Cambiar las viejas estructuras del sistema capitalista es una necesidad imperiosa si queremos avanzar decididamente hacia la transformación socialista, sin embargo, si no existe una propuesta de transformación acorde con los postulados fundamentales del socialismo, es decir; si esta transformación no se basa en el principio de la participación protagónica del pueblo, el desarrollo sustentable, la igualdad, la solidaridad y el bienestar social de toda la población, estaremos repitiendo los viejos vicios organizativos de la cuarta república.

De allí que se hace necesario plantear un conjunto de propuestas que vaya al fondo del problema a fin de que definitivamente vayan surgiendo elementos orgánicos del nuevo estado social.

Desde esta perspectiva, se hace necesario comenzar un proceso de transformación de las estructuras del estado que permita consolidar las bases donde se sustentara el poder popular.

Una de estas estructuras a transformar necesariamente, debe ser el Poder Electoral, que tal como está concebido, permite la continuidad del viejo sistema imperante de representación y sus estructuras caducas y de dominación.

El Poder Electoral es una estructura burocrática, creada en la cuarta república para satisfacer necesidades del sistema burgués de “representación proporcional”, dentro de la democracia representativa, la cual se dedicaba a realizar elecciones muchas de ellas amañadas por un sistema electoral que se presta para la manipulación, el chantaje, la corrupción y el robo de votos. El marketing funciona como todo producto que necesita promocionarse y venderse.

Desde hace mucho tiempo, han sido muchos los diputados que salieron electos y no pudieron ser diputados, y otros que no saliendo electo, fueron diputados y aunque esta afirmación pareciera un traba lengua o una contradicción, no lo es; es la forma como la cuarta república aprovechaba la ausencia en las mesas de votación de los partidos minoritarios para que las organizaciones tradicionales AD y COPEY se robaran los votos y lo sumaban a sus organizaciones, garantizando más diputados para ellos y apenas pequeñas migajas para los organizaciones pequeñas.

La célebre frase cuarta republicana “acta mata votos” es la mejor expresión de lo que decimos. Esto se daba para cualquier elección, incluso las presidenciales, y bajo la mirada complaciente de los directivos del ente rector. Si en este primer nivel no funcionaba, entonces pasaban a la segunda fase; militantes de los partidos AD y COPEY haciendo funciones de rectores electorales, se encargaban de consumar el fraude.

Actualmente esta estructura burocrática no ha cambiado en gran cosa. Sigue las mismas normas, la política clientelar, las parcelas en el reparto de cargos, entre otras. Si bien ha mejorado el sistema de votación, en gran medida se han incorporado nuevos miembros principales con mentalidad

progresistas, se ha tecnificado el sistema; esto de por si no garantiza un poder electoral confiable y que promueva la participación popular, que se colectivice la dirección central y las regionales de cara a los nuevos tiempos y las necesidades de transformación que necesitamos realizar para bien.

Se sigue jugando a la proporcionalidad de los partidos y en ese sentido la ley electoral le asigna una representación en la asamblea nacional para mantener la cuota de poder y de sobrevivencia de los partidos. Es el concepto de democracia representativa de ellos, donde los movimientos y sectores sociales no tienen nada que hacer allí, no forman parte de esa democracia que ellos tanto defienden y representan.

De allí que se hace necesario comenzar un proceso de transformación del poder electoral en función de ponerlo al servicio, no de los partido, sino del poder popular a través de sus distintas estructuras de participación protagónicas.

Creemos que los poderes fundamentales del estado deben ir en función de resolver los problemas esenciales del pueblo, y satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto y del país como conglomerado en general, democratizando cada vez más la participación social. En ese sentido habría que preguntarse si el Consejo Nacional Electoral cumple con esa función.

El actual Poder Electoral se circunscribe a realizar elecciones muy puntuales: presidenciales, gobernaciones, alcalde y Concejales y diputados nacionales y regionales, dándole jerarquía a aquellas que por su valor burocrático y representativo tiene algún interés para los repartos de cargos entre partidos políticos, al estilo de la vieja democracia representativa;. Mientras tanto, hay un pueblo y un poder popular que va a procesos electorales todos los días, los trescientos sesenta y cinco días del año sin que el Poder Electoral ni se da por aludido, ni por enterado de estos procesos.

Por tanto es necesario y urgente la transformación profunda del sistema electoral actual para que este pase de lo representativo a lo participativo; de lo partidista al poder popular y deje de ser un sistema de representación partidista para convertirse en un sistema de participación y representación popular.

Tomando en cuenta este planteamiento, el sistema electoral nacional, que proponemos debe sustentarse en la selección de los representantes del poder popular que se postulen a través de las organizaciones sociales, sectores sociales, colectivos y gremios, para llevar las propuestas y solicitudes de sus sectores ante la asamblea de representación popular; es decir, el sistema electoral venezolano debe valorar las representaciones de los campesinos, de la juventud, de los estudiantes, de las Comunas y Consejos Comunales, los deportistas, mujeres, entre otras. No podemos seguir con un sistema electoral que privilegia a los partidos como representación del pueblo. Necesario es que el poder popular asuma su papel protagónico en la elección de sus representados en los diversos sectores.

La idea es que cada sector popular pueda elegir a sus representantes ante la Asamblea Popular Nacional (APN), (cambiar la actual asamblea nacional), en un reparto donde cada sector social pueda tener representación según el papel que tiene asignado en la sociedad y en el aporte a la construcción del país. La práctica ha demostrado que el Consejo Electoral se convierte más bien en un obstáculo para el avance de los procesos electorales por la base; retrasándolo, suspendiéndolo, o sencillamente ignorándolos; como ha sucedido con muchos procesos sindicales y gremiales.

El sistema electoral actual representa la visión capitalista de cómo conciben su sistema de elección de sus representantes a los órganos del poder; del gobierno y del estado, lo que ellos denominan la alternabilidad que no es más que el reparto de cuotas de poder entre los partidos mayoritarios. La representación “democrática” del capitalismo está sustentada en los partidos políticos y en la exclusión de los distintos sectores del poder popular.

El poder electoral fue un instrumento útil para la cuarta república, también ha cumplido un papel significativo en la quinta, con las adecuaciones que se le han realizado; sin embargo, si pretendemos avanzar hacia nuevas formas de participación, hacia la consolidación del papel protagónico del pueblo, es necesario realizar las transformaciones necesaria que adecuen esa nueva fase de desarrollo, es decir; ir prefigurando esas nuevas estructuras que sustituirán a las actuales. No se puede seguir dándole protagonismo a una derecha que cada vez más utiliza los procesos electorales para la conspiración y la traición. Dejemos de seguir siendo ingenuo.

Una nueva estructura electoral debe servir para concienciar la población, para elevar su nivel de participación en las luchas sociales, por transformar esta sociedad por otra de bienestar general; donde el individuo entienda que cada proceso electoral que se realice, es una oportunidad para la lucha ideológica, para el debate sobre los pequeños y grandes problemas político-sociales, para identificar los enemigos de la transformación. Por más pequeña que sea el proceso electoral y la característica de la comunidad donde se realice: en la fábrica, en el barrio, en la urbanización, en el campo, en el colegio de médicos o de ingenieros, en el sindicato, en el gremio campesino, en la juventud, movimientos de mujeres, entre otros.

¿QUE PROPONEMOS?

El gobierno revolucionario de participación protagonica, está en la obligación de construir su propio método electoral, en función de los intereses que representa, en función de la participación protagónica del poder popular, del nuevo estado que estamos empeñados en construir, El nuevo sistema de elección, debe enmarcarse en la selección de representantes del pueblo, debe servir indudablemente para darle continuidad al sistema social que se está instaurando, para potencializar la nueva ideología que representa el socialismo venezolano.

Para allá debemos ir a la hora de las transformaciones de los distintos poderes del estado, buscar la integración de un modelo electoral que priorice el poder popular y comunal, que cambie el sistema de elecciones partidista, como mecanismo de democracia representativa en el país, por un sistema de elecciones populares que acceda que todos los sectores organizados en instancias y estructuras del poder popular participen en los debates y discusiones sobre lo que desean transformar de su realidad, mejorar, dignificar en periodos de tiempos significativos de manera que les permita cumplir con la responsabilidad empeñada pero al mismo tiempo, que pueda ser sustituido en caso de que no rinda lo que se esperaba.

En cualquier gremio o institución del país, se realizan elecciones diariamente sin que por eso tengan que desarrollarse largas campañas de propaganda, sino lo que permita las comisiones electorales de cada gremio, en cada región, en cada localidad, basado más en la calidad de los dirigentes, que en las campañas mediáticas. Esto nos debe llevar a la reflexión y al replanteo de las funciones de este organismo.

Por tanto, el sistema de selección, representación y participación popular (SISREPAP) que proponemos Más que un mecanismo electoral, debe ser un medio de formación, educación y participación del pueblo, que les permite identificar y conocer a los verdaderos dirigentes, saber de sus características, de sus bondades y sus planteamientos, de cómo abordaran la realidad del sector que representas y del país. A diferencia del sistema actual, Debe ser un organismo incluyente donde participen todos los sectores del pueblo.

Creemos que la conformación del poder popular, desde lo local hasta lo nacional permitirá las transformaciones necesarias para las elecciones desde las bases, organizadas por los propios vecinos y comunidades, gremios y sectores sociales, con un alto índice de participación, con partidos políticos pero sin que el proceso de selección popular se base en los partidos políticos, lo cual obligara a estos trabajar desde las bases en beneficios de la población.

Las experiencias acumuladas de los organismos de bases, tanto de los Consejos Comunales, sindicatos, gremios, entre otros nos permiten aportar valiosos conocimientos, positivos y negativos para desarrollar un modelo de elecciones por la base con la participación de los propios protagonistas: el pueblo.

En ese sentido proponemos la siguiente estructura electoral, no como poder sino como parte del poder popular para controlar y hacer seguimiento y vigilancia a los procesos democráticos de participación popular.

SISTEMA DE SELECCIÓN, REPRESENTACION Y PARTICIPACION POPULAR (SISREPAP).

El método que proponemos, nos introduce en un sistema de selección de representación popular que toma en cuenta las distintas formas de seccionar nuestros representantes a cargos de elección popular. Es mucho más que un sistema electoral tal como lo plantea el sistema actual; es un procedimiento que privilegia la participación popular desde las bases y el liderazgo social, sin que medie un color partidista como fundamento del sistema electoral. Por tanto es un sistema esencialmente uninominal.

Planteamos una estructura de selección, representación y participación popular basado en una Red Articulada de Circuitos Electorales (RACE) que prioriza las elecciones por las bases, promueve los verdaderos dirigentes sociales y políticos y lo obliga a trabajar con las comunidades si verdaderamente quieren ser conocidos y reconocidos por el pueblo.

El método electoral que planteamos conforman las siguientes estructuras:

Comisión Electoral Primaria.

Comisión Electoral Comunal.

Comisión Electoral Circuitales.

Coordinación nacional de circuitos electorales.

La comisión Electoral Primaria, es el órgano electoral básico con el cual realizan elecciones los Consejos Comunales, los sindicatos y gremios. Estos son elegidos en asambleas de ciudadano o vecinos, de trabajadores o de profesionales; y están encargados de llevar adelante todo el proceso electoral de la comunidad, de los trabajadores y demás gremios. En caso de ser necesario, de otros comités sociales.

La Comisión Electoral Comunal, se conforma con la participación de un representante de la comisión electoral de cada Consejo Comunal que se constituye en una comisión electoral comunal para garantizar las elecciones a nivel de las comunas.

La Comisión Electoral Circuital estará representada por dos representantes de las distintas Comunas. Con esto se garantiza que cada comuna tenga representación en las Comisiones Circuitales o la Red Articulada de Circuitos Electorales (RACE).

Los circuitos electorales deben crearse tomando en cuenta el nivel de población, la participación, la organización y la situación geográfica.

No es necesario crear comisiones electorales por municipios ni por estado ya que las representaciones de esos niveles se eligen en los circuitos. En todo caso lo que debe crearse es una coordinación y articulación de circuitos electorales que en cada municipio pueda contabilizar los votos obtenidos por cada postulado. Es lo que denominamos Red Articulada de Circuitos Electorales (RACE). Por ejemplo, si vamos a elegir a los diputados regionales o estadales, estos se elegirán por circuitos, cada circuito es responsable de elegir sus diputados; si de acuerdo a las normas del Sistema de Selección, Representación y Participación Popular la norma es elegir dos diputados por circuito, y existen en el estado 15 circuitos; entonces ese estado elegirá 30 diputados del pueblo. Igual situación se debe plantear para las elecciones nacionales.

Algunas ideas sueltas en relación a las normas que deben regir para las elecciones.

Es importante controlar las distintas campañas electorales desde el punto de vista comunicacional y mediático para evitar el ventajismo electoral que se presenta cada vez que hay elecciones y los financiamientos internos y foráneos.

Para que esto sea si es necesario que el órgano rector del sistema electoral sea el que promocione y financie a los aspirantes de las distintas opciones candidatural.

En primer lugar, el órgano electoral debe fijar las condiciones y características de la promoción de los candidatos. Por ejemplo, la campaña electoral no debe pasar de más de un mes de campaña.

La primera quincena, para promocionar las cualidades como dirigentes. La segunda quincena, deberá ser de debates televisados, radiales o presenciales de los candidatos inscritos a cada función gubernamental en base a su propuesta de programa de gobierno.

Es necesario que el órgano electoral base su promoción en resaltar las cualidades y el currículo de los candidatos y sector social al que pertenecen. Ninguna institución que no sea el sistema de selección, representación y participación popular podrá sacar ningún tipo de propaganda a favor ni en contra de ningún candidato. Ningún medio de comunicación social y comercial estará autorizado a pasar este tipo de mensajes a menos que sea una entrevista basado en su programa de gobierno.

Todos los medios de comunicación social deben pasar las mismas promociones seleccionadas por el ente electoral. Debe escogerse la cantidad de veces que deben promocionarla durante un día.

La promoción de los candidatos una vez inscritos, no deben pasar de los 15 días continuos.

COMISION DE IDEOLOGIA Y POLITICA DEL COLECTIVO COMBATIENTES SOCIALISTAS

SEPTIEMBRE 2010