Pedagogía Política

Voto en contra de Economistas al Documento de Tres Academias del Zulia. Parte IV

LA RESISTENCIA DEL NOBLE PUEBLO.

El chavismo en la calle es el objetivo prioritario

IV

César Prieto Oberto[1]

El cazador cazado: para una consideración final

Se ha mitificado hasta extremos harto ridículos la sofisticación y eficacia de la mecánica imperial y sus mecanismos no convencionales de agresión permanente contra naciones soberanas. La consciencia política, la noción de contexto histórico y el conocimiento de causa ante la violencia son elementos que frenan, a pesar del sostenido, inédito y descomunal desgaste, la fractura total de la nación venezolana. Conocer este material, su lógica y sus procedimientos es un paso clave para desarmar la guerra que ya parcialmente se ha impuesto en el escenario nacional.

Pero tampoco ha sido un asunto de lotería que este documento salga al aire, y que haya sido interceptado y puesto en evidencia ante la opinión pública. No sólo el cazador es el que caza: también puede recibir los varapalos del entorno en donde pretende montar cacería.

El documento que aquí se desmenuzó de forma extensa da testimonio de que sí existe una guerra declarada abiertamente, que los actores sobre el terreno se encubren, que los políticos que le dan cuerda mienten y destacan su estatuto de traidores a su suelo, y que necesitan apretar la avanzada destituyente antes de que lo que tienen por condiciones objetivas cambie.

Muchas de las dificultades ahora tienen más rostro. Queda ahora de parte de nosotros"

Misión Verdad

Sí, la escalada imperial en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, no es espontánea, de ninguna manera. Porque: los "crímenes" de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de la presidenta Dilma Rousseff, y de los presidentes Correa, Evo y Maduro, son sus esfuerzos para que sus respectivos gobiernos representen a sus pueblos y no a sus respectivas oligarquías y a Wall Street. En Washington esto constituye un delito grave ya que el Departamento de Estado y el Pentágono utilizan a las oligarquías criollas para controlar a los países de América del Sur. Siempre que los latinoamericanos elijan un gobierno que los represente, Washington derribará al gobierno o asesinará al presidente.

El último asesinato fue el de Hugo Chávez.

Las sabandijas van por lo suyo

Por algo en la semana del 18 al 21 de mayo 2016, encabezados por el terrorista Uribe, se reunieron en Miami un grupo de dirigentes de la MUD, entre ellos Lester Toledo, con enemigos de los pueblos para exigir la intervención de ejércitos extranjeros en Venezuela. Si, allí se encontraron, acudieron presurosos ante el llamado del amo, entre otros, los expresidentes: Jorge Quiroga de Bolivia; Luis Alberto La Calle de Uruguay; José María Aznar de España; Sebastián Piñera de Chile; Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria de Colombia; Sixto Durán Ballén y Lucio Gutiérrez de Ecuador; Miguel Ángel Rodríguez, Luis Alberto Monge, Rafael Ángel Calderón F. y Laura Chinchilla de Costa Rica; Armando Calderón Sol y Alfredo Cristiani de El Salvador; Mireya Moscoso de Panamá; Vicente Fox de México; Fernando de la Rúa de Argentina; Ricardo Lagos de Chile y Alejandro Toledo de Perú. Miles, muchos miles de muertos, heridos, perseguidos, desaparecidos, suman sus respectivos gobiernos, todos salidos con menos del 5% de respaldo de quienes los apoyaron para acceder a sus respectivos gobiernos.

Consideramos muy importante lo siguiente:

Washington siempre ha bloqueado las reformas en América Latina. Los pueblos latinoamericanos continuarán siendo siervos de EEUU hasta tanto no elijan gobiernos con tan abrumadoras mayorías que estos puedan enviar al exilio a las traidoras oligarquías, cerrar las embajadas norteamericanas y expulsar a todas las corporaciones estadounidenses. Cada país latinoamericano que soporte la presencia norteamericana en su territorio no tiene otro futuro que la servidumbre.

Distorsionando los logros sociales de la Revolución Social

Traemos a colación una reflexión a tono con lo que está sucediendo. No hay duda de la dificultad que ha significado para el pueblo venezolano acceder a los alimentos, especialmente desde inicios de 2013. Largas colas deben hacerse a las puertas de los establecimientos para lograr adquirir algunos de los alimentos de la canasta básica. Al tiempo, y debido a que los alimentos no se encuentran en los anaqueles, ha proliferado un mercado paralelo e ilegal en el cual éstos están disponibles pero a precios muy elevados.

No obstante lo anterior, la disponibilidad de alimentos, definida como la cantidad producida y/o importada, no ha disminuido en proporciones equiparables con las manifestaciones de desabastecimiento. Las grandes empresas privadas responsables del abastecimiento no han reportado disminuciones significativas en sus niveles de producción, tampoco han manifestado haber cerrado sus plantas. En consecuencia, las dificultades de acceso oportuno y permanente a los alimentos, tal como se recoge en la declaración de los diputados no necesariamente se debe a la disminución de la disponibilidad. El problema se centra en el hecho de que estos alimentos que han sido producidos, importados y por tanto disponibles, no se encuentran de manera regular, oportuna, permanente y suficiente en los anaqueles, dificultándole al pueblo su acceso.

Una vez superadas las dificultades y luego de haber padecido largas colas o de haber pagado un sobreprecio en los mercados paralelos, o después de haber sido beneficiado de los programas sociales implementados por el Gobierno Nacional orientados a garantizar el acceso a los alimentos, el pueblo venezolano ha logrado consumirlos. Sin duda, lograr adquirirlos ha sido una gran calamidad por la cual atraviesa el pueblo venezolano, pero distante de una situación de inexistencia de seguridad alimentaria, de hambruna o de crisis humanitaria.

El consumo diario de alimentos del venezolano alcanzó las 3.092 kilocalorías el año 2015, nivel que supera el mínimo de seguridad alimentaria plena establecido por la FAO, el cual se ubica en 2.720 kilocalorías diarias por persona. Desde 1999 el consumo de kilocalorías diarias ha registrado un franco incremento, a excepción del 2002, año en el que sectores que hacían oposición al Gobierno adelantaron acciones de sabotaje a PDVSA. Si bien los niveles de consumo en kilocalorías no se ubican en los mismos niveles que en 2011 (año con mayor registro de consumo alcanzando las 3.221 kilocalorías), éstos siguen siendo superiores a las 3.000 kilocalorías diarias, lo que tampoco se corresponde con las manifestaciones de desabastecimiento y las largas colas.

Repite una mentira mil veces, que algo queda: la supuesta destrucción del aparato productivo

No se cansan de repetir lo de la supuesta destrucción del aparato productivo del Estado venezolano, y hasta se lo creen. Más allá de una explicación que es histórica, y me refiero a la deformación estructural de la economía venezolana, harto explicada por eminentes venezolanos como Salvador de La Plaza, Francisco Mieres, D. F. Maza Zavala, Armando Córdova, Rodolfo Quintero, Orlando Araujo, Federico Britto Figueroa, Asdrúbal Baptista, nuestro maestro Néstor Castro Barrios, y muchos otros, hay una historia más reciente.

Esa historia está muy caliente. Después de una innegable escalada de la economía venezolana en la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970, por impulso del modelo de Inversiones para la Sustitución de Importaciones, ésta comenzó a revertirse; el peso de la deformación estructural se hizo patente; hasta que a partir del 18 de febrero de 1983, el famosísimo viernes negro, los empresarios de la gran industria privada venezolano consideraron que era más rentable vivir de las importaciones alimentadas con los dólares petroleros. Se hicieron empresarios de puertos, mientras el Estado no cesó de entregarles dólares que jamás fueron revertidos en más producción, en mejoramiento de la productividad, a la vez que las cuentas en divisas en bancos del exterior se han incrementado exponencialmente. En tanto, oligopolios y monopolios estrecharon el cerco del mercado, de la economía venezolana.

La economía venezolana creció durante las décadas de 1960 y 1970, para contraerse en las décadas de 1980 y 1990, períodos durante los cuales caímos en las garras del FMI, del BM, de la banca internacional, para presenciar impotentes la quiebra de 14 bancos privados y la industria manufacturera venezolana. Ese aparato productivo llegó hecho trizas a 1999, así lo muestran los Informes Económicos del BCV, cuando el PIB Industrial cayó, después de crecer de 10% en 1958, a 17% en 1988, a un 15% en 1998 y a 14% en 2012. Entonces, ¿a cuál aparato productivo se refieren?

Por supuesto que todo el ataque a que hemos hecho referencia ha minado la resistencia de un sector del pueblo venezolano. A no dudar que en el futuro próximo sobrevendrán cambios importantes, sólo que en la reserva del pueblo venezolano existe un sólido bastión que hará resistencia ante lo que ya se ha manifestado por parte de voceros golpistas: la entrega de nuestra soberanía y dignidad a los poderes fácticos nacionales e internacionales que ya conocemos.

Y todavía hay más. Es que el empeño y la seriedad puestos en la reflexión del documento que nos permitimos responder, se merece la más escrupulosa de las atenciones.

 


 

[1] [1] Miembro de N° de la Academia de Ccias. Económicas del Estado Zulia.

 

 

 

 

 

César E. Prieto Oberto

Economista

 

 

 



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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