Método de muerte adecopeyano

Todos los gobiernos que han transcurrido desde la 1830 hasta 1998, lo que los historiadores y rémoras políticas, llamaron: "Era Constitucional", recurrieron a la persecución, el asesinato, la tortura y el consecuente exilio, como resultado del método o estilo de gobernar, aduciendo, que el poder es para ejercerlo; generalmente, sin tener basamento en una determinación de voluntad del pueblo, que en libérrimos comicios, hubiese decidido instalarlos en la conducción de la República. Algunos gobiernos, fueron electos en su oportunidad, con resultados amañados y el solapado fraude. Pero: ¡Shisss! "chito…" Todos ellos, hicieron y deshicieron a su antojo; surgieron los nuevos ricos de siempre; se creó cierta élite, que el turno de aprovechamiento, los puso donde había. Esa es nuestra sociedad pudiente, nuestra oligarquía, nuestros ricos, y en la saga, como en la antigua Escandinavia, se tejieron mitos, leyendas de esos "bichitos", de amor, sacrificio, trabajo y ejemplos de virtudes: "Yo te aviso Chirulí".

Llegado 1999, a raíz del triunfo del eterno Hugo Chávez, se inaugura y se puede ver que en diecisiete años después, ha sido el único gobierno que no ha asesinado, torturado, desaparecido, encarcelado por sus ideas contrarias, a un solo ciudadano venezolano o extranjero. Nadie, se atreve a decir o enrostrar listas de lo que los medios de comunicación, quieren hacer ver en el mundo. Solo: autoexiliados, asesinos selectivos y delincuentes comunes, son los que, sí, merecen lo que se buscaron. Ya, me he referido, a la cantidad de muertos en estos últimos diecisiete años de Revolución. Pero, todos ellos fueron abatidos con saña, alevosía, motivos fútiles, innobles. Probar la autoría del que da la orden, es casi imposible demostrarla; pasa igual que probar el adulterio; ellos se blindan con lo escamoteado a la nación en sucesivos actos de corrupción; o, por lo que nos dejó de herencia papá, que tiene el mismo origen. Es indudablemente, una oposición, podrida en sus genes, inhumana o lo que es lo mismo ADECA. Por cierto; el pasado 29 de septiembre, se cumplió un año más de la muerte de uno de los más grandes traidores del pueblo venezolano: Rómulo Betancourt: "Disparen primero; averigüen después". ¡O no!

Hoy, debemos recordar, con un nudo en la garganta, con el plúmbeo peso del dolor sobre nuestras conciencias, desarmados de desidia y puesta la disposición del alma, para rechazar la acción vil, la artera comisión que arrebató una vida, con toda la disposición de su profundidad por la patria, a un joven de incontables triunfos, cercenados por una oposición adeca, sin alma; una oposición dolosa, que no sabemos si cuando fueron gobierno, su comportamiento fue peor, al de ahora, que nos corrobora esa maldad, intrínseca en ellos: criminalidad, crueldad, depravación, ferocidad, impiedad, inicuidad, perfidia, malignidad, perversidad, sadismo, reprobosidad, que todo lo azotan, lo dañan, lo queman, causando estragos, hecatombes, infortunios, regando plagas, quebrantos, ruina, siniestros, segando vidas. ¡Qué barbaridad! Todo lo contrario al bien, lo que se aparta de lo lícito y honesto, derivándose una serie de significados, tanto de las cosas entre sí, como en el modo de hacerlas. El antagonismo humano, el irrespeto a los Derechos Humanos, como la vida, la libertad en todo su ámbito. Con la prerrogativa de que ellos, no son chusma, lumpen, desamparados, descamisados, desheredados, desvalidos, indigentes, infortunados, inopes, insolventes, mendigos, necesitados, pelados, pelagatos, pobretones, tronados, alpargatados, vagabundos. Pero, son: ¡Irremediablemente MISERABLES! Imagínense ustedes, si en un supuesto negado, vuelven a poner sus garras en la Administración Pública.

Robert Serra, nos duele y desencajados, quedamos huérfanos de apoyo moral, de lucha, de esperanza, de próximo, mediano y largo plazo, en cuanto al futuro de la Patria, quedándole a su generación, retomar con ahínco sus banderas de propósitos humanistas, que convergen en una sola: El Tricolor Nacional, para arropar al pueblo que ésta podrida oposición-adecopeyana, solo piensa en poner sus malhadadas manos a las riquezas que son del pueblo; indistintamente quien sea.

Oposición cobarde, no da la cara, solo contrata criminales, sicarios de oficio e importa sus malandros de otros países, para hacerle la vida imposible a nuestra población, que ciegamente cree en sus medios de engaño, hasta convencerlos de que la maldad está de parte de la Revolución y que ellos, malnacidos, son la solución.

Robert Serra es nuestro hijo, hermano, camarada, generoso, luchador, inteligente, preparado, culto, probó con acierto, que se puede triunfar en un medio lleno de enemigos fanáticos, como el fascismo, el opus dei, la curia parásita católica, el copeyanismo ramplón elitesco, el adequismo corrupto antipatria. ¿Cómo lo demostró? Estudiando en esa nefanda universidad católica, de allá de Montalbán-Antímano, demostrando, escrupulosidad, honestidad, honradez, integridad, rectitud, virtuosidad; comprobó, que las universidades, son solo estructuras llenas de hombres y mujeres con un fin; pero, si el alumno no demuestra interés investigativo, lectura incansable y apego a la ética, así vaya a la Sorbona de París, a Oxford, Cambrige, en Gran Bretaña, o cualquiera otra gringa de fama: Ejemplo de ello: Leopoldo López, Henrique Capriles, "mucha bomba y poco chicle". Lerdos muy torpes, nunca servirán para nada ni para nadie.

La muerte es todo fenómeno en el que se produce una cesación, en especial a la vida y más significativamente, la cesación de la vida humana. Heidegger decía: "estar a la muerte", que es la posibilidad más auténtica de la existencia. ¿Quién tiene derecho a suprimirla? Los Ramos Allup, las Maricorina, los López, los Capriles Radonsky, los banqueros, los dueños de medios… ¡Coño… quién! ¿…?

Compungidos, tristes por la ausencia programada del joven Robert Serra, superior en vida, alma y sombrero, a cualquier ente de animal de esta grosera oposición sin método, sin programa, sin aliento. Imagínense ustedes, si los sacrificados, hubiesen sido hijos de los dirigentes adecopeyanos. Pende sobre todo revolucionario, la soga de nudo corredizo, el cadalso, la silla eléctrica, la inyección letal; y, van a seguir sorteando muertes, pues es su naturaleza, ADECA.

Q.E.P.D., querido Robert. A los dos años de tu ausencia, la juventud pensante y estudiosa, sigue tus pasos; y, cabe citar al Poeta Pablo Neruda: "(…) podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera".

¡Chávez vive! Robert Serra; más que cualquier catedral…

docekilos@hotmail.com



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