Transporte público Vs Municipio

El Municipio, es una comunidad de personas; o, se puede decir con preferencia, de familias; es también la célula fundamental de la democracia, con la premisa, de que en sus relaciones, se tiende a solucionar y satisfacer las necesidades originadas por el contacto directo con la vecindad. Total, se crea la solidaridad entre los habitantes de una comunidad, que busca el bien colectivo. En el Municipio, es donde nacen los problemas; y, es allí, donde se deben solucionar; pues, cualquier inconveniente surgido, cuando sale de la comunidad a otras instancias, no tiene solución, menos regreso. Crece dicha coyuntura y, ya el problema no incumbe en su nuevo domicilio. Sin resolución, ésta, subsistirá y crecerá, como protuberante pus.

En nuestro querido país, el Municipio se fundamenta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de la mano del artículo 168, el cual refiere lo siguiente: "(…)La unidad política primaria de la organización nacional goza de personalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de la Constitución y de la Ley(…)". De ahí la importancia del Municipio. Es pues, la primera instancia, en extremo necesario, la base de una república, que ejerce una rama del Poder Público y, la más cercana al ciudadano.

Entre algunas competencias y facultades del órgano municipal, que debe conocer con efectividad y eficiencia en asuntos que le son propios, además del derecho que en consecuencia tiene para actuar; insisto: "actuar", podemos desgranar: Ordenación territorial, urbanística, patrimonio histórico, viviendas de interés social, parques, jardines, plazas, balnearios, nomenclatura, ornato público, vialidad urbana, circulación y el orden del tránsito de vehículos y personas, aseo urbano y domiciliario, salubridad, protección a la primera y segunda infancia, adolescencia y tercera edad, educación preescolar, integración de la familia, discapacitados, agua potable, electricidad, gas, canalización de aguas servidas; y, de algo que se ha convertido en problema de Estado: El Servicio Público del Transporte urbano de pasajeros y pasajeras. Faltaría, destacar otros servicios, responsabilidades y, los mecanismos legales para la solución de todos los problemas que de allí nacen y del que está investido el Municipio, para accionar con autoridad y su relación con el pueblo doliente, quien a la postre es protagonista y encargado de aportar la solución por medio de las Comunas y la cámara edilicia, en tratar de amainar en lo posible, cualquier padecimiento resultante de distorsiones en el accionar comunitario: Democracia Directa.

Después de este pequeño y somero esbozo, de un organismo controversial, que debería marchar pegado al paso del pueblo, pienso que es imprescindible saber de la importancia vital en la vida republicana, de lo esencial para el mejor desarrollo de la vida integral de los ciudadanos (as), con sus proyectos de familia y su participación activa a través de las comunas, que son la piedra angular del Municipio. Así vemos, como en la cuarta república, los munícipes adecopeyanos, con la anuencia de Poder Público Nacional, (deberíamos preguntarle a Henry Ramos), entregaron su obligación de velar por el servicio público esencial del Transporte masivo de personas, a sobornadores que pagaron por ser privilegiados con concesiones amañadas, a extranjeros, unos, otros nacionalizados, el control de una actividad social, servicio público intransferible, a pesar de conocerse el significado vital de dicha actividad pública, que es imposible negar, puede ser dada en concesiones a particulares, siempre que el concesionado, cumpla con las exigencias de Ley, las cuales son perfectamente entendibles, a saber: Se otorgará, mediante licitación pública y, aprobada en sesión abierta por el Concejo Municipal: no se hizo, se escogieron por las recomendaciones de turno. Que no podrá exceder de veinte años; esos dedales, se hicieron hace más o menos cuarenta años. El precio que pagará el concesionario por los derechos otorgados, la participación del Municipio en las utilidades o ingresos brutos por la explotación de la concesión; revisión periódica de las ventajas otorgadas al Municipio. ¿Cuándo el Municipio nos refleja esta revisión y su consabida ganancia? Garantía de fiel cumplimiento del concesionario a favor del Municipio y la actualización periódica durante el término de dicha concesión. Jamás, se ha hecho. Derecho del Municipio a la intervención temporal del servicio y a asumir su prestación, por cuenta del concesionario. ¿…? Derecho de revocatoria por parte del Municipio sin menoscabo de la indemnización por el monto de las inversiones no amortizadas, en ningún caso la revocatoria data lugar a indemnización por lucro cesante. Ni pensarlo. Traspaso gratuito al Municipio, libre de gravamen de los bienes, derechos y acciones objeto de la concesión, al extinguirse esta por cualquier título.

Todo esto, fue consultado de la obra Poder Público Municipal, del autor: Hernán Enrique Acosta Falcón. Editorial Vadell Hermanos-2007. Nos indica, el cúmulo de aberraciones jurídicas, políticas, sociales, que estos abusadores juegan con el pueblo y con el Estado venezolano, con el descaro y la desfachatez del chantaje. No sé, si llamarlos mafiosos, o simplemente sinvergüenzas, que poseen de 30 ó 70, otros que sobrepasan la cantidad de 300, 400 autobuses, en estado crítico, donde el pueblo que no puede adquirir un pequeño vehículo por los costos exagerados, dejan pegados sus pantalones, faldas en los "alambrosos" resortes que sobresalen de los asientos; además, los unen para que quepa más gente, de manera que no se puede ir sentado normalmente, por lo chico de los espacios entre uno y otro asiento. Dicho chantaje y desafío de estos malandros, digno ejemplo de la cuarta, creen tener la sartén por el mango, y su influencia en los cuerpos legislativos municipales, continúa, pues no entiendo cómo, siendo un problema de Estado, los ediles, ni siquiera, tienen la disposición normal, lógica de reunir el Cabildo y con el pueblo darle un parado a las tropelías de estos hampones, con mucho real o rial, "pa’ comprar conciencias".

Otro aspecto, grave; no cumplen las 24 horas del servicio, se les olvida que hay mucha gente que trabaja de noche, aduciendo, por supuesto, "la inseguridad", pero es solo pretexto, pues no toman la iniciativa de proponer alguna opción preventiva que permita asegurar dicha actividad; además de la exigencia que deben hacerle a las autoridades, por mantener el orden público y el derecho al trabajo; para eso no tienen iniciativa, pero para ir contra el pueblo que trabaja y sus aumentos se los quieren coger, los transportistas, tal como los comerciantes especuladores. Tenemos que sumarle que, no tienen turnos o relevo, que garanticen el buen humor del conductor, que cumpla con las recomendaciones de tránsito, estrictas paradas, que no interrumpan el libre tránsito de otros; no garantizan la seguridad social del conductor, no los inscriben en el IVSS, sin ningún beneficio, (bono de alimentación) utilidades, aguinaldos, prestaciones sociales y para ganarse Bs 3.000,00 diarios, trabajan de las 05:30 a.m., hasta las 07:30 p.m. ¿Qué calidad de vida es esa? Simple explotación. Se convirtieron los concesionados en señores feudales-esclavistas. Ah. Todo se lo achacan "al gobierno"; pues, el gobierno, dicen ellos, no nos da cauchos, baterías, los repuestos de los camastrones. Por ahí, sigue un cordel de cosas malas que Maduro, les hace a los pobrecitos usurpadores de las concesiones del Estado. ¡OJO! No pagan impuestos nacionales, municipales, de tránsito, no depositan al INCES, al IVSS, patente de comercio, se hacen los locos con las concesiones, etc. Pero; siempre hay uno; "HORA CERO YA". En eso nadie les gana.

La solución: con el carácter de Estado, ya sea el Municipio o el Ejecutivo Nacional, de inmediato revocar las concesiones y asumir de hecho, el control de la tarea número cinco de los deberes básicos del Estado: Educación, Salud, Alimentación, Vivienda y TRANSPORTE. Se pueden hacer otras concesiones a través de órganos privados, siempre y cuando, se sometan irreductiblemente a las condiciones de Ley, con supervisiones periódicas y fiel cumplimiento con la seguridad de los conductores, que a la postre, son los que mueven el monstruo de mil cabezas del transporte. El Estado debe demostrar su autoridad, que está, nada menos, concedida por el pueblo; no es una medida caprichosa, no se está complaciendo a grupos de presión, a determinada influencia política; es indudablemente un fertilizante de los enemigos de los intereses colectivos y difusos, cuantificables o no, para influenciar a las personas, que son muchas, pero muchas, que solo respiran por el bolsillo, piensan que la iniciativa privada, como la que aquí citamos, es la que debería tomar el control de la Administración Pública, porque ellos si saben administrar, en cambio Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Zamora, Chávez, Maduro, estos burros no saben. Por ahí se nos va perdiendo el hilo que el pueblo tiene atado a los talones y lo sigue el gran ovillo del mismo, que ha enredado y lo persigue desde que nació.

¡Chávez vive! ¡Maduro sigue!

¡REVOCACIÓN DE CONCESIONES DE TRANSPORTE PÚBLICO YA!

docekilos@hotmail.com



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