EEUU o el CNE: ¿Quién contra el pueblo?

Las declaraciones públicas de la cúpula gubernamental, se han ido convirtiendo en un permanente insulto a la inteligencia del pueblo venezolano. Por cierto, no hay que ser muy inteligente para comprender las razones por las cuales esta cúpula obstruye de innumerables maneras, la posibilidad de celebrar cualquier evento electoral. La respuesta es simple: pérdida del poder con las consecuencias que esto acarrearía para los responsables de unas gestiones carentes de transparencia y de pulcritud en un posible escenario donde el gobierno sea de oposición.

Muchos fueron los avisos, las alamas y las advertencias, pero mayor fue la sordera y ceguera de quienes se rehusaron, inclusive al gran viraje; al golpe de timón planteado por el mismísimo comandante Hugo Chávez Frías, como su último esfuerzo por corregir el rumbo frente a las atrocidades que comenzaban a mostrar su rostro. Ahora, en nombre de la revolución, pretenden justificar maneras de obrar que desconocen la institucionalidad democrática, las leyes y, lo que es peor aún, la voluntad de todo un pueblo, expresada el pasado 06 de diciembre y su derecho a expresarse nuevamente en las urnas. Por estas razones han perdido la confianza y el desespero les brota en forma de autoritarismo a ultranza.

En cuanto al cronograma y condiciones establecidas por el CNE para la recolección del 20% de las firmas requeridas para solicitar el referendo revocatorio en contra del Presidente Nicolás Maduro, son a todas luces violatorias de la norma constitucional (analizar CRBV, Capítulo IV De los Derechos Políticos y del Referendo Popular, en particular el artículo 72 el cual hace referencia a la correspondiente circunscripción donde se hará la convocatoria…). Se pretende consumar, con ello, la negación a todo un pueblo de su derecho a ratificar o no al mandatario nacional, contraviniendo el espíritu democrático establecido en nuestra carta magna. No hay fin, por más sublime, que pueda justificar el uso de medios, ni de prácticas tan perversos. No se puede construir una República a base de patrañas y marramuncias. Cultivar los valores y los principios éticos, es esencial e indispensable; no utopía. En ello debe irse la vida de los verdaderos líderes y apóstoles de una nación.

En tal sentido, y a propósito de la posición asumida por el Gobierno Nacional, a través de su canciller Delcy Rodríguez, en rechazo a las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, John Kirby, quien manifestó el pasado jueves su "preocupación" sobre la realización del referendo revocatorio (publicado en Aporrea el viernes 23/09/2016). Es necesario aclarar, que en el marco del derecho, de los acuerdos y convenios internacionales, le es lícito y legítimo preocuparse, como cualquier otro país, por lo que ocurra en la región, sin menoscabo de la autodeterminación de los pueblos. Pero no deben confundirse las políticas internacionales y las sanas relaciones que de ellas derivan con la vana e hipócrita politiquería que en muchos casos ha caracterizado las relaciones internacionales del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, como pretexto para pretender ocultar una realidad evidente y neutralizar los cuestionamientos internacionales a su talante democrático. Hay que recordar las posiciones asumidas por nuestro gobierno frente a la reciente destitución de Dilma Rouseff en Brasil, de José Manuel Zelaya, presidente de Honduras, derrocado en el año 2009, y el caso de Fernando Lugo que terminó siendo destituido con la crisis política de Paraguay en el año 2012. Vista con el mismo cristal de la cancillería, estas posturas deberían considerarse injerencias.

Sin ánimo de ser simplista, ni folclórico, sólo como alegoría para quienes se resistan a aceptar la triste realidad que agobia a nuestra amada Venezuela, pongo el "hipotético" caso, de aquel vecino que, contrario al ser y hacer de un buen padre de familia, malversa su sueldo en bebidas espirituosas y en apuestas (mejor no nombrar las otras), y luego llega al hogar para maltratar escandalosamente a esposa e hij@s. En una sociedad, como la que aspiramos construir, semejante e inescrupuloso personaje no tendrá argumento alguno para justificarse, menos acusar a sus vecinos denunciantes, de entrometidos…

¡Dios, Patria y Federación!

Email: nelsonbm13@gmail.com

 

 



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