¿Qué aprendí de la crisis?

NOTA: Este articulo no tiene amplios contenidos de análisis técnico, sino la voz de un venezolano más, al igual que el promedio, que padece de una crisis que no generó de manera directa, pero sigue apoyando a la Revolución Bolivariana, sin perder el criterio por ‘’dogmas’’.

1.- Que comerse un perro caliente, una hamburguesa, una reina pepeada o pizza, que no fuera de restaurant exclusivo, también era una forma de exclusividad y más cuando ni si quiera en el estándar más bajo, se puede disfrutar de la mostaza, salsa de tomate y mayonesa como regularmente se hacía, es decir, que hasta lo más bajo y poco, ya es un lujo.

2.- Que existía el agua y que se convertiría en mi principal prioridad a la hora de degustar cualquier plato que medianamente podría complementar; que la coca cola hacía daño, a pesar de que había bajado su consumo; que cuando decidí migrar a los jugos, estos desaparecían porque al igual que a mí, muchos venezolanos decidieron variar, para el ahorro, con bebidas ‘’mas naturales’’; cuando ya no encontraba los jugos procesados producto del ‘’neocomerciante’’, opté por las frutas, pero no se cual, o no sé donde un distribuidor decidió convertirse en mano y pa’ rematar le robó la capa a Harry Potter de invisibilidad y con un desorden esquizofrénico que le daba por comportarse como boicoteador, comenzó a subirle precios a las frutas, no dejándome más opciones que los mangos de la mata de mi vecina.

3.- Que un shampoo me puede durar de 3 meses; que la pasta dental a juro debe durarme en promedio 4 meses; que el jabón azul no era tan niche como parecía; que el gel de baño no lava sino perfuma y no sirve para opción de ahorro; que el enjuague de cabello, era un lujo tonto e innecesario siendo hombre; que la barba desaliñada era una tendencia y moda actual y además, las 3 hojillas era un truco comercial con el tema del ahorro de tiempo y duración del afeitado; que la espuma de afeitar a parte de lujo, era cuestiones para afeminados y que el alcohol sustituye perfectamente cualquier loción después del afeitado.

4.- Que la arepa, no sólo es de maíz, sino de ocumo, ñame, maicena, yuca, plátano, arroz, avena, cuero de pollo, compuesto de chicha y que te hace ahorrar cantidades de dinero que te sirve para comprar otras cosas, que nunca podré conseguir de manera normal; es decir, sólo haciendo una enorme cola reflexiva de 5 horas que me permita hacer relaciones publicas y comerciales para futuros canjes de productos, compra a revendedores con servicio delivery sin recargo adicional o cambios en centros comerciales, sobre todo en el área de los baños o estacionamientos. También, en estas colas reflexivas y muy sabrosas, me permiten evaluar de manera objetiva comentarios en base a estudios literarios, económicos, geopolíticos, partidistas y hasta familiares; si, familiares porque a la mamá de Maduro le mencionan mucho; de la opinión de los polimatas que a diario me toca escuchar de manera atenta y privilegiada en silencio, para no interrumpir sus enormes discursos, que algunos llaman quejas, pero me han hecho evaluar que lo que vi en la universidad, en libros, entre otras cosas, está totalmente errado. De hecho, muchos aseguran que de ser presidentes, gobernadores y alcaldes, acabarían la crisis en una semana; al principio entendí que era el país que acabarían, pero no creo que seres ‘’tan bien formados’’, atenten contra su nación.

5.- Que el precio del queso y carne alto era por la sequia y no por la especulación; que las vacas estaban estresadas y los psicólogos determinaron que el producto de su estrés era porque su leche y carne estaba subvalorada y le recomendó a Fedenagas que dijera en los medios que el precio justo aproximado, debía ser 10.000 Bs por KG, para que la vaca volviera a tener buen humor; pese a ello, ¿para qué ir a una tienda a comprarlos?, sino me alcanza el dinero frente a semejante lujo exclusivo que para la clase media que si arriesgó todas las oportunidades financieras a través de esos ‘’justos vacios económicos’’ dejados por los que protegían mi cartera y mis intereses, de manera muy optima a través de CADIVI/CENCOEX/SUNDEE, Bolipuertos, entre otros, lograron inflar sus cuentas bancarias obteniendo una mayor liquidez producto a un mercado gris, sin mucho inversión de honestidad.

6.- Que el venezolano promedio, no debió ni debe ir a una universidad. De manera innata es un comerciante, pulpero, distribuidor, sabe de oferta y demanda cuando el mismo producto pero de distinta marca le aumenta su valor monetario o de canje si es Polar o no ó si lo compró en Brasil o Colombia, así sea producido en Venezuela; menos en el caso de la leche en polvo, que es el único producto que tendrá un valor estándar sea cual fuere la marca por su modesta demanda y ‘calidad’. Que eso de la producción, es innecesario mientras se tenga dólares y bolívares y simplifica de manera más cómoda lo que es la acumulación de capital.

7.- Que cuestionar las medidas; que quejarme de ver que los CLAP si se distribuyen en otras partes, menos en mi Municipio; que los aumentos de los servicios del Estado a dólar DICOM son para seguir sosteniendo la política social, así mi salario no esté adaptado ni a DICOM, SIMADI, SICAD I, II, III, RECADI, entre otros, me hacen ser opositor, egoísta, apátrida, pitiyanqui, inconsciente, pumalaca, que soy panita hermano de Nicmer Evans, aliado de Rodriguez Torres, Sobrino de Eduardo Samán, compadre de Juan Requesens, adecoallupista, pero jamás Chavista.

8.- Que para optar por una casa de la misión vivienda, debo ser un trabajador de las empresas básicas y de instituciones del Estado, que han decidido agruparse, así tenga su casa y crear asociaciones civiles en terrenos tipo lomito y forrar los alrededores con afiches que les quedaron de campañas electorales o decidieron guardarlos para un momento especial, para declararse Guevaristas, Zamoranos, Maisanteros y tener en menos de un año, no sólo la asignación, sino tener la posibilidad de habitar el inmueble y después alquilarlo, para tener otra entradita que amortigüe el ‘’mísero’’ salario que a duras penas, por el Estado devenga.

9.- Que para sembrar en un terreno y poder optar por un crédito agrícola, primero, debo caerle bien a los que hacen los cursos de formación agraria; ser uno más de la estadística bonita que mostrará el Presidente en su programa; aceptar, como uno de los requisitos, el peloteo entre oficinas, direcciones y gerencias para poder tener el privilegio que sólo da la revolución Bolivariana, para que un equipo técnico se dirija a donde tengo mi tierra para sacar las coordenadas UTM de la manera correcta, avalada y certificada, para sentarme a esperar al tiempo de Dios, que es otro requisito, el análisis aprobatorio de unos sapientes agrarios en Caracas, que a pesar de nunca haber ido a Guayana, sepan exactamente todo cual vidente y decidan darle positivo o negativo, según mi humor y dinero (pal’ soborno) y no la productividad de la tierra evaluada.

10.- Que simplemente, soy un egoísta.

Una revolución socialista, no se puede hacer en base al desequilibrio, o darle equilibrio sólo al que tenga dinero; no se le puede colocar muros al que nunca ha sabido escalar ni se le formó para ello; no puede señalar de traidor, cuando fue ella quien ofreció seguridad y protección y cuando hoy, que no puede garantizarlo ‘’por el precio del petróleo’’ (citando a Héctor Rodríguez), toma practicas alejadas y errantes que generan enorme molestia y más cuando son totalmente opuestas a la seguridad humana que el Socialismo real, si garantiza; asegurar de que todo el mundo tiene capacidad monetaria, porque una tablita dada por un BCV, que se rehúsa a dar de manera puntual los indicadores económicos desde hace buen tiempo, sea la objetiva. Que gocemos del peor equipo comunicacional, empezando por un ministro que no pasará de ser lo que su biografía twitter menciona ‘’Un aspirante a Revolucionario’’ que se ha convertido en un justificador en base a la estupidez y además, se fusila los discursos de Carlos Andrés Pérez para dar sus ideas socialdemócratas y neoliberales de la crisis y no a la objetividad que amerita nuestra situación tan delicada y sensible a la psiquis del venezolano promedio.

El vilo que deja los anuncios de nuevos planes, cuando vemos que los anteriores, que se mostraron como los que darían en un lapso de 6 meses soluciones, pasen a un segundo plano hasta desaparecer, mientras la crisis se sigue agudizando. Cuando la justicia, de justa no tiene nada, al respecto de las investigaciones por corrupción de funcionarios que han sido juzgados y tienen penas risibles para tamaño daño generado a la cosa pública. Y lo peor, es vernos al pueblo quien cuestiona, como un enemigo, mientras hemos sido leales de manera electoral, en la consecuencia de las actividades partidistas, en el impulsar todo plan que a de fracasar al verlo con optimismo; de señalar de que nuestra revolución de productiva no tiene nada y no por el precio del petróleo ni su rentismo, sino por todos los oportunistas que lumbreras ministeriales, nacionales, regionales y locales han logrado meter en el aparato institucional, ese que es el que nos ataca hoy, y acabaron con todas las iniciativas que Chávez e incluso Maduro en un plano menor, quiso (y quieren) para Venezuela. Eso, en definitivo es el aprendizaje de la crisis; pero como yo soy socialista muy a pesar de ser un cuestionador, moriré con las botas puestas si es lo que nos tiene el destino preparado al fracasar el proyecto Bolivariano por la incompetencia y falta de dureza revolucionaria, antes de verme con los traidores que se pliegan a un RR, como única opción que le da el facilismo político espectral junto a una oligarquía que se sigue y seguirá beneficiando gracias a sus dosis preñada de buenas intenciones de guerra económica.

Yo amo a la Revolución Bolivariana, pero no para perdonarnos las cagadas; allí es donde comienza a marchar todo mal. Es duro ser honesto con los nuestros y decirle, ‘’no sirves para esto’’; revolución, sin trabajo revolucionario, es socialdemocracia, que a su vez, es verdadero mal que nos ha sumergido por más de 60 años en todas las crisis vividas.

¡Ciudadanos (pueblo e institución), Uds. tienen el testigo de la responsabilidad ante la historia!



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Daniel Jesús Ramírez González

Comisionado de Asuntos Internacionales de la JPSUV Caroní, Estado Bolívar.

 danielramirez@psuv.org.ve      @DanielRamirezG

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