La panacea del Sur; laboratorio de unión, o se nos muere el tiempo

Hubo unidad en este el continente indo cuando aún por estos lares ni asoma la presencia del "Hombre Blanco"; sólo después que éste posara su bota sobre nuestro inocuo suelo se manifestó la desgracia, "Llegaron las Inversiones" nos invirtieron su cultura, nos la impusieron, nos esclavizaron, no dogmatizaron de su credo, no simbolizaron una cruz y una espada, nos desarraigaron la raza, violaron su pureza y abusaron su inocencia. Desde ese momento de historia fatal no ha habido panacea que sane sus heridas y después de transcurrido cinco siglos y 23 años nos encontramos quizás en peor condición, pues no sólo nos invadió el español, y es que, Europa nos avasalló de su cultura: Sistema de gobernar dictatorial, religión de concentrado opio, costumbres impropias, limpió su bandolerismo y nos lo importó (acto todavía en procedimiento) y el mestizaje cauterizó una beoda formación sin probidad, muy hábil, astuta, pero escasa de su raíz con muy buena parte liderizada de educación colonial e irrespeto a su dignidad, ésta, fue y aun es pisoteada por la descendencia del invasor. A estas alturas las infecciones de las heridas supuran malignidad, lo colonial todavía incide. Unión y depuración, ya nos queda escaso tiempo de revolución, apremia el mestizaje, y es lo que ya inevitablemente somos, sería suicida no reconocernos ni podría estar planteado la re-originalidad y pureza, pero sí, desempolvar nuestro encuentro histórico dando mérito a sus épocas y a sus actores nacionales de entereza patria; desde ahí vale construir tiempo.

Se precisa de la unión como tabla de salvación, trasluciente fuerza invencible, pormenorizar sus asperezas, mas, éstas deben ser afectas por lo menos de nacionalismo regional como requisito único. Se constituiría en un inicio, de adhesión aun con grandes diferencias y normales contradicciones, sería el efecto laboratorio para colegir la unión que descolonice y desafecte ese neo costumbrismo transcultural, reculturizar la independencia y hacerle soberanía territorial. La región tiene en haber todo un ejemplo del patriotismo necesario de hombres y mujeres que dejaron legado, su sucesión en épocas deja tiempos palpables, de su tierra brotan las semillas que sembraren de libertad, hay un imaginable que inspira de su oteada grandeza, y no es que la oda nos haga soñar despiertos, es que es un sentimiento profundo por la Gran Patria. El Sur como el derrotero que señala los pasos, y es la revolución bolivariana el andar indispensable, es el elixir libertario, no lo paregórico o morfínico de esclavitud .

 

 

 

 

 

 

 



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Omar Ignacio Pinto


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