El Gran Soldado Bolívar con su pensamiento "Maldito el soldado que dispare contra su propio pueblo" me deja abierta la posibilidad de escribir este artículo de forma literal contra algunos uniformados de hoy.
Parto de la premisa que "todo uniformado" es soldado, porque todo uniformado está en la batalla diaria contra los enemigos de la Patria –paramilitares, sicarios, ladrones de cualquier cuello, delincuentes de toda índole, bachaqueros, etc, etc.-. Aclarado esto, comienzo diciendo que para nadie es un secreto lo que vienen haciendo algunos funcionarios uniformados con las diversas situaciones de guerra psicológica que se está dando en este, nuestro extraordinario país que lo tiene todo, hasta los uniformados que se han prestado al bandalaje para esta guerra.
Hay diversas maneras de que un soldado dispare contra su propio pueblo:
Cuando un uniformado es corrupto, le está disparando en la moral al pueblo, porque ese uniforme debe ser ejemplo de la honestidad con la que deben crecer los ciudadanos de una nación siguiendo su buen ejemplo.
Cuando un uniformado se hace miembro de bandas armadas que atentan contra la humanidad de alguien, le está disparando y matando la esperanza de vida a un pueblo que cree en él, para salvaguardarlo.
Cuando un uniformado se presta para dar información confidencial habiendo jurado defender su Patria, le dispara a todos los ciudadanos que la conforman sin distingo ideológico, religioso o social, porque pone en riesgo la seguridad y defensa de la nación por su traición.
Cuando un uniformado negocia con un fabricante, comerciante o distribuidor para dejar la mitad de los alimentos, productos o artículos para él o su grupo, impidiendo que lleguen completos a los diversos establecimientos, le dispara directamente al estómago, la mente o a la piel del pueblo y lo está asesinando biológica, psicológica y espiritualmente sin contemplación.
Cuando un uniformado pasa por las calles o avenidas de cualquier sector del país y observa la mercancía que no se encuentra en los anaqueles de los comercios y se hace la vista gorda y además pide su mesada para no actuar, está dándole un tiro certero a cada ciudadano que esta estresado por la indolencia o desidia de los que acaparan el sustento diario de cada familia.
Cuando un uniformado se presta o chantajea en las diversas líneas de comercialización donde el gobierno ha hecho un descomunal esfuerzo para garantizar hasta su final lo que el pueblo requiere y ha invertido todos los tipos de recursos que son necesarios para ello, ese uniformado debe ser castigado con la MAYOR DE LAS SEVERIDADES para que su mal ejemplo sea el ejemplo a seguir por otros uniformados que están pensando en desviar la senda y el destino que se les entregó, "un uniforme y un uniformado consagrado, al deber ser"
Maldito el soldado miserable que hace juramento de defender al pueblo, sus instituciones, el honor, la vida, y le dispara a diario de cualquier manera cuando anda por las calles de esta Gran Patria… Venezuela
Nuestro legado… también es sagrado