El ejemplo del sacerdote Lenín Ramón Bastidas Villegas

El referido sacerdote, emprendió este lunes 22 de agosto el peregrinar más importante de su vida, partiendo desde la ciudad de Soledad, municipio Independencia sur de Anzoátegui, con el propósito visitar varios pueblos para arribar a la Gran Caracas como punto final de esta encrucijada. Renuncio a todo, menos a la fe en Jehová Dios para emprender esta caminata quizás sin retorno debido a que en su mente se han cristalizados gigantescos nubarrones negros que presagian acontecimientos desastrosos, que pudieran devenir en la concentración programada por la oposición en la sultana del Ávila. "Yo no sé porque en mi mente y mi corazón está que en esa marcha del 1° de septiembre se está gestando algo sucio y eso no es de Dios, porque nosotros somos libres". Así lo expresó este hombre de bien y enamorado de un pueblo maltratado por gobernantes amigos de la cosa pública.

Clara coincidencia con el pensar de muchos venezolanos, esa marcha no debe ser proscenio para una confrontación entre hermanos, donde la sangre libertadora pudiera correr como un tsunami por las calles de la ciudad que pario al genio de América. Por esta razón, en cada una de las plazas Bolívar este sacerdote dispondrá de una parada para encomendar sus oraciones al Rey de Reyes para que derrame bendiciones al pueblo venezolano, desvincule el mal del bien y que el camino andado sirva para el reencuentro de la familia venezolana.

El pueblo democrático debe de apoyar la iniciativa de este honorable sacerdote venido de los andes venezolanos a darnos un ejemplo de humildad, sumisión en Cristo y pertinencia para con su país, nuestro país. Es necesario manifestarle apoyo en la oración y pedirle al todopoderoso que meta en sindéresis a estos bandos antagónicos pero necesarios en la vida republicana "capaces de activar a los 30 millones de habitantes de esta tierra para derrotar la crisis" (Rodríguez T., 2016); en vez de buscar ambientes agresivos que en nada benefician para lograr un clima de entendimiento y convergencia. Viene el referido sacerdote a buscar la libertad del odio y el rencor que no tiene cabida en este medio, la lucha no es con la fuerza de la violencia sino con fe y convicción para que la salida a esta crisis social, económica, política y ambiental se realice haciendo uso de los instrumentos democráticos que da la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Por otra parte; según opinión de varios analistas políticos, se espera que la asistencia sea una de la más monumental jamás vista en la ciudad capital, y a juicio de Esteban Gerbasi y otros líderes políticos la misma debe transformarse en un paro general hasta que el gobierno del presidente Maduro se desajuste y caiga por su propio peso, así de fácil. No amigo Esteban Gerbasi et al., eso no es así usted debe de entender que el gobierno de Maduro también tiene sus partidarios y no van a permitirse que se les arrebate el control de la regencia como si de se tratase del derrumbe de un castillo de naipes, ellos lucharan con todas sus fuerzas llegado el momento decisivo siendo este el escenario no deseado que pudiera devenir en esta patria destruida de por sí, en mil pedazos por decisiones desacertadas que jamás hubieran tenido eco en el imaginario del comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

De acuerdo a estas consideraciones, esto pudiera ser la destrucción definitiva del socialismo del Siglo XXI y la siembra sin retoño del ideal chavista, es la pulverización del chavismo y donde los seguidores de esta visionaria celebridad pudieran verse obligados a intervenir para salvar su legado; entonces el caos se adueñaría de estos eventos pudiendo develarse entonces tres vertientes distintas, en pugnas por el control de la cosa pública lo que pudiera generar una guerra civil, que "se sabe cuándo empieza pero no cuando termina". En concordancia con lo anteriormente expuesto Miguel Rodríguez Torres precisó: "No permitamos que en Venezuela primero mueran miles para después salir angustiados gritando diálogo".

Señores, esto es lo que trata de evitar este hijo de Dios, este humilde sacerdote que pario Bocono-Trujillo; paisano del siervo de Dios, el Excelentísimo Doctor José Gregorio Hernández. Lenin Ramón Bastidas Villegas, el joven sacerdote que salto del anonimato al emprender caminar por un sendero lleno de peligros; armado solo con la voluntad de vivir en un territorio de paz y una inquebrantable fe en Jehová Dios, ofreciendo su vida por la tranquilidad de su pueblo; siendo esta su única recompensa y el reconocimiento por parte de su pueblo de tan noble acto de gallardía.

Para finalizar este escrito; serán responsables por negligencia u omisión de cualquier acto de violencia que pudiesen acarrear pérdidas humanas y materiales, todos aquellos actores de la vida nacional que tuvieron la posibilidad de frenar estos fogosos acontecimientos y no adoptaron las decisiones pertinentes del momento; tendrán que responder ante los organismos internacionales por crímenes de lesa humanidad.

Viva Chávez. Viva Venezuela

"La suerte de Venezuela no me puede ser indiferente ni aun después de muerto".

Simón Bolívar

luis.viejo57@gmail.com



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