Alquimia Política

El liderazgo, el poder y la autoridad

El liderazgo es un tema crucial hoy día cuando las fronteras se han abierto al comercio y la interacción global. Al hacer mención de grupos, organizaciones y personas, es indispensable mencionar a los conductores, los líderes que logran el éxito de sus organizaciones y que orientan a sus subordinados a conseguirlo. Un líder es una inspiración, un accionar de movimiento; cuando ese líder se comporta torpe y obra en función contraria a los intereses del grupo, ya no es un líder, sino parte del problema y los obstáculos que necesita superarse.

El líder, en su materialización corpórea como persona, posee muchos defectos y virtudes que él debe conocer y reconocer; esto implica mirar primero dentro de uno mismo, conocerse para luego entender a los demás y reflejar lo que quiere lograr, lo que busca alcanzar con los demás para conseguir el éxito. Este análisis nos llevara a entendernos para luego conocer a los demás y de esta forma mejorar nuestro desempeño como líderes que somos, sea para beneficio personal y/o de nuestra organización o grupos. El líder puede ser negativo (ejemplo los de las cárceles), o positivos (como Cristiano Ronaldo en su equipo de futbol o en su propio país, Portugal); pero debe estar consciente de sus límites y nunca obrar más allá de ellos, porque corre el riesgo de perder su estatus y legitimidad.

El líder, a todas estas, debe dominar un sin número de funciones que le faciliten interactuar con el medio y dirigir con eficiencia los destinos de quienes en él han depositado su esperanza y sus afectos. Deberá ser estratega, organizador y líder proactivo.

Haciendo un análisis de las nuevas tendencias en los estilos de liderazgo que han surgido como respuesta para adaptarse al entorno actual, se puede concentrar en tres grandes grupos para facilitar su comprensión:1- El Líder desde su individualidad, el cual está basado ante todo en la autoridad moral, induciendo a dar mayor reconocimiento a la dignidad personal-profesional de los colaboradores, a lo que se le conoce como: liderazgo personal, una idea de liderazgo basaba en la centralidad de la persona; 2- El Líder como capacitador, el cual debe ser consciente de su papel de mentor, como entrenador de todos los miembros de su equipo para que puedan valerse por sí solos. Este otro estilo evidencia un modelo de comportamiento, una guía encargada de interpretar las necesidades de los mercados para orientar su camino, el de su equipo y empresa. Hay que estar claro que no todos los mentores son líderes, pero si todos los líderes deben ser mentores; y 3- El Líder y los equipos de trabajo, en donde, autores como Peter Senge, aporta ideas y reflexiones en el diseño de lo él define como el concepto de "Ecología de liderazgo", que no es más que personas diversas, que trabajan en colaboración al servicio de algo que les importa, creándose las comunidades de liderazgo. Esta percepción saca a la luz la presencia, en una organización, de muchos líderes importantes que no forman parte de la alta dirección, llamados trabajadores de "red interna" pues ayudan a propagar las nuevas ideas.

Como usualmente se aprecia, la propiedad intelectual más importante en la era de la información son las personas, por ende, se hace imprescindible aprovechar sus capacidades, lo que se puede lograr a través de esparcir el poder y la responsabilidad en un mundo de co-líderes que hagan el verdadero trabajo. De esta forma comprobamos que, en la actualidad, el trabajo más gratificante es el que se lleva a cabo en equipo para lograr un objetivo común; por eso el co-liderazgo se revierte en una necesidad para estos entornos. Los verdaderos co-líderes no necesitan estar en la cima de la organización para encontrar la satisfacción, pues saben hacer distinción entre fama y éxito, buscando desarrollar más la última, lo que implica el deseo de alcanzar los objetivos comunes.se presenta como la capacidad para ejercer influencia en los demás. El poder dentro de una organización influye de alguna u otra forma en los gerentes y los empleados; por ejemplo, el poder de compra del consumidor o la influencia que pueden tener unos socios en otros, estos por citar algunas formas de poder porque existen innumerables formas más tomando en cuenta que una organización es un sistema abierto y que hay factores externos que también influyen.

Ligado al poder está la autoridad en una organización, la cual se presenta como el derecho propio de un puesto (y por lo tanto de la persona que lo ocupe) a ejercer discrecionalidad en la toma de decisiones que afectan a otras personas. Se trata, por supuesto, de un tipo de poder, pero de poder en el marco de una organización.

Hoy día se ha tornado muy difícil el ejercicio de la autoridad; la desorientación reinante es tal que se confunde el ejercicio de la autoridad con la manipulación, la autoridad rectamente entendida con el autoritarismo, y la sana democracia con la anarquía asamblearía. Los detractores de la autoridad olvidad una observación sociológica básica: la universal necesidad de la autoridad como instrumento de orden y de economía social. Donde quiera que veamos una realidad social –desde una tribu primitiva hasta el consejo de administración de una empresa– allí nos topamos con la observación de hombres y mujeres que ejercen su influencia y toman iniciativas sobre los demás. Por supuesto, como toda obra humana, el ejercicio de la autoridad está sujeto a la posibilidad de error y de corrupción, como decía Aristóteles "el poder corrompe", pero ello no invalida su carácter de auténtica exigencia social.

Las dificultades por las que atraviesa el ejercicio de la autoridad en las organizaciones modernas son el resultado de diversos factores concomitantes: La elevación del nivel educativo, que confiere un mayor criterio e induce a pedir más protagonismo en las decisiones; La elevación del nivel de vida, que reduce la dependencia económica del sujeto y que, consiguientemente, le confiere más poder frente a las organizaciones (como observa Rostow, la difusión de bienes, fruto del crecimiento económico, genera una difusión del poder); La creciente complejidad del funcionamiento de las empresas; esta complejidad exige una estrecha coordinación de esfuerzos entre profesionales, que ha de asentarse más sobre la colaboración que sobre la imposición; y El desarrollo de una más clara conciencia de la dignidad humana, que lleva a pedir más participación.

 



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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