Misoginia y diaconisas

"Quien no reconoce como escritos canónicos sagrados todos los libros de las Sagradas Escrituras, con todas sus partes, como menciona el Concilio de Trento, o quien niega que han sido inspirados por Dios, que sea excluido". Concilio de Trento. Dogma Nº 98:

La Iglesia afirma que la Biblia, en su contenido íntegro, es la palabra de Dios. Según los creyentes, la Biblia (Antiguo Testamento), fue escrita por Dios, prosista relator de la historia del pueblo escogido (los judíos).Así como escribió las masacres del rey David y sus 400 bandidos (Libro de los Reyes) debe continuar haciéndolo en la actualidad con el genocidio del pueblo palestino realizado por los modernos macabeos, desde Ben Gurión a Netanyahu (Gaza). Según la genealogía bíblica, Jesucristo es descendiente del rey David.

¿Puede el catolicismo, luego de 2000 años de la prédica misógina contenida en la Biblia, complementada por las epístolas de los apóstoles y los escritos de los Padres de la Iglesia, negar la apologética condena contra la mujer?

La declaración del papa Francisco I de pretender enmendar la misoginia del cristianismo (catolicismo), durante 2000 años, al nombrar una Comisión para estudiar lo relativo a las diaconisas, dicha propuesta ¿Tiene sustentación teológica o forma parte del discurso para distraer la atención de la pederastia presente en la escala jerárquica de la clerecía? Si como afirma la Biblia y reafirman los escritos de los Padres de la Iglesia, la mujer encarna el pecado, incorporar las mujeres al culto (diaconisas), es sumar al problema de la pederastia, la libido (lascivia) de la mujer que describen los textos sagrados.

Realicemos un breve recorrido por esos textos para recordar algunos pasajes extraídos de aquí y de allá:

El catolicismo prohíbe a sus feligreses maldecir. La maldición es pecado. Sin embargo, el relato del Génesis recoge las primeras maldiciones lanzadas por el propio Jehová, contra la mujer: "¡Parirás con dolor!".

Y contra el hombre, "¡Ganarás el pan con el sudor de tu frente!"

Maldición es sinónimo de blasfemia: palabra injuriosa contra dios o contra una persona. La blasfemia era castigada con la pena de muerte.

Cuando dios dice, "¡Parirás con dolor!" ¿Qué es? ¿Maldición o blasfemia? Se supone que los dioses ni maldicen ni blasfeman. Pero, esa blasfemia o maldición mítica contra la mujer, es el primer acto de misoginia (abundan en las páginas de la Biblia). Desde el mismo Génesis la mujer ha sido discriminada, marginada, excluida, castigada, apedreada, quemada en la hoguera (actos sacramentales, quema de brujas) , tanto en el judaísmo, cristianismo, islamismo, budismo, mitraismo. En todas las religiones y creencias, la mujer es objeto de discriminación: mal de muchos, consuelo de tontos. Veamos como enfoca Flammarion el origen de la mujer:

"Según la Biblia, el Padre Eterno tuvo un día la singular idea de extraer una costilla del lado del hombre (izquierdo o derecho), de ensanchar esta costilla y de convertirla en mujer, con gran asombro de Adán, que al despertar de su sueño no podía dar crédito a sus ojos, pues esta mujer era hermosa, pura y encantadora, pero, posiblemente, menos virtuosa que su marido, puesto que ella fue la que lo indujo al pecado." Concepción anticientífica por cuanto la genética enseña que los cromosomas en la mujer son X X, en tanto en el hombre, X, Y. Concepción creacionista, misógina según la cual ni Adán ni Eva tenían ombligo. No eran hijo e´madres.

Dice el texto sagrado: Fue ella la que indujo al pecado ¿Sería Eva o la concupiscencia, libido, testosterona, lujuria de Adán lo que condujo al pecado? En el decir popular existe la recomendación de las madres a las hijas para prevenirlas de los halagos del hombre, las advierten - !Hija! no olvides que el hombre promete y promete hasta que por fin…¡zas!

La ciencia escolástica que durante siglos se dedicó a discutir pendejismos, dilucidaron el asunto de la desnudez de Adán y de Eva:

"Después, el Padre Eterno que estaba de vuelta de un paseo por el vergel (Génesis II, 8), sentose junto a un árbol y cosió pieles de animales, dejados sin duda allí por un cazador, para construir dos vestidos al uso de nuestros primeros padres."

A Jehová no le alcanzó la tela (pieles), por cuanto la mayoría de habitantes de África, Australia, Oceanía y América, no usaban vestido (todavía muchos no lo usan) vivían biringos, como denominan en Colombia la desnudez.

¡El parirás con dolor!, la Biblia lo complementa con, Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti. Origen del machismo. Palabra de Dios.

Sobre el origen de la mujer, se encuentra la misma leyenda, con algunas variantes, en todas las tradiciones hindúes y orientales, con la misma o similar opinión desfavorable a la mujer, sin cuya creación, dicen, el hombre habría vivido eternamente dichoso, sin emociones, sin enfermedades y sin concupiscencia ¿Ovíparos y hermafroditas? Entonces ¿Cómo es eso de la maldición de Jehová, creced y multiplicaos como las estrellas del cielo y como las arenas del mar? Principal causa del cambio climático y calentamiento global.

Para Salomón (rey mentiroso, mujeriego y concupiscente): "La mujer es más amarga que la muerte. De cada mil hombres, he encontrado uno bueno pero ni una he encontrado entre todas las mujeres."

La Biblia afirma, El nacimiento de una hija es una pérdida. Esa reiterativa prédica de la Biblia ¿Será el origen de la pederastia? Los curas y pastores evangélicos dicen ser grandes conocedores de la Biblia. Leen y repiten sus versículos, como loros. Resulta largo desglosar en esta nota periodística toda la misoginia que contiene la Biblia. ¿Por qué tanto odio contra la mujer?

En el budismo, su fundador, Siddhartha Gautama, aproximadamente en la misma época, expresó, La mujer es mala. Cada vez que se le presente la ocasión, toda mujer pecará. Tal vez de esta afirmación budista debe haber nacido el dicho, no hay hombre que no lo pida ni mujer que no lo dé.

Confucio, filósofo chino, "La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que hay en el mundo".

El Corán, que es copia del judaísmo y del cristianismo, dice:

"Los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales Alá ha elevado a éstos por encima de aquéllas, y porque los hombres emplean sus bienes en dotar a las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas: conservan cuidadosamente, durante la ausencia de sus maridos, lo que Alá ha ordenado que se conserve intacto. Reprenderéis a aquéllas cuya desobediencia temáis; las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis; pero, tan pronto como ellas os obedezcan, no les busquéis camorra".

La misoginia, el antifeminismo no sólo es institución divina, obra del Padre Eterno, también de los apóstoles, los padres de la Iglesia, los teólogos, los escolásticos, santos consagrados, elevados a los altares. Todos, en su momento pronunciaron sus conjuros contra la mujer. Vale la pena citarlos:

San Pedro: "Cuando oigo hablar de una mujer, huyo de ella como de una serpiente que silba."

Santo Tomás (discípulo de Jesus) declara: "La mujer, siendo un ser accidental e incompleto, no podría haber entrado en el primitivo plan de la creación. El radicalismo misógino de este señor no tiene comparación.

En versículos de Timoteo se refleja que, "La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio". Aquí, de manera textual se le prohíbe a la mujer ser diaconisa. Sería necesario reformar el Dogma 98 del Concilio de Trento que figura como epígrafe de esta nota.

San Agustín es categórico en la condena: "Vosotras, las mujeres, sois la puerta del Diablo: sois las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la ley divina: vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruisteis fácilmente la imagen que de Dios tenía el hombre. Incluso, por causa de vuestra deserción, habría de morir el hijo de Dios". Que odio tan acerbo el de este fundador del cristianismo, con todo y haber sido mujeriego, habitar en prostíbulos, vivir con una mujer durante quince años y haber engendrado un hijo.

San Agustín también dice: "Es un gran problema el saber si en el juicio final las mujeres resucitarán en su propio sexo, pues sería de temer que llegasen a tentarnos aun en presencia del mismo dios." Parece que este tipo si era concupiscente. ¡Enfermo sexual!

San Cipriano: ¡Lejos de nosotros esta peste, este contagio, esta seductora ruina! En su forma lleva el pecado, en su sustancia ha tomado origen la necesidad de morir. Una unión con una mujer es causa de todos los crímenes, es el jugo envenenado de que se sirve el diablo para apoderarse de nuestras almas. Una unión con una mujer es una incongruidad." ¡Que odio tan acerbo! Predica al feminicidio.

San Gregorio da su opinión: "Es más difícil de encontrar una mujer buena, que un cuervo blanco."

Al leer estos textos, ¿En dónde está el pecado? ¿En las formas de la mujer o en la mente enferma de lujuria de estos "santos varones"? ¿Por qué tanto odio hacia la mujer de los "santos" fundadores del cristianismo? ¿Quién les transmitió esas enseñanzas? Si eran analfabetos, estas enseñanzas, no hay duda, las recibieron de su maestro, el propio Jesús de Nazaret. Moisés la trataba de impura y condenaba a muerte al hombre que se acercase a ella en determinados momentos.

Tales son algunas de las opiniones emitidas sobre la mujer por eminentes y santos fundadores de creencias (judíos, católicos, protestantes, testigos de Jehová, mormones, ortodoxos) y de otras religiones. ¿Dónde queda el publicitado lema, Amaos los unos a los otros, si en los textos sagrados consagran la misoginia y sus intérpretes predican el odio, el desprecio contra la mujer? ¿Se puede predicar el amor si se lleva acuestas el lastre de 2000 años de crímenes (La Inquisición)? Resulta muy difícil, tanto para el cristianismo como para el islam, pretender borrarlos. Es imposible invisibilizar, de un plumazo, el odio, desdén, discriminación, que dan origen a la actitud predominante en la sociedad, sea cual fuere el grado de civilización, tanto en las etnias africanas hundidas en costumbres prehistóricas, por ejemplo, prohibir el placer sexual a la mujer y para impedirlo, a las niñas, al llegar a la pubertad, les extirpan el clítoris (circuncisión femenina). Actitud similar al machismo y feminicidio presente en las sociedades cristianas que se dicen más avanzadas ¿Avanzadas en qué? En pleno siglo XXI perdura en la mente de los creyentes el esoterismo propio del Paleolítico. Las religiones y la creencia, en general, no tienen su origen en la sabiduría, sino, en todo lo contrario: la ignorancia y el primitivismo.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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