Hablando claro

El 1% = fraude. 20% ponche cantado

Un mensaje con destino directo al matemático Julio Borges, opositor silencioso pero muy bueno en los númerots enviando al mundo el conteo una por una de las viviendas que el gobierno construye para que los grandes medios les ayuden con las mentiras una y otra vez. El problema en cuestión es el siguiente: Si de 1.800.000 firmas de la recolecta del 1% hubo un 33.6% de firmas fraudulentas, cuántas firmas chimbas saldrían de19.260.775 electorres?

Este ponche era cantado. En cualquier país donde las leyes se respeten no se puede violar hasta los sagrados derechos a la paz a familias que tienen seres queridos fallecidos, sacarlos de las tumbas para que estampen su firma y los vuelvan a enterrar. Usurpar la identidad de seres vivientes que sin autorización alguna aparecen firmando ese 1%. Adolescentes que a lo mejor ni saben de qué se trata aparezcan en la lista de firmas chimbas. Presos que fueron sacados de sus celdas, firmaron y a la chirola de nuevo.

Si de ese puñito de gente se encontraron 605 mil firmas defectuosas, entonces cómo sería el desastre con un 20% de ese bojote de personas con derecho al voto. Fácil se llegaría a un aproximado de 6 millones de rúbricas falsas, que por ahora no sucederá porque sucedió lo que sucedería en cualquier país del mundo: suspendida la recolección del 20% por el fraude y las miles de demandas que alguien tiene que pagar porque eso es un delito.

Era un ponche cantado. Ellos lo sabían. Tanto así que más de 60 diputados de oposición no firmaron, ni pendejos que sean. Lilian Tintori, tampoco firmó. Henrique Capriles, ni tonto que fue, no estampó su firma huella; y así miles de "vivos" utilizaron a tantos incautos y ellos muertos de la risa micrófono en mano, mientras los pendejos firmando y echándoselas de guapetones amenazando a cuanto chavista se les atravesaba: no sé dónde se van a meter cuando estemos en el gobierno. Todos convertidos en un Ramos Allup cualquiera.

Ponche cantado y suspendido el juego. Todos sabían lo que iba a suceder pero tenían idiotizados a sus propios seguidores. Los que organizaron y salieron como locos a engañar a su pueblo tienen que tener su castigo. Muertos, viejitos, presos, carajitos, ancianos fueron los que se animaron a sacar a Maduro. Los "vivos" echados en sus butacas con aire acondicionado o en la calle en sus vehículos blindados viendo cómo los tontos caen en la misma trampa.

Más de 600 mil firmas chimbas. ¿Mentira? Todo fue en los ojos de sus propios testigos. El silencio de Juan Carlos Caldera los delata. Estuvo ahí en ese vergonzoso show mediático. Descubierto el fraude y de inmediato un Ramos Allup vomitando todo tipo de ofensas y amenazas. Capriles, como siempre, ni sabe lo que dice. Y Chúo Torrealba malandreando mientras la Tintori los regaña apurando para el 20% pero ella supuestamente no firmó el1%.

Miles de demandas por usurpación de identidad, resucitar los muertos, sacar presos de sus celdas, poner viejos a los niños y sacar ancianos con más de 120 años. Alguna tenía que admitirse y las admitieron y se tomó la decisión que tenía que tomarse. La misma que tomó un juez en EE.UU. porque descubrió unas firmas falsas solicitando el revocatorio de un alcalde. Suspendió el referéndum y chito, nadie dijo nada, santa palabra. En Venezuela casi la mitad fraudulentas y el show de todos los días. ¿No cogerán escarmiento? Ahora Capriles sí tiene que vivir en Venezuela; Chúo, recogidito, y 15 más esperando decisiones.

 



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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