Una nueva referencia: entre el desespero y la esperanza

La juventud venezolana vive una época oscura, desde nuestra inexperiencia, somos quienes crecimos con un gobierno al mando de Chávez, los que presenciamos las etapas coyunturales que posteriormente formarían las columnas vertebrales de la quinta república. Nos criamos con la conciencia política y social que iban a caracterizar al pueblo bolivariano contemporáneo, aquel pueblo reciente que conocemos, heredero de su propia historia, aquel que se levanta una y otra vez cuando no aguanta una injusticia, el mismo que sintió reivindicación con el gobierno inicial. 

Los acontecimientos recientes, con el deterioro de la vanguardia de gobierno, la permanencia de los vicios del capitalismo, las contradicciones dentro de la izquierda, asi como la crisis económica, toman prioridad en un conjunto de disconformidades que agobian a la población. Nosotros como jóvenes, vivimos una experiencia completamente diferente a algun otra, el deterioro del salario terminó acabando con la calidad de vida, asi como quitó la esperanza de tener alguna independencia a futuro. Sentimos la presión familiar, producto de nuestros padres, quienes todavía intentan sostener un hogar, con la esperanza de que sus hijos algun dia tomen las riendas. Esto pareciera ser imposible para la mayoría de nosotros.

Esta generación tiende a identificarse menos con las cúpulas y parece estar convencida de que el futuro es incierto. Aquellos que vivieron épocas anteriores, suelen decirnos que las crisis son “cíclicas”, pero aquel punto que le daría fin a esta, pareciera estar a décadas de hoy. El poco incentivo a la nueva generación profesional, quien no puede vivir de su salario, ni de su profesión, es una expresión de un pais donde el rentismo predomina y no se aprecia el trabajo como modelo de producción, esto culmina con la destrucción de la esperanza laboral de la juventud. Debido a esto, Venezuela se convirtió en un impulsor de profesionales, que al irse de su país, promueven el desarrollo de otros países. La cúpula de gobierno evita este tema a fondo y ha querido criminalizar a todo aquel que quiere discutirlo, este debate es tan extenso, que se van de los objetivos de este artículo.

Habiendo expuesto lo anterior, pareciera que mi objetivo es dar un mensaje desmotivante, relatar una pesadilla que no acaba, cuando mi punto es dar moral y esperanza a quienes todavía no nos hemos rendido por nuestro país. Por lo tanto, desde mi perspectiva expongo una serie de reflexiones:

El papel de la juventud en un país en crisis:

Pareciera ser la reflexión más sencilla, dentro de la disyuntiva de la juventud venezolana, somos aquellos que históricamente cambian países, los que siempre tienen fuerza para seguir adelante, que se las ingenia, el que no sigue las reglas y se mueve dentro de la irreverencia para hacer lo inesperado. Dentro de este papel, estaría lo que nos toca hacer para salir de la crisis económica, política y social de nuestro país.

A partir de las cenizas, la creación de algo nuevo:

La crisis de las cúpulas, es la decadencia de sus políticas, deterioran la esperanza de aquellos que luchan por su país. Su falta de direccion y de conciencia social, los hace incapaces de reconocer cómo sacar de la crisis a un pueblo en pena. Es esto, lo que evita la existencia de una esperanza de cambio cercano. Después de las cenizas, la creación de algo nuevo es responsabilidad de quienes todavía luchan por una nueva referencia política.

¿Significa ser dueño de la verdad?, ¿El que cree tener la razón, ante un crisis insoportable?

Pues mi reflexión no es aquella, la juventud no es dueña de la verdad, ni el que aprende de todos los errores de sus antecesores. A pesar de esto, la lucha por un futuro diferente es lo único que tenemos. A partir del debate y la disposición se encuentra la clave a esta crisis que vivimos.

Dentro del chavismo existe mucho por trabajar:

Con los tabús del chavismo, el burocratismo, la exculpación de los errores, entre otros vicios, está todo aquello por trabajar. El deterioro y engaño de la vanguardia, con su incapacidad ante la crisis, son quienes se acostumbraron a culpar al pueblo, entregan nuestras riquezas, se niegan a corregir lo que no funciona, apuestan nuestro futuro y secuestran alguna capacidad de cambio, estos no son quienes nos representan. Ante una cúpula enemiga del pueblo trabajador, se apuesta por un chavismo crítico, irreverente, capaz de luchar reconociendo lo que está mal, herederos de un proyecto que ya comenzó, que es protagonista y capaz dentro de sí mismo avanzar. Quieran las cúpulas o no, esta generación existe. Tras la postura que viene haciendo Marea Socialista recientemente, el llamado a la construcción de una nueva referencia se hace urgente y con esto la creación de una nueva oposición de izquierda construida desde el chavismo.

 

“ Entre el desespero y la esperanza una nueva referencia avanza”



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Daniel Querales

Estudiante de Ingeniería Eléctrica. Militante de Marea Socialista

 @sebasdaniel

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