A propósito de la actualización de precios de SUNDDE: los sobreprecios están castigando brutalmente al pueblo

Muchas personas se han venido enterando de las providencias administrativas 053/2016, 042/2016 y 046/2016 emitidas por la Superintendencia de Precios Justos – SUNDDE, que actualiza los precios para los artículos de higiene personal, harina de maíz y el pollo. Son importantes medidas, que entran a tratar de regular el maremágnum que hoy azota a la sociedad venezolana en materia de distribución y venta de bienes de consumo y especialmente los referidos a todos aquellos productos de primera necesidad que hacen falta en la mayoría de los hogares venezolanos, como son: alimentos, medicinas y artículos de aseo.

Para nadie es un secreto que las medidas que han implementado desde el Gobierno Nacional buscan desmontar las maniobras impulsadas por sectores contrarrevolucionarios internos y por el capital internacional, que en materia económica vienen golpeando a la nación y que se han agudizado en los últimos tiempos. Sin embargo es sabido también que, mientras no haya: una eficaz maniobra de control de las redes de distribución tanto estatales como privadas; una confrontación seria y real a las bandas delincuenciales dedicadas al tráfico ilícito de productos de la cesta básica (los mal llamados bachaqueros);una lucha sin cuartel a la corrupción y una penalización severa y efectiva en contra de quienes incurran en el delito de acaparamiento y especulación, las medidas de definir precios justos no tendrán gran repercusión, por no decir que ninguna.

Por otro lado, mientras la demanda de productos no tenga una correlación adecuada con la oferta, se estará dejando abierta una brecha (muy rentable, por cierto), a la especulación y la reventa.

La apuesta de la burguesía nacional y del gobierno norteamericano es por doblegar a la sociedad venezolana por escasez y necesidad. Están repitiendo la fórmula de "hacer trinar la economía", esta vez la venezolana, como ya la implementaran durante las maniobras desestabilizadoras en Chile en contra del gobierno del Presidente Salvador Allende, actos que de la mano de la violencia fascista con el golpe militar encabezado por el asesino de Augusto Pinochet, les fueron muy efectivas.

Las similitudes saltan a la vista: medidas económicas de desgaste y prácticas violentas desestabilizadoras por parte de sectores de la derecha, que buscan la "salida" a toda costa del gobierno legítimo y dar al traste con el proceso revolucionario que se está tratando de consolidar en Venezuela.

Los sectores industriales nacionales vinculados al golpe económico que vienen dando en contra de la sociedad venezolana, han bajado el nivel de productividad del trabajo (esto es: que las empresas destinadas a la producción de diversos bienes de consumo no dejan de trabajar, no hay despidos masivos ni cierre de fábricas, pero sí una disminución premeditada de la cantidad de nuevos valores producidos), lo cual aunado al acaparamiento, al contrabando de extracción, a los altos niveles de corrupción y a la perversidad impuesta en los mecanismos de distribución por parte de las grandes empresas productoras, ha llevado a la situación de crisis que se vive en este momento.

La regulación de los precios tiene que ser efectiva; impuesta a como dé lugar a los entes que tienen que ver con el proceso de distribución.El ansia desmesurada de beneficio individual lleva a que comerciantes inescrupulosos se aprovechen en forma descarada de la situación que se atraviesa y fijen unos precios que no se corresponden con nada; solamente con su afán de lucro.

Pondré aquí un ejemplo, que considero es más que elocuente: el precio por el cual se está comercializando el cartón de huevos se ha convertido en un caballito de batalla de la contrarrevolución. No bastándoles con el portal de "dólar today" que ha jugado un papel preponderante en la guerra económica al fijar precios arbitrarios a la divisa extranjera, hace un tiempo crearon el "huevo today", como un mecanismo más de desestabilización.

Pero veamos: en algunos lugares del país el cartón de huevos se cotiza a Bs. 2500, llegando incluso a ser vendido hasta por Bs. 3000.Son unos precios por demás abusivos y groseros. El argumento: los altos costos en la producción del huevo, el elevado precio del alimento concentrado, etc.

Voy a hacer un somero análisis de costos en la producción de un huevo y el ejercicio que a continuación se describe es desde el caso de una producción artesanal extremadamente pequeña, por tanto con unos costos extraordinariamente más elevados que en una producción a gran escala.

Partamos de lo básico para la producción del huevo: las gallinas y el alimento concentrado. Una gallina ponedora tiene un ciclo productivo que ronda los 18 meses en plena producción; por tanto la vida productiva de dicha gallina es de 540 días. Durante su vida productiva el promedio de postura oscila entre un 80% y un 90%; sacando la media sería una producción de 85%. El 100% sería la postura de un huevo diario, el 85% de postura implica un huevo cada 28, 23 horas, o lo que es lo mismo calcular el 85% de los 540 días de producción óptima de la gallina, que arroja un total de 459 huevos. En promedio una gallina ponedora debe comer al día la cantidad de 110 gramos de alimento concentrado para mantener la producción. Luego entonces en los 540 días de producción la gallina comerá la cantidad de 59,4 kilos de alimento concentrado. El saco de alimento de 40 kilos que se comercializa en las agropecuarias en promedio tiene un costo de Bs. 10000 (precio del mercado especulativo, que es al que tiene acceso el pequeño productor artesanal); si se multiplica lo consumido por la gallina de alimento concentrado, dará un total de Bs. 14850 para el ciclo de 18 meses de óptima producción de la gallina.

El costo de una pollona en condiciones de producción es en promedio de Bs. 3000 (precio en el mercado especulativo), costo que el productor tiene que sumar al precio del huevo para poder reponer la gallina al cabo de los 18 meses (asumiendo que se descarten las gallinas sin recuperar nada de ellas, lo cual no sucede, pues las gallinas al terminar su ciclo de producción son vendidas para el consumo). Luego entonces si se suma a los Bs. 14850 del costo de alimento los Bs. 3000 del costo de la gallina, se tendrá que, hasta el momento, se lleva un total de Bs. 17850. Lo que hay que gastar en vitaminas y medicamentos a lo largo del ciclo productivo llevándolo a Bs. 1000 por gallina, dará un total de Bs. 18850 para la producción de 459 huevos. Por tanto cada huevo saldría a un costo de Bs. 41,06, que si lo multiplicamos por 30 que es el cartón de huevos daría Bs. 1232. Nada que ver con el precio por el cual se viene comercializando el cartón de huevos en el mercado especulativo.

Hay que recalcar que estos costos son a partir de la producción artesanal a una escala ínfima. Los costos de producción de una granja especializada con un alto volumen de gallinas (una granja tecnificada puede albergar entre 50000 y 150000 gallinas) y comprando el alimento concentrado al por mayor, por supuesto serán muy inferiores, llegando a ser un 50% o un 60% menor, rondando por el precio fijado por el Estado. Luego entonces ni aun así, produciendo el huevo con una sola gallina y comprando insumos con sobreprecios se justifican los montos desmesurados en que son comercializados. Y esto pasa con todos los productos que son llevados al mercado (carne, queso, cereales, etc.). Los precios son asignados por el vendedor de manera arbitraria, haciendo caso solamente a su voracidad de ganancia, especulando aún más sobre precios ya de por si inflados.

El anterior ejemplo se trata de un ejercicio didáctico para demostrar la perversidad del proceso de fijación de pecios de los productos en el circuito de comercialización especulativo y no una exposición técnica de la cría de gallinas ponedoras.

Con las caraotas sucede lo mismo: para la siembra de una hectárea de caraota se requieren 40 kilos de semilla, que comprándola en el mercado especulativo se puede conseguir en Bs 3000 el kilo, lo que suma Bs. 120000, el pase de rastra en la empresa Pedro Camejo está costando Bs. 3200, para preparar una hectárea se requieren al menos tres pases de rastra, lo que sumaría Bs. 9600, la mano de obra de dos obreros durante el ciclo (siembra cosecha 90 días), sumaria Bs. 160000, para un total de Bs 296000. La media nacional de rendimiento de la caraota es de 0,8 toneladas por hectárea, es decir 800 kilos, que al dividir lo invertido Bs. 296000 entre los 800 kilos producidos se tendría una cifra de Bs. 370 el kilo. De igual forma este ejemplo es partiendo de una pequeña producción lo que eleva los costos. El kilo de caraota se comercializa en el mercado especulativo hasta por Bs.1700 el kilo lo cual no se corresponde con nada.

Es en el circuito comercial donde el Estado tiene que hacer un control férreo, no permitiendo la anarquía, que viene haciendo tanto daño a la sociedad venezolana, lo cual aunado con un empuje verdadero de la producción de bienes de consumo permitirá superar la encrucijada que Venezuela viene atravesando.

Pero a la par de los muchos problemas que han causado a la sociedad venezolana los intentos desestabilizadores de la economía por parte de las fuerzas contrarrevolucionarias nacionales y extranjeras, podría decirse, que no todo es malo en esta coyuntura (y eso hay que reconocerlo). La crisis económica que se viene atravesando ha servido para que algunos sectores de la sociedad tomen conciencia de los alienados hábitos de consumo que se mantenían en Venezuela, donde el despilfarro y el consumismo impuestos por la economía de mercado estaban a la orden del día.

Puede decirse que así como esta crisis ha hecho aflorar impulsos malsanos de lucro desmesurado en algunos sectores de la sociedad débiles y carcomidos por la lógica capitalista de lucro, también ha logrado consolidar valores como la solidaridad, el aprender a compartir lo que se tiene o se consigue, la austeridad, el autocontrol, la disciplina y muchos otros valores que se ven a diario en muchas personas.

Es de vital importancia que la sociedad se replantee la forma en que consume y lo que consume, así como la forma en que se producen los bienes necesarios para la subsistencia, pues de este elemento se desprenden importantes factores que a la hora de hablar de soberanía están presentes.

La nación venezolana tiene que ser capaz de producir una buena parte de lo que consume, los recursos que se concentran en el territorio venezolano, en materia no solamente energética, sino en tierras cultivables, diversidad de climas, recursos pesqueros, minerales, hídricos, biodiversidad, recursos forestales, etc., hacen posible que con unas políticas económicas orientadas al desarrollo de las fuerzas productivas verdaderamente nacionales y con una visión socialista permitan el fortalecimiento de la economía, transformando el consumismo en satisfacción real de necesidades, cambiando la economía mono productora por una fuerte economía que impulse la mayor cantidad de espacios productivos posibles, desde una nueva perspectiva de desarrollo, no mediada por la acumulación de Capital, sino por la búsqueda de bienestar verdadero para el conjunto de la sociedad.



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