Venezuela está enloqueciendo

El ex presidente y combatiente sureño Pepe Mujica lo ha dicho, no en tono de sorna ni en estilo jocoso, sino como una redonda verdad: Los venezolanos estamos parando en locos. Del lado del gobierno se aprecian medidas descerebradas como esa de los Clap, con el agravante del cierre de los Pdvales y Mercales para utilizarlos como medios de acopio o depósitos. Le gente empezará pronto a quemar estos establecimientos. Las mafias de los consejos comunales no garantizan la distribución honesta, sincera y justa de los productos porque persisten los viejos vicios, los mandamás, los apoyaos, los gritaduros, los humilladores, los amenazadores, los antigobierno, los chupamedias, los manipuladores y demás perlitas, revueltos en un arroz con mango. Quien haya tenido semejante despropósito de aplicar esos Clap debe irse a las quinta pailas del infierno. En la capital del estado Nueva Esparta, La Asunción, ningún consejo comunal ha sido beneficiado hasta ahora por los Clap, quizás para que el hambre nos mate más ligerito. Una locura, señores compatriotas improvisadores. A todas estas me pregunto, con absoluta frustración, ¿quiénes son los filósofos de la revolución: Pérez Pirela, Dante Rivas, Diosdado Cabello, Pérez Abad o quién? Si son ellos es para morirse más rápido de la tristeza, y no digo del hambre porque ya eso es obvio.

El pueblo padece una profunda agonía material y existencial. Ni el gobierno ni la oposición parecen hacer esta lectura. Sin embargo, que les quede claro: NO HAY LÍDERES POLÍTICOS CREÍBLES. El desprestigio de ambos bandos es severo. Del mismo modo que despreciamos el discurso bobo del vice presidente Istúriz, despreciamos la altanería mediocre y proyanqui de Capriles. Nuestra sociedad menosprecia ya la verborrea estéril de Maduro y aborrece la petulancia cansona y rancia de Ramos Allud. De ahí para abajo, no hay quien se pare ahorita en una tarima política, y se gane el respeto y la benevolencia de los venezolanos como para merecer el estatus de político creíble. Aquí hay mucho rabo de paja, mírese por donde se les mire. Quizás la sociedad no ha estallado como se teme que ocurra, en parte porque la figura de Chávez tiene un peso político en buena parte de la sociedad, y por otro lado, porque sabemos la mortandad de civiles que aquí puede ocurrir. Pero no nos engañemos. Desde ya se fragua un plan macabro desde el exterior que tiene como centro de acción la confiscación de los cargueros de Pdvsa y las cuentas y activos de Venezuela en el exterior, acarreándole al dolido y debilitado país una hambruna crónica. Es decir, la oposición viene con todo para acabar con lo poco que queda de la economía. No obstante, el gobierno insiste en aplicar recetas de locos y no da pie con bola. Por ello, no hay un escenario inmediato que le proporcione al pueblo una esperanza, una solución real a esta grave situación.

La liberación del dólar, el aumento de la gasolina, el aumento de los productos básicos, el aumento pírrico del salario, las pensiones y el bono de alimentación no resuelven la falta de comida, medicinas, repuestos ni cauchos. El venezolano es sensible a todo eso. No basta seguir trillando el tema de la guerra económica ni del contraste entre socialismo y capitalismo. Se pide el sentido común, la solución práctica. Tal vez matar pranes y encarcelar bachaqueros ayude a controlar la delincuencia financiera y los carteles de la droga, pero sabemos que hay que matar a muchos guardias nacionales, a muchos generales, a muchos coroneles y demás joyitas de la milicia que hacen sus grandes negocios en nombre de la revolución, con el oro, el combustible, los carros, el plan vivienda, las medicinas, los dólares, la comida, las drogas, etcétera. ¿Y los testaferros del gobierno? Tienen invadida la isla de Margarita. Se lucen en todo el país. Son unas estrellas rutilantes. ¡Qué maravillosa revolución esta, Dios mío! Da terror ver los corruptos del Psuv de la isla de Margarita escribir y expresar públicamente que hay que enfrentar la corrupción. Que lo entienda de una vez el Psuv: Los chavistas nos cansamos ya de los corruptos del gobierno. Que lo entienda la oposición: Los venezolanos no cansamos ya de su saboteo perpetuo, su juego a las miserias, su descarado mecanismo anti patria, sus discursos llorones y su verborrea vacía. Aquí hay que agarrar el toro por los cachos y darle un giro definitivo a este desbarajuste. O nos ponemos de acuerdo para acabar con esta hambruna o el mismo pueblo que ustedes manipulan como borregos electorales y ovejitas politiqueras les va pasar por encima con consecuencias insospechadas.



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José del Carmen Pérez


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