¡Ni revocatorio, ni pacto con los capitalistas: Socialismo!

El revocatorio no garantiza una rectificación hacia el socialismo. Cliver Alcalá, que habla de socialismo y chavismo a su vez lo hace de un Multidiálogo donde incluye a "la propiedad privada". Héctor Navarro habla de socialismo pero hace sus denuncias de corrupción en una Asamblea Nacional corrupta, como si esa asamblea de reaccionarios estaría interesada en escuchar sus denuncias o tuviera algún interés en el socialismo. Es el mismo caso de Ana Elisa Osorio. Pareciera que estos chavistas a la hora de optar por una crítica al gobierno todavía no hacen distinciones frente las instituciones burguesas y la irreverencia revolucionaria.

Hoy un grupo que se hace llamar Marea Socialista Línea Originaria descubre dos cosas importantes en relación a este asunto: la primera es que Marea Socialista se ha separado del proyecto bolivariano, y la segunda, que en nombre del proyecto bolivariano el practicismo de este grupo disidente, su tareismo, el cual los haría críticos al gobierno y a la corrupción no resulta suficiente para rectificar hacia el socialismo. No basta con coincidir con muchos en condenar la corrupción dentro del gobierno actual para que percibamos una posible rectificación hacia el socialismo. Porque, casi todos ven en la corrupción el mal de un gobierno, que simplemente se encuentra en el capitalismo. Y hasta ahora, ni Alcalá, ni Navarro y ni Osorio, ni las dos Marea Socialista, han negado al capitalismo y a las debilidades pequeñoburguesas como las fuente principales de toda corrupción, especulación, explotación, burocratismo, violencia etc...

En caso de revocar a Maduro y a la vez darle continuidad a las mismas alianzas con el capitalismo brotaría más fuerte el corrupto y la corrupción, con la misma maldad y más intensidad. Y se repetiría el ciclo vicioso de querer justificar a los ministros y amigos, de tener que mentir o disimular el "error cantado", ya anunciado, de querer hacer pactos con los capitalistas para alcanzar el camino revolucionario hacia el socialismo.

Para rectificar habría que volver a Chávez, y al socialismo que él cultivó (Marx, Lenin, Gramsci, a Fidel al Che y otros). Y para eso no hace falta ningún referéndum revocatorio. El revocatorio es una excusa para distraernos de la revolución socialista. Lo que hace falta es irreverencia en la discusión, fuerza en la crítica y en la discusión, hablar con la verdad, convencer, y tener claro dónde están la estrategia y el enemigo. No debe haber nada personal, el mal está en las ideas, está en la ideología gobernante, hegemónica, que todavía hace vida dentro de nosotros mismos. Por eso insistía el Che que no se podía hacer socialismo con las armas del capitalismo, con "las armas melladas del capitalismo" (con motores capitalistas, con explotación capitalista, con devastación capitalista).

Esta falta de sensibilidad social, de conciencia del deber social es lo que ha sembrado y cultivado a la corrupción. Empecemos por decir que cuando no hay conciencia del deber social, todo aquello que es propiedad del Estado y que debería ser de propiedad social, la gente inconsciente, la consciencia pequeñoburguesa lo entiende, como que no es de nadie. Se piensa en el Estado desde la conciencia egoísta del capitalista. Lo que no es de nadie, entonces es de todos y comienza la rebatiña.

Es por eso que mientras crean que el problema del gobierno se resume en la corrupción; que, en el mismo caso del Arco Minero del Orinoco no se vea otra cosa que corrupción (como así lo creen estos tres camaradas) y no una consecuencia (del desarrollo) inevitable del capitalismo, no tiene sentido cambiar de presidente, o pedir su renuncia, o votar por un referéndum revocatorio; el revocatorio no significa mágicamente socialismo, no significa nada. Es simplemente una distracción. Pero ni siquiera, o menos, la posibilidad de eliminar la corrupción que es connatural con el capitalismo; con el libre mercado y sus condiciones espirituales.

Por otro lado, aquello que hace que Héctor Navarro y Ana Elisa Osorio, y el mismo Cliver Alcalá ahora estén reclamando "respeto al juego democrático", a la institucionalidad y etc., los ata fuertemente al espíritu democrático burgués (Esto no quiere decir que en el gobierno no pase lo mismo, sus trampas a las reglas del juego los hace creer en las reglas del juego burgués). Pero los muestra como respetuosos de una institucionalidad podrida, que ya hace rato hemos debido haber colocado por debajo de los intereses revolucionarios socialistas en el basurero de la historia. Esa Asamblea Nacional, ese Consejo Nacional Electoral –que gobierna y regula el juego democrático burgués- han debido ser sustituidos por una asamblea popular revolucionaria elegida verdaderamente desde organismos de bases y con la ayuda de un instrumento técnico electoral puesto a su servicio. Que no haya sido así es lamentable. Pero que sea lamentable no quiere decir que nos sometamos al sistema (que hemos debido cambiar hace rato) con tanta docilidad, sin reprobarlo, sin rechazarlo, así como rechazamos al capitalismo y al imperialismo. Todo viene en un mismo paquete: Sistema político burgués (democracia burguesa), Capitalismo, Imperialismo y Corrupción moral – material, mentira, disimulo…

Si hay honestidad en los planteamientos revolucionarios ¿Qué nos importa que sustituyan a Maduro? Otro, a estas alturas de la revolución chavista, nacido de unas elecciones burguesas no va hacer las cosas mejores. Mientras Maduro sea el presidente signado por Chávez para dar continuidad a su mandato hay que intentar que en torno a él se genere un gran movimiento socialista, profundamente crítico, que lo haga retomar el camino hacia el socialismo y acallar los cantos de sirenas del capitalismo, de la propiedad privada, del egoísmo emprendedor, del KinoTáchira y la Lotería del Zulia y el 5Y6. Mientras contemos con los viejos compañeros de Chávez hay que intentar hacerlos reflexionar y cambiar el rumbo. Lo demás es otro salto al vacío.

De unas elecciones burguesas nunca sale nada bueno. Otro como Chávez sería producto de otra Venezuela. La Venezuela de Chávez todavía es esta, hay que intentar reanimarla y reavivarla mostrándoles a los capitalistas lo que somos capaces hacer los revolucionarios.

¡Volvamos a Chávez!!



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Héctor Baiz

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