Boicot, violencia y muerte

Todos los gobiernos progresistas y que se aproximan a un proceso revolucionario o de emancipación en América Latina y el Caribe han estado condenados a padecer la desgracia de la garra opresora estadounidense, con el vomitivo celestinaje de los organismos internacionales y de las burguesías nacionales que han sido beneficiarias de sus mendrugos, además de garantizar que la droga, las armas y los recursos minerales sirvan para alimentar la voracidad y consumismo como forma de vida que impone el imperio estadounidense.

Es por ello que en los últimos meses hemos sido partícipes y testigos excepcionales de todo tipo de boicot contra estos gobiernos, mientras que en los que sus gobernantes están decididos a ser colonias y súbditos, la apariencia es la de un falso desarrollo económico, en donde la burguesía y las trasnacionales han alcanzado una mayor acumulación de capital, a costa del hambre, miseria y muerte de la mayoría, es decir, de la clase trabajadora, cuyos ejemplos son muy elocuentes en Colombia, Perú, Chile y Paraguay, concierto al que retorna la Argentina, sin olvidar enclaves al servicio imperial en países centroamericanos, como Costa Rica y México, entre otros.

En cambio, los pueblos que se han levantado junto con el torbellino del nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, pretendiendo darse su independencia y soberanía, los ataques han sido bestiales, porque, además, estos pueblos emancipados han comenzado por la recepción de beneficios y satisfaciones materiales muy justas, incluso, muchas de ellas, de carácter primitivo o primarias, como el derecho a la alimentación, la vivienda digna, el acceso a la educación, la salarización con amparo de la familia, salubridad, acceso al agua, vestido, entre otros, pero, el bien más preciado, el de una educación a partir de una ideología liberadora, no ha sido posible, sino que, al contrario, como paradoja de absolútamente todos nuestros pueblos emancipados, la educación, se ha masificado, pero ha reproducido la ideología al servicio del Estado burgués, razón por la cual todas nuestras revoluciones están condenadas al fracaso estrepitoso, porque con la ignorancia aprendida, las masas lo primero que aprenden es a querer parecerse a la burguesía, es decir, aprenden a querer ser lo que ha causado sus desgracias históricamente, aprenden a adular y a servir a su verdugo y explotador, aprenden a ser serviles y rastacueriles, al punto de que alcanzada su emancipación se sienten, lo que en términos capitalistas se da en llamar como "clase media", la que se cree burguesa sin serlo, gracias a la fantasía de superación personal que no es otra cosa que hipotecar su vida de esclavitud laboral, a cambio del acceso a medios y servicios de consumo, por los que paga a cambio de su fuerza de trabajo de por vida.

En este escenario, gobiernos como los de Raúl Castro, Dilma Rousseff, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Salvador Sánchez y Nicolás Maduro, están bajo un constante asedio del gobierno estadounidense y sus secuaces, sobre todo, con el boicot económico, como el que están practicando en Venezuela, por la vía del desabastecimiento programado, la distorsión cambiaria del Dólar Today, la deliberada, el sobreprecio y la abrumadora caída del precio del petróleo, gracias al dumping aplicado por la tríada ladrona de petróleo EEUU-ISIS-TURQUÍA, que el señor Ban Ki Moon conoce y se hace el pendejo, a cambio del Nóbel de la Paz.

El escenario que viene agudizándose es el de la violencia de los restauradores del neoliberalismo al servicio imperial, con los asesinatos selectivos, como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, los líderes indígenas como Berta Cáceres en Honduras y Sabino Romero en Venezuela, sin olvidar el joven diputado Robert Serra y los cientos de chavistas asesinados por paramilitares financiados por la Embajada estadounidense en Caracas y los desplazados de la violencia de los paramilitares en Colombia.
Con la violencia física, la económico-material y verbal, quieren generar la matriz de opinión en donde los causantes del boicot, violencia y muerte se muestran como las víctimas, con la finalidad de salir de los gobernantes que estorban a los designios imperiales, hecho que han difundido con sus medios privados palangristas, asegurándose además, de salir del estorbo que representan TeleSUR y Rusia Today (RT), lo que apunta a su salida del espectro radioeléctrico de manera gradual, luego de que comenzaran por la Argentina y que se replicará en el resto de la región, bajo cualquier excusa.

En estos momentos es cuando cabe reflexionar profundamente y con rapidez, para corregir tardíamente, partiendo de la premisa de que al capitalismo y sus lacras derivadas en el neoliberalismo y el fascismo pragmático, no los podemos combatir con sus reglas, sino con las nuestras, las del nuevo mundo libertario y emancipado, que es el multicéntrico y pluripolar. Esto implica entender que debemos cambiar absolútamente todo el sistema educativo y profundizar en un proceso reeducativo e ideologizador, entendiendo que quienes coqueteen y con edulcoramientos pretendan conciliar con los viejos modos de ser y de pensar, sólo buscan servir de capitostes para la restauración y reacomodo del capitalismo.

El momento es ahora, de confrontación y rebelión desde la ideología emancipadora, pasando por la física si fuere necesario, o nuestras revoluciones estarán condenadas al fracaso, poniendo nosotros los muertos, que no somos otros que los del Pueblo, nosotros los del barrio bajo. Sólo así, la brecha que nos abrieron en el siglo XX y XXI, líderes como el Comandante Fidel Castro, Néstor Kirchner, Pepe Mujica, Cristina Fernández y el Comandante Hugo Chávez, no se perderán y sus legados se harán vida para enfrentar y liquidar la restauración del capitalismo, más allá de cualquier consigna, contra el boicot, la violencia y muerte.



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Luis Alexander Pino Araque


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