La situación

A partir de 1986 la transnacional de alimentos Cargill inició sus operaciones en Venezuela bajo el nombre Cargill de Venezuela C.A. Desde entonces comenzó una progresiva apropiación del sector agroindustrial, llegando a tener el control de la producción de los derivados de trigo, como harina para la panificación, galletería, harina para el consumo doméstico, pastas etc.; a la vez que controló la industria de aceites, adquiriendo, por ejemplo, La torre del Oro en 1990, Mavesa en 1993, etc. También adquiere plantas productoras de arroz, comprando en 1991 la finca Puente Leña en Píritu, para posteriormente en 1994 comprar la planta de arroz Santa Ana.

Para 1999 Cargill de Venezuela controlaba en el país: Molinos de trigo, pastificios, plantas aceiteras, plantas de arroz, fincas productoras de la materia prima, productos para alimento animal. Se había asociado para controlar la producción de sal. Y el control de estos sectores implicaba el control de la alimentación de la población venezolana. En Venezuela los principales alimentos de consumo son: Pastas, pan, galletería, arroz, margarina, aceites y sus derivados, etc. todo controlado por esta transnacional. Quien siempre colocó diversidad de marcas, tradicionales o no, para disfrazar el control que ejercía sobre el sector alimentos.

Esta apropiación y control de la agroindustria venezolana permitía posesionarse como líder en harina de trigo, aceites, arroz, etc. (controlando toda la cadena de producción), y dejando a capital nacional el control de la harina de maíz, y otros rubros; la mayoría en manos de Empresas Polar.

Actualmente el país está pasando por una crisis de suministro de alimentos; situación que es el resultado de dos causas. Por un lado un gobierno que no ha podido activar el sector productivo en su totalidad, desde Estado; a la vez que ha asumido la importación de alimento como medida para solventar la crisis de abastecimiento; permitiendo esto dos cosas: a.- que el Estado y empresarios privados afines al gobierno nacional sustituya al sector empresarial importador tradicional dependiente de la renta petrolera, lo que no representa mayor cambio en la estructura económica del país, más allá de los actores. b- que el sector productivo nacional impulsado desde el Estado encuentre limitaciones en el mismo gobierno. Se trata de dos modelos, el rentista y el productivo. Los dos presentes en un gobierno que se hace preso de sus contradicciones.

Por el otro lado un sector empresarial que llamaré tradicional, estrechamente vinculado a sectores de oposición que direcciona políticas de desabastecimiento, acaparamiento y redistribución de alimentos. Un sector que logró acumular mucho de su capital durante los gobiernos del llamado periodo puntofijista. Apropiándose así de la renta petrolera durante ese periodo. Este sector quien desde 1999 con la llegada de Hugo Chávez al gobierno nacional perdió el poder político que hasta ese entonces ostentaba; teniendo la mayor expresión de activismo político durante el paro petrolero y patronal; y en el golpe de Estado de Abril del 2002.

Es evidente que el sector empresarial tradicional venezolano y las transnacionales de alimento, como Cargill, actúan en función de sus intereses. De allí que la desestabilización social que existe en Venezuela atiende a políticas bien definida desde este sector, así como de otros sectores afines; como lo es el financiero. El gobierno de Chávez no garantizó la participación de estos sectores en la toma de decisiones en cuanto a políticas económicas se refiere, por lo que en el 2002 dieron un golpe de Estado dando paso a un efímero gobierno de los empresarios, a la cabeza del mismo: el Sr. Pedro Carmona, quien para aquel entonces era presidente de FEDECAMARAS. Al fracasar este gobierno de facto, los sectores empresariales y políticos de oposición que le apoyaron iniciaron una serie de acciones orientadas a impulsar caos social en Venezuela utilizando el control que evidentemente tienen de la economía, de allí que en los años siguientes escaseaban periódicamente distintos productos alimenticios, entre otros. Un trimestre la carne. Luego la leche. Posteriormente el azúcar. Y en momentos electorales todos. Así transcurrieron los años desde 2004 al 2012.

La respuesta del gobierno de Chávez se orientó en dos direcciones. La primera, abastecer de alimentos el mercado nacional en corto plazo mediante la importación desde el Estado y empresas privadas afines. Y dos, mediante la producción de alimentos, creándose así una infraestructura que hoy existe pero que no opera eficientemente.

Encontramos entonces: un Estado debilitado por la corrupción y la falta de eficiencia en cuanto a la gerencia de las empresas agroindustriales, un sector empresarial privado importador afín al gobierno nacional que capta la renta petrolera dando continuidad al "modelo rentista", una oposición política partidista generando ataques constantes desde lo mediático y desde el activismo en las calles mediante la generación de disturbios, un sector empresarial nacional tradicional (ejemplo: Empresas Polar) y transnacional (ejemplo: Cargill de Venezuela) que utiliza el control que ejerce en la economía nacional para incidir en la desestabilización de la sociedad; y por ende el debilitamiento del gobierno a quienes se oponen.

ajmsalazar@live.com

 



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