Precisemos,La Praxis del dinero

El valor agregado o ingreso bruto anual suele descomponerse en salario, ganancia y renta del suelo. Por su parte, la ganancia es fabril y mercantil, y esta de desdoblaría en ganancia comercial e interés financiero. En resumen, tenemos ingresos como salario, ganancias del fabricante, del intermediario e interés de la banca y renta del suelo.

Con esos diferentes ingresos de los copartícipes de la producción capitalista, cada receptor da cuenta de una parte del conjunto del valor bruto anual. Como eso es así, la Economía no científica o, más bien, la Economía Técnica ha presentado la interrogante acerca de cómo se resuelve el valor constante de la producción, habida cuenta de que toda mercancía lo subsume conjuntamente con el capital variable y la plusvalía. Los economistas clásicos se estrellaron ante esa dificultad y los vulgares no terminan de entender el significado concreto de la estructura del valor de la producción bajo el régimen capitalista.

Tan así es esa dificultad que Marx se vio obligado a abundar al respecto, según sus aclaratorias incorporadas en los últimos capítulos de su obra El Capital, Libro Tercero[1].

Dado que la mercancía capitalista gira alrededor del valor y este debe medirse en dinero a los fines de facilitarse la simbiosis de la fuerza de trabajo con los medios de producción, un proceso que pasa por dos fases comerciales y una productiva, para el capitalista la compra de la fuerza de trabajo es parte del capital adelantado como lo es también la compra que haga de medidos de producción.

Simultáneamente, para el trabajador el capital variable se convierte en salario, así como el plusvalor se traduce en ganancia, y renta del suelo o ganancias varias e interés por concepto de la financiación bancaria.

Ese desdoblamiento renticio en salario, ganancias y renta ha hecho pensar que el valor global de la producción se calcularía por la suma de tales rentas y que por consiguiente el valor constante consumido pareciera salirse del juego.

Marx analizó el caso, y nos dice: "Ese fenómeno de la formación de los precios de producción y la distribución de la plusvalía para nada la afecta ya que sólo afecta la adición de la plusvalía a los diferentes precios de las mercancías, pero sin anularla ni mucho menos, ni el valor de las mercancías que sigue siendo la fuente de los distintos componentes del precio".

La Economía no marxista, pues, no termina de entender correctamente que en cada agregado de valor nuevo por parte del trabajo asalariado el capital constante conserva en paralelo su valor al precio que haya sido comprado. Este valor constante va como añadido y confundido al nuevo valor creado. Así, una pieza de tela, por ejemplo, vale lo que haya costado en materia prima más otros costes constantes y las horas de trabajo aplicadas en la transformación del hilo correspondiente.

De resultas, el consumo del salario, de la renta y las ganancias supone implícitamente el consumo mismo del capital constante que soporta el valor recientemente agregado. Recordemos que toda mercancía es técnicamente un valor de uso cargado de materialidad tangible y que soporta el abstracto valor de cambio que a través del dinero adquiere una práctica concreción.

20/06/2016 11:39:32


[1] Véase, Capítulo XLIX, Complemento del Análisis del Proceso de Producción, Cartago, 1974.



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Manuel C. Martínez


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