Observando y analizando las últimas opiniones y criterios políticos emitidos por un importante liderazgo de vanguardia de las organizaciones sindicales filiales de la UNION NACIONAL DE TRABAJADORES DE VENEZUELA –UNETE-, es preocupante las lagunas ideológico-políticas que dejan escapar en apreciaciones alegres sobre materia política en algunos renglones gubernamentales que son de la competencia de personeros del gobierno y del partido PSUV involucrados en la gestión gubernamental. Si bien es cierto que lo sindical debe estar pendiente de las fallas y errores de una gestión de gobierno cualquiera, esta debe ser, en primer lugar, para contribuir a superar situaciones adversas; y/o, en segundo lugar, para hacer propuestas capaces de superar los problemas. Jamás podemos comportarnos como parte del Estado con PODER DE DECISIÓN para poner o quitar a alguien que lo está haciendo mal en el cargo. Por ejemplo, lo que he oído de varios líderes importantes de UNETE, quienes "…EXIGEN LA RENUNCIA del GABINETE EJECUTIVO del GOBIERNO…" por su ineficacia en dar soluciones a la problemática. Sinceramente considero tal expresión una NOVATERÍA POLÍTICA fuera de contexto, porque no está dentro de la competencia sindical tal responsabilidad. "Zapatero a sus Zapatos". Difícil es la situación de las y los trabajadores para complicarnos la vida en la lucha sindical, con algo que le corresponde al gobierno y su partido (GPP) resolver.
El problema no es que se diga tal o cual cosa contra un funcionario o institución cuya gestión golpea de cierta manera los intereses de la clase obrera. Le asiste todo el derecho a quien lo haga; la contradicción resulta
Cuando se presume de juez y parte, sin aportar los elementos probatorios y mucho menos se tiene la autoridad que reclama el cumplimiento de tal exigencia. El funcionario y sus instituciones tienen las instancias, leyes, convenios y reglamentos para que el ciudadano canalice en contra de los ilícitos las observaciones crítica y la solicitud de las sanciones pertinentes.
En la lucha de clases que es el fuerte de la lucha obrera, hay mil formas, métodos y estilos para radicalizar el combate que cotidianamente debemos librar contra el abuso y los atropellos de representantes de los entes gubernamentales involucrados en la cuestión laboral de las y los trabajadores. En el caso Venezuela existe un mundo de contradicciones en las respuestas que damos a los acontecimientos de índole sindical laboral, tanto por parte del gobierno como por parte de la dirigencia sindical. El gobierno solo confía en los personajes de dirección de su CENTRAL OFICIALISTA (CSBT), ignorando el liderazgo del resto del movimiento obrero no oficialista. Por su parte el movimiento sindical venezolano se mueve contradictoriamente en las corrientes ideológico-políticas tradicionales en tiempos de revolución: oficialistas, no oficialistas y oposición. Lamentablemente en la UNETE ideológicamente es un arroz con mango; así como existe el obrero(a) que defiende su interés clasista revolucionario y bolivariano; tenemos también una oposición trasnochada contra revolucionaria. Esta última es la que tiene tremenda confusión, puesto que no aguantó y se declaran anti gobierno y tal como la OPOSICION APÁTRIDA, ven errores y fallas de los funcionarios del GOBIERNO BOLIVARIANO hasta en la sopa.
