinentes con el quehacer diario en la comunidad y que pertenecen a ella.

Nota: Un partido político, es la expresión más organizada y consciente de una clase social, por lo que su ideología, su política, su estructura, su dirección y su concepción del poder, deben representar los intereses de la clase social a la que pertenece. Por eso, no entendemos a gente humilde del barrio, anotada con los oposetas, cuando son sus verdugos. Los amos del valle siempre pensaron, "El mono, aunque se vista de seda, mono se queda". A eso, lo llaman el "Síndrome de la Gata Loca". Aquella comiquita donde una gata, era maltratada por un ratón llamado Ignacio, quien le tiraba ladrillazos y mientras más le tiraba y peor la trataba el ratón Ignacio; más feliz era ella, es un ejemplo del síndrome que tengan una adoración ciega, algunos por sus verdugos.

 

 



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Jorge Osorio Rojas


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