¿Pacífico o pendejo?

Definitivamente es muy difícil comprender el comportamiento de la mayoría del pueblo venezolano. Ese pueblo noble, rebelde y valiente que salió a la calle aquel febrero de 1989 a reclamar a la clase dirigente política y económica, su indolencia, imprevisión e ineptitud para dirigir un país con tantas riquezas y sin embargo sumido en una abyecta pobreza causada por la enorme corrupción. Ese pueblo que acompañó al Comandante Chávez en múltiples batallas, que juró ser Chávez y defender la Revolución Bolivariana y la independencia recuperada. Es difícil comprender que hoy, después de tantos años de luchas, sacrificios, ilusiones y esperanzas al lado de nuestro Comandante se encuentre sumido en una profunda impotencia, desesperanza y resignación, que lo hayan convertido en simple bachaquero, pues debido a que el trabajo productivo nunca ha sido estimulado ni protegido en este país, dependemos absolutamente de las importaciones, y como nuestra producción nacional de bienes y servicios es insignificante, la única actividad posible es el comercio de los pocos bienes que se consiguen. Ese pueblo, ingenuamente está haciéndole el juego a empresarios y comerciantes zánganos, tolerando el abuso e ineficiencia de un gobierno corrupto y de una oposición apátrida, que han polarizado artificialmente el país en dos bandos que se disputan el poder para administrar y vivir de las enormes riquezas venezolanas, hoy venidas a menos debido a los bajos precios del petróleo, razón por la cual están decididos a vivir ahora del rentismo minero sin medir las consecuencias fatales que se causarán al medio ambiente venezolano.

A pesar de que esos dirigentes económicos y políticos de uno y otro lado, nos han robado y han permitido que empresas transnacionales nos hayan robado más de ochocientos mil millones de dólares en estos últimos quince años, con los cuales toda la población venezolana debería estar disfrutando del mejor nivel de vida del mundo en lo que respecta a salud, vivienda, trabajo, transporte, comida etc. y no estar padeciendo estas horribles necesidades. Este pueblo ni siquiera se ha unido al llamado que se le ha hecho para la recolección de firmas, y poder exigir una Auditoría Pública que permita localizar y castigar a los responsables y culpables de ese inmenso desfalco. En cambio para otros fines irrelevantes si se han llegado a recoger millones.

La escasez de productos de primera necesidad, la corrupción, la inseguridad galopante y esa falta de interés en los funcionarios oficiales para proporcionar soluciones concretas incrementa el desconcierto de la población que no vislumbra una salida a corto plazo. Y pareciera que funcionarios civiles y militares de alto rango se mantienen entretenidos raspando la olla. La clase de vida que estamos viviendo, en un país tan rico, con tan pocos habitantes, con tanta tierra ociosa, con un potencial humano inmenso y vamos cada día peor, hacia un barranco de adonde nos será muy difícil salir en el corto plazo, mientras ministros y directores, gobernadores y alcaldes no solo no han sabido cumplir con el legado del Comandante para mantener la revolución, sino que se han dedicado a hacerse ricos burlándose del pueblo que increíblemente aún es Chavista. Pero, la procesión va por dentro, pues no todos formamos parte de la selecta lista de comensales privilegiados.

¿Cuál será la reacción de este pueblo cuando ya no resista más?

Por otra parte, con el Comandante Chávez estábamos avanzando con mucha dificultad, es cierto, rumbo al socialismo, pero con este gobierno cuyos protagonistas principales son Miguel Pérez Abad, Eulogio Delpino, Nelson Merentes, Jorge Arreaza, Marco Torres, etc., nos encontramos desandando el camino y regresando con gran velocidad a la cuarta república.

El "gobierno revolucionario" insiste que la crisis que estamos viviendo se supera con una economía productiva, por lo cual está impulsando lo que denomina "motores productivos", pero es obvio que lo que se requiere afianzar es una "economía productiva socialista", donde se impulse, se promueva y se apoye la producción comunal, y no a los mismos "empresarios parásitos" capitalistas de siempre y empresas transnacionales, mineras, explotadoras y depredadoras, cuya intención está muy lejos de apoyar el socialismo, ya que son esencialmente capitalistas. Si el gobierno no rectifica, es absolutamente imposible la construcción del socialismo que el pueblo espera. Ante esa dramática estanflación que estamos padeciendo, pues sumada a la enorme inflación, la producción venezolana se encuentra en el nivel más bajo de su historia, el gobierno insiste en la política del avestruz y no cambia su manera de actuar, ni escucha al pueblo, no acepta que el socialismo es una forma democrática de gobernar y que existe mucho talento fuera del gobierno y del partido que no está siendo tomado en cuenta.

¡Y este pueblo venezolano no reacciona!

¡Está haciendo colas para conseguir los productos de primera necesidad!

Este pueblo no se ha dado cuenta que si no toma el control del aparato comunicacional para asegurar la verdadera libre expresión de las masas, orientarlas, formarlas y resolver los más importantes problemas que tiene, nunca podrá tampoco, descubrir los dirigentes que se requieren para realizar la revolución, pues estos deben surgir del debate y la confrontación de las ideas en el seno del pueblo. El pueblo venezolano está soportando un grave problema, pues está siendo víctima de la clase dirigente tanto del gobierno como de la oposición, o sea de una élite privilegiada, que mediante un pacto no firmado, están usando los medios de comunicación e información, tanto los privados como los del estado para mantenernos desinformados, distraídos y ausentes de los reales problemas del pueblo y de sus soluciones. ¿Por qué los medios de comunicación e información no promueven y estimulan el trabajo productivo?

Tal parece que muy pocas personas han pensado en esto.

Pero estas reflexiones son válidas tanto para el pueblo chavista como para muchos antichavistas, porque al fin y al cabo, todos los que no pertenecemos a ese pequeño grupo de privilegiados, comerciantes y funcionarios de cierto nivel, estamos padeciendo los mismos sufrimientos, abandono y abusos, tanto la denominada clase media, como los más pobres. A Cisneros, Mendoza, Salvatierra, etc., a las empresas transnacionales, no les preocupan nuestros problemas. No les importa si somos chavistas o antichavistas. Sus problemas no son nuestros problemas. Para el pueblo en general, han sido inútiles las marchas y contramarchas, los cacerolazos y las manifestaciones de apoyo a un determinado grupo político.

Cuántas horas útiles no se han desperdiciado en los últimos años a nivel nacional en esas actividades?.

Uno de los problemas más graves que estamos padeciendo actualmente es la escasez de productos básicos que debiéramos producir en abundancia y sin embargo dependemos de empresas transnacionales para ello.

¡Es tiempo de cambiar!

¿O es que acaso tendremos que seguir esperando que vengan las empresas transnacionales como Nestlé a elaborarnos chocolatines, o Frito Lay a producir platanitos fritos, o Maggi para fabricarnos los condimentos, o Heinz para hacer salsa de tomate, o Kraft para hacer la mayonesa?, o Kellogs para poder tener nuestras hojuelas de maíz?. Algo similar podemos afirmar de los alimentos concentrados para animales, perros, gatos, pollos, peces, ganado de todo tipo. ¿Tendremos que depender de Purina, Dog Chow, Perrarina, Friskies, Cat Chow?

¡Esto se puede producir en cualquier población del interior del país!

¿Acaso no podremos contar con nuestras universidades e institutos tecnológicos, para procesar nuestro arroz, nuestro maíz, nuestra carne, pollo, etc., producir plásticos, cauchos, baterías, rines, pinturas, detergentes, jabones, pañales, juguetes, sillas, cabas, termos, acrílicos, pegamentos, motos, muebles, automóviles, maquinaria y en fin, herramientas de todo tipo, teniendo además mayor respeto hacia la naturaleza que el que tienen las industrias capitalistas, a las que solo les interesa la ganancia económica?.

Actualmente el gobierno nos habla de una guerra económica, pero en realidad no la quiere enfrentar, pues le sigue dando dólares a los "empresarios parásitos" No desea combatir la escasez, el desabastecimiento, las fallas en la distribución, en el acopio nacional de productos básicos. En los mercados Bicentenario, PDVAL, Mercal, etc., los productos brillan por su ausencia, pero igual sucede con los anaqueles de todos los establecimientos públicos y privados del país. El gobierno no controla ni supervisa las empresas del estado, como PDVSA, PEQUIVEN, SIDOR, VENALUM, PROFORCA y tantas otras que debieran estar produciendo los insumos necesarios y suficientes para reactivar todas las demás industrias del país. Esta es una de las razones por lo cual la actividad productiva se encuentra prácticamente paralizada a nivel nacional y la población está sufriendo las consecuencias de esta paralización

Si lo quisiera realmente, el gobierno estaría fomentando actividades socio productivas a nivel nacional, promoviendo verdaderamente, actividades agrícolas, estimulando el establecimiento de infinidad de pequeñas y medianas empresas productivas y de servicios, para la transformación de la enorme cantidad de materias primas obtenidas del petróleo, el gas, el hierro, el aluminio, el plomo, el cobre, la madera, la agricultura vegetal y animal, en vez de estar esperando que vengan grandes empresas transnacionales a producir lo que nosotros debemos y podemos hacer. No nos negamos a constituir asociaciones productivas con empresas de gran experiencia y avanzada tecnología, pero debe ser en similares condiciones, o terminaremos siendo simplemente proveedores de mano de obra barata, o sea, colaborando para que vengan a establecer maquilas en las Zonas Económicas Especiales.

¿Es que acaso tienen que venir los chinos a ponernos fábricas inmensas, a explotar a nuestro pueblo y llevarse las utilidades?.

La transformación de nuestro petróleo debería ser una de nuestras principales fuentes de divisas, habida cuenta de que, de este hidrocarburo se pueden obtener más de 500 mil productos diferentes: todo tipo de plásticos, cauchos, baterías, pinturas, detergentes, fertilizantes, materiales para la industria de la construcción, química, textilera, la agricultura, la alimentación y muchísimas más, por lo cual, nuestro país debería ser una potencia mundial en productos derivados del petróleo, con pequeñas y medianas fábricas en todo el territorio nacional generando así multitud de empleos dignos y un desarrollo armónico de nuestro país, en vez de estar pensando destruirlo con la explotación minera.

Todos los gobiernos que hemos tenido, sin excepción, han pretendido que la venta de nuestro petróleo crudo debe ser el único sustento de nuestra población. Se han dedicado a exportar petróleo crudo y no se han preocupado por fomentar ni promover la actividad socio productiva del pueblo venezolano. Esta política, lo único que permite y estimula es una enorme corrupción y la fuga de capitales.

Por estas razones, actualmente somos una sociedad altamente dependiente de las importaciones y poco acostumbrada a producir lo que consumimos. Como no producimos casi nada, la única actividad que estamos en capacidad realizar, es el comercio y he ahí la explicación del inmenso bachaqueo que se observa a nivel nacional. El pueblo venezolano debe exigirle a sus gobernantes que promuevan, faciliten y apoyen las actividades socio productivas, pues ellos, desde su posición altamente privilegiada no alcanzan a darse cuenta, ni están interesados, en conocer las necesidades de la población. A ellos solo les preocupa disfrutar las delicias del poder, pero las consecuencias de una economía enferma las tiene que pagar la gran mayoría de la población venezolana.

Existen muchísimas formas de aumentar en corto y mediano plazo la producción nacional, mejorar la calidad de vida, disminuir las importaciones y generar la mayor suma de felicidad posible en Venezuela, pero debe ser entre todos, camino al socialismo.

Hasta ahora, todo se ha ido en hacer esas indignas y humillantes colas para conseguir un kg de arroz, en vez de usar ese tiempo y esa energía para reclamar lo que le corresponde con dignidad, para exigir tanto al gobierno como a los comerciantes un trato más digno y humano. No hay derecho a tanta humillación y pobreza. Es verdad que nos falta el líder, que los medios de comunicación tanto públicos como privados, están dedicados a confundirnos y estupidizarnos, que los dirigentes de ambos bandos blanden cada uno una bandera: el gobierno insiste en que es víctima de la de la guerra económica, pero la fomenta proporcionando dólares a los empresarios parásitos y la oposición sostiene que el socialismo fracasó, cuando todos sabemos que el socialismo aun no ha sido posible consolidarse en ningún país y mal puede fracasar algo que no ha existido. La base del PSUV y el GPP parecieran no existir, pues ni siquiera se han manifestado con respecto a los grandes problemas nacionales como son la enorme corrupción generalizada en el país, la altísima y permanente inflación, la especulación en toda actividad comercial, el enorme desfalco nacional, la pretensión de destruir la riqueza hídrica nacional con el demencial Arco Minero del Orinoco, para mencionar tan solo unos graves problemas. Estas agrupaciones políticas son manejadas por una dirigencia nacional inepta y confundida. Tanto el gobierno como la oposición están defendiendo el extractivismo minero para agarrarse todos los dólares que se obtengan, porque ninguno defiende el modelo económico productivo socialista, lo que quieren es la riqueza fácil y rápida, ahora a expensas del desastre ecológico que generará el Arco Minero.

Y cuando hablamos de un pueblo que no reacciona, nos estamos refiriendo también a los trabajadores, a los gremios, a los sindicatos, a las asociaciones de profesionales, a las amas de casa, a los estudiantes, a los campesinos ¿Hasta cuándo este pueblo podrá soportar este abuso y atropello por parte de la dirigencia política y económica de este país?. No podemos quedarnos simplemente en comentar y murmurar o criticar lo que esas cúpulas hacen o dejan de hacer. Tenemos que unirnos y organizarnos, para lo cual es imprescindible la comunicación entre todos y el primer paso es exigir que los medios de comunicación estén al servicio de la población. De no lograr este objetivo, todos los esfuerzos se perderán. Por consiguiente ese debe ser nuestro primer paso.

Este pueblo ha demostrado ser pacifico pero no pendejo. Tal vez está decepcionado, pero guarda la esperanza de que esto mejore con el tiempo. De lo que no hay duda es que necesita despertarse, ponerse a producir, presionar y exigir responsabilidad a sus gobernantes y dirigentes públicos y privados. Organizadamente y sin violencia, pero con contundencia.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

20 /04 / 2016



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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