¡El capitalismo nos devorará! ( II )

No solamente es la absurda e injusta distribución de la riqueza en el mundo. Existe además un enorme número de razones que nos muestran que debemos superar el capitalismo, antes de que el capitalismo acabe con la humanidad. Tales razones son entre otras las siguientes:

- La enorme contaminación del planeta, por la explotación exagerada y el mal uso de los recursos naturales, el despilfarro y el desperdicio despiadado de gran parte de ellos, debido al interés de unos pocos por obtener, ante todo, un beneficio económico inmediato, sin importar las consecuencias futuras de esta actividad y sin tener en cuenta para nada el daño ecológico causado.

- El agotamiento de los recursos naturales, debido a la insensata voracidad, en busca del lucro, para un reducido número de personas, como objetivo primordial. Por este motivo, se extraen sin mesura y sin piedad, los minerales, el petróleo, el gas, etc., dejando a las generaciones futuras con un saldo deficiente de los beneficios que nos ha deparado la naturaleza.

- La desastrosa deforestación practicada para adaptar la tierra con el objeto de desarrollar grandes extensiones de monocultivos, ganadería extensiva, o mega minería, que solo benefician a un reducido grupo de personas, generando grandes riquezas, a expensas de toda la humanidad, que carece de una alimentación adecuada y suficiente, contaminando adicionalmente las aguas subterráneas y superficiales del planeta por el uso exagerado de agro tóxicos, mercurio y arsénico, pero que además está aumentando la aceleración de un amenazante cambio climático.

- Las agresiones, guerras, invasiones, saqueos, etc. a que son sometidos los pueblos más débiles, que son poseedores de alguna riqueza material o ubicación geográfica, por parte de países extranjeros o empresas transnacionales con enorme poder económico, mediático y militar. La feroz destrucción, por parte del imperio capitalista, de sociedades enteras para convertirlas en zonas de saqueos de sus recursos naturales (mano de obra, insumos mineros y agrícolas, etcétera), como son los casos de Irak, Libia, Afganistán, Siria etc., que se hacen cada vez más frecuentes. El capitalismo se muestra así cada vez más inhumano.

- Aunque la hemos dejado para mencionar en último lugar, no hay duda de que la corrupción constituye el principal generador de todos los males causados por el capitalismo. En efecto, si no existiera el capitalismo, no habría corrupción, pues ésta nace del deseo de la ganancia fácil, mediante el soborno y no existe una forma más fácil de lucrarse, que ganar sin hacer nada, o ganar por ocultar, o dar a conocer a alguien, alguna información que pueda favorecerle o beneficiarle, especialmente si tal acción es injusta o ilegal. Ninguna de las razones que hemos mencionado anteriormente existiría si no estuvieran amparadas por este anti valor que nace de la misma lógica del capitalismo. Por más intentos que se hagan, nunca se erradicará la corrupción dentro del capitalismo, pues ella forma parte de su naturaleza. Y mientras más poderoso sea el sobornador, inútil es todo intento por atacar la corrupción. Un ejemplo indiscutible se aprecia con los monopolios, que en el mundo, entero caracterizan a las corporaciones multinacionales, para las cuales no existe funcionario o gobierno alguno que pueda enfrentarse a ellas sin ser derrocado. Esta es la razón por la cual, quien tiene mayor capacidad económica, puede satisfacer sus caprichos más arbitrarios y quien tiene menos poder, siempre estará sometido por el más poderoso. En el caso actual en Venezuela, es una ingenuidad pretender acabar con la corrupción, el bachaqueo, el contrabando, etc., si no se ataca frontalmente el capitalismo.

En conclusión, podemos decir que el capitalismo, desde el lado que se mire, ha sido el causante de múltiples y enormes calamidades, muertes y un desastre espantoso para la humanidad, por lo cual, tenemos que luchar por combatirlo y acabarlo antes de que este modelo acabe con todos nosotros. Debemos sustituirlo por un modelo completamente opuesto, que obedezca a otra lógica, que respete a la naturaleza y al ser humano, que sea solidario, que no sea solamente el lucro y la acumulación su objetivo fundamental. Este nuevo modelo es obviamente el Socialismo. Pero por experiencia se sabe que intentos anteriores para construir el socialismo han conducido a una industrialización exagerada, fabricación de armamento en gran proporción, enorme corrupción y burocratismo, como fue el caso de la Unión Soviética. Y eso no debe volver a suceder. Se requiere que el nuevo socialismo que intentemos construir, ante todo respete la naturaleza y la dignidad del ser humano. Esto nos conducirá precisamente al ECOSOCIALISMO, que como su nombre lo indica, es el socialismo que incluye el respeto a la naturaleza.

Uno de los principales errores tanto del capitalismo como de los intentos de construir el socialismo fue entre otros, el irrespeto a la naturaleza y el exagerado consumo de sus recursos. El modelo chino está cometiendo el mismo error y en consecuencia está generando una abismal y nunca antes producida contaminación como consecuencia de la fabricación y producción de la enorme cantidad de bienes superfluos, desechables, inútiles y hasta perjudiciales, debido a que el principal móvil que los anima y estimula es el lucro, la ganancia y el crecimiento económico.

Paradójicamente, nos quieren convencer de que el fracaso es del socialismo. Pero mal puede fracasar un modelo que aún no se ha consolidado en ninguna parte. En efecto, en la Unión Soviética no se alcanzó a consolidar, fundamentalmente por el excesivo burocratismo, la corrupción desmesurada, y la competencia armamentista con Estados Unidos. Por otra parte, en Cuba ha tenido incontables impedimentos especialmente por el inhumano y despiadado bloqueo económico que por más de cincuenta años ha sufrido la isla antillana por parte de los Estados Unidos. Al considerar otros lugares del planeta, podremos concluir que el capitalismo, con todo su poder, económico, mediático, militar, etc., ha sido y seguirá siendo el principal obstáculo para impedir cualquier intento de consolidación del socialismo. El caso venezolano es una prueba más de las dificultades que se deben enfrentar para construir el socialismo debido a la resistencia ofrecida por los defensores del capitalismo en el mundo.

La pregunta ahora es:

¿Por qué hay tantos defensores y simpatizante del capitalismo, que tanto daño nos ha hecho y ha causado a nuestro planeta?

A la luz de la información, ampliamente comentada que tenemos sobre la distribución, (o mala distribución), de la riqueza en el mundo actual y el enorme daño ecológico causado parece que imperara una lógica estúpida en aquellos que defienden el capitalismo, pero no es así. La respuesta tiene muchas explicaciones, entre otras, las siguientes:

- Desde que llegamos al mundo y tenemos uso de razón, la lógica capitalista se apodera de nuestra conciencia con el auxilio de las instituciones, como la familia, la escuela, la iglesia, el estado, los medios de comunicación, etc. enseñándonos, o motivándonos a defender, como algo muy natural, los valores capitalistas, como la sagrada propiedad privada, la libre competencia, el éxito individual, la superación personal, la importancia de ser VIP (VERY IMPORTANT PEOPLE), de tener grandes riquezas, consumo ilimitado, lujos, y paremos de contar. De tal manera que quien no esté de acuerdo con dichos valores, pareciera ser un ignorante, retrógrado, necio, o un demente que niega hasta la maternidad.

- La cultura del consumismo que cada día se apodera más de nosotros, que nos mueve a comprar todo lo que anuncian con el uso de la avasallante publicidad y el crédito, sin priorizar necesidades. Que nos crea necesidades inexistentes, angustias, alegrías, que nos incita a preferir lo material sobre lo cultural y lo intelectual, que nos hace dar mayor valor a la riqueza material que a la ética, la dignidad, la moral o cualquiera otra virtud, pero que nos convence que si gastamos como los ricos, fácilmente y muy pronto llegaremos también a ser ricos. Que ser rico es bueno y el que no es rico no es feliz.

- El consenso creado o fabricado, usando el poder que tienen los capitalistas, con el monopolio mediático de los medios de información y comunicación con los que controlan todas las actividades culturales, deportivas, laborales, etc. para manipular la opinión pública, de tal manera que no veamos las fallas y defectos del sistema capitalista, que veamos solamente sus "maravillosas cualidades" y en cambio, consideremos que cualquier otro modelo, en particular el socialismo, es sinónimo de ineficiencia, atraso, anti modernismo, opresión, dictadura, fracaso.

- El temor, el miedo, el desamparo, el aislamiento, el peligro, las sanciones que tendremos que afrontar si decidimos oponernos al capitalismo o contravenimos las "beneficiosas leyes" del mercado. Todo lo mencionado anteriormente logra convencernos de que no hay alternativa, (there is not alterntive), que la mejor opción, o la única opción, es evidentemente el capitalismo, porque de otra manera, tendremos que sufrir las consecuencias. Que usarán la violencia física contra quien intente enfrentar este modelo, como ya se ha podido comprobar en innumerables ocasiones, en las cuales se han mostrado inclementes, con individuos, instituciones y gobiernos.

De esta manera comprobamos que no es una lógica estúpida, la de los defensores del capitalismo, sino que existen razones muy poderosas para que este comportamiento sea tan generalizado. Pero de seguir aceptando este sometimiento, iremos directo hacia nuestra desaparición, contando además con nuestra colaboración.

Ahora bien, el hecho de que los pobres seamos una inmensa mayoría, nos da el poder suficiente para conseguir nuestra liberación, que pasa por apoderarnos de los medios de información y comunicación existentes , o por lo menos llegar a superar en cantidad, calidad y control de los medios en nuestras manos, para de esta manera poder contar con un mayor grado de conciencia colectiva, unidad y organización que permitan orientar la opinión pública y así poder transformar el consenso imperante, es decir, transformar la idea de lo que estamos acostumbrados a aceptar como correcto o conveniente, ineludible o inevitable, que es lo que nos impide ganar la batalla para derrotar el capitalismo.

Es imprescindible lograr la mayor unidad posible de todos los integrantes de ese 99,9% de la población mundial que constituimos la gigantesca clase explotada. Mientras este sector de la población no tome consciencia de quiénes son sus verdugos, esa pequeñísima clase explotadora continuará dominándonos.

Recordemos la expresión del gran Karl Marx, dirigiéndose en 1848 a todos los explotados, la cual hoy es más vigente que nunca:

¡Proletarios del mundo, uníos!



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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