Crimen, terror, chantaje

 

Sucedió en Venezuela, desde 1830, cuando se suponía, que al inaugurar la etapa constitucional, se cumplirían los preceptos para la gran patria americana, promulgados, sabiamente por El Libertador Simón Bolívar. Pero no. De la separación de Venezuela de la Gran Colombia, hasta 1999, estuvo amarrada la Patria a grupos dominantes, detrás de las tierras, sus riquezas y lograr una supuesta sociedad de poderosos crecida con fundamentos en el dolo, la maroma y el truquito, en contra de los verdaderos dueños de la odiada, por ellos, Venezuela; eso sí: siempre dirigidos por el Departamento de Estado yanqui. Nadie, en este país, lo puede negar. No existen argumentos que contradigan la obediencia de los sucesivos gobernantes, ante esta conducta imperial. Salvo algunos casos, que no duraron lo suficiente, como para establecer un verdadero amor patrio y auto respetarnos, verbi gratia: Cipriano Castro; Isaías Medina Angarita. Pero en el último período de la cuarta república, se destacaron como hijos indignos; infames de la patria: adecos y copeyanos. ¡Qué vergüenza!

Siempre; no hay duda; los gobiernos o los que toman las riendas y, dicen dirigir el destino administrativo del Estado, son los que ordenan las represiones, los crímenes, las masacres, la entrega incondicional al poderoso imperio, solo con el consabido soborno, prebendas, privilegios, usando gríngolas que no permiten tener un ángulo visual. Solamente, atisban hasta delante de sus narices; y, el que venga atrás, bueno, qué se va a hacer: ¡qué arree! ¡Quién lo manda a ser pobre! Por eso, ellos, los alpargatados de antes, son los señores capitalistas de ahora, que se revientan por poner de nuevo sus garras sobre la Venezuela que ellos maltrataron, esquilmaron, ripiaron, espoliaron, entregaron, "(…) por un puñado de dólares". Eso lo sabe nuestro pueblo, pero ellos, los apátridas oposicionistas, han convencido a través de sus medios y el apoyo extranjero, ignorantes de la realidad venezolana, que los que destrozan al país es la Revolución, la cual, en ello, lleva la batuta, la hipócrita iglesia católica.

La oposición, un saco de gatos enmochilados, son los únicos culpables de las muertes, atentados, masacres, guarimbas criminales, atropellos de todo tipo, quemas de universidades, de instituciones del Estado que prestan servicios públicos esenciales, de escuelas para niños de cero (0) a seis (6) años; con los infantes adentro de las instalaciones educativas; planes para degollar personas que ellos tildan de chavista. Pues sí, somos chavistas, socialistas, bolivarianos, con orgullo de esta Venezuela bendita por la naturaleza con todo tipo de recursos para ser administrados por nosotros mismos; no por extranjeros, que no quieren negociar con lo que es nuestro y que somos abiertos a la cooperación y servir al mejor negocio para las partes. Qué ironía; no queman un lenocinio, garito, casino, no demuestran con pruebas a los ladrones que ellos bautizaron, porque no son de su estima y porque son insobornables, leales a la Revolución, luchadores por el bien de un pueblo, estos degenerados, solo bregan detentar de nuevo sus babosas adulancias para tener, poseer, y más tener, no importa la patria, la dignidad, la libertad, la democracia, la del pueblo, la auto determinación, obtener el respeto en el mundo como República, con ciudadanos con deberes y derechos, seguidores de la legalidad, de la legitimidad, del trabajo, la honradez y la lealtad.

Empezamos, pues, con la cifra de casi trecientos (300) asesinados por vía de la orden de un sátrapa con rial (léase: ladrón de la cuarta república) que cobardemente y por mampuesto, dieron al traste con aquellos dirigentes campesinos, que luchaban legal y constitucionalmente, por el derecho a la tierra y la producción. ¿Quién lo niega? ¿Existe alguien que lo haga? Los muertos del golpe de estado de 2002, ¿Quiénes pagaron a los franco tiradores, extranjeros, apostados en sitios estratégicos de la Av. Baralt? Después de capturados ¿Quiénes los dejaron escapar? Los asesinatos de Danilo Anderson, Eliecer Otaiza, Sabino, Serra, Durán, oficiales del Ejército, de la Guardia Nacional Bolivariana, manifestantes del pueblo que fueron víctimas, como las que regó el Leopoldito, el Henriquito, el Ceballos, los que cobardemente huyeron, criminales y vergonzosos entes de animal, que reclaman "justicia" y son "perseguidos políticos; ¿Ah! súmele usted: al Calderita, el sobornado, descubierto en flagrancia, Briquet, Muchacho, Florido, los que se auto exiliaron y otros: Vulgares delincuentes, son. No otra cosa.

El único que logró escapar de la arremetida burguesa-terrófago-apátrida, con ínfulas de alguna inventada alcurnia, fue el compatriota Braulio Álvarez, dirigente campesino-diputado a la A.N., que consiguió por casualidad un burladero y pudo evadir a sus asesinos, esos que aman ese corrupto espectro terrorista llamada MUD.

Todo un fenómeno, "el ratón persigue al gato". Y, tienen las "orejas" más grandes que el burro del poeta de la montaña, para echarle la culpa al chavismo; y, asegurar que el gobierno revolucionario es el culpable de las muertes, de los golpes de las protestas, del acaparamiento, del bachaquerismo, de la corrupción. Esto es lo que en realidad es la oposición, incrustada en la Administración del Estado, que es quien hace el daño y desvía las culpas hacia los dirigentes que son patria o muerte, claro está, apoyada en unos medios, que sus dueños tienen rabo de paja. El crimen el terror y el chantaje, tienen un nombre: los piratas, caras duras, pechos de tabla, insensibles sociales, anti pueblo: ADECOPEYANOS. Y, el ciudadano común, que es el que la revolución se desvela por ir paulatinamente subsanando sus problemas que arrastra y que no son culpa de esta Administración, en la medida de las posibilidades ciertas, lo han puesto en contra del mismo pueblo, creando todo este tinglado de mentiras; por supuesto a favor de los traidores enemigos del progreso del pueblo; no el enriquecimiento de los que tuvieron los privilegios en la nefanda cuarta república.

Ya está muy cerca el mes de septiembre; desde el primero, hipotéticamente, Maduro renunciará ante la estruendosa manifestación de voluntad del "pueblo", que sacará al dictador. Pero, como dice el dicho, que ya es un axioma: "Una cosa piensa el burro y otra el que lo va arriando". Nefasto mes con sus fechas oprobiosas, como la auto destrucción de las torres gemelas de Nueva Yor, achacadas al Islam; y, el once-09 nefasto día, 13-09, cuando se le ocurrió a belcebú y sus satánicos, fundar el adequismo, cuyo eslogan: "con los adecos se vive mejor, porque roban y dejan robar".

¡Chávez vive y vivirá entre el pueblo noble! ¡Maduro sigue con el pueblo preterido!



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