En contexto

La guerra económica que nos estampa en la cara, todos los días, la derecha fascista en una flagrante violación a los DD.HH. de los venezolanos, es aplicada con hechos aberrados, todos ellos orientados a molestar al ciudadano, a tal extremo o con la intencionalidad que el pueblo termine denostando a la revolución. Esto es un diagnóstico de la situación, que a estas alturas, ya debería haber motivado al pueblo venezolano en total, a cerrar filas con el gobierno revolucionario para boicotear a los mercaderes y su engendro los bachaqueros. No obstante, aun notamos con tristeza mezclada con rabia la gran cantidad de venezolanos que continúan culpando al gobierno y la revolución de ser causantes de la guerra económica.

Es notable el léxico y los temas de conversación entre estos ciudadanos confundidos, todos se refieren burlonamente a los planes y políticas creadas en el marco del decreto de emergencia económica, en sus expresiones se destacan frases como estas, "este país no sirve", "la revolución fracasó, esta inflación está por las nubes".

Precisamente, esta situación referida a la inflación, da a entender que esos ciudadanos, al aceptar la inflación como un hecho ciertamente fruto de una mal ejercicio económico, están muy equivocados, debido a que esta inflación es inducida por la guerra económica, que usa la escasez, la especulación y todos los otros elementos desestabilizadores como armas de esta guerra, en consecuencia en nuestro imaginario, no debemos aceptar la inflación como un hecho verdadero, ello es como aceptar que las agresiones que nos depara el imperio como consecuencia de su decreto con fuerza de ley, que nos coloca como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, es un hecho normalmente aceptable, cuando es simplemente un vulgar agresión violatoria de nuestra soberanía y seguridad total, por ser, ese decreto de Obama, según la experiencia, una declaración de guerra contra Venezuela.

Quien acepte que ahora sufrimos una inflación generada por un mal sistema económico, está equivocado y solo está aceptando que quien gobierna en el país es el mercado. Este aberrado mercado es manejado por la derecha interesada en destruir la revolución bolivariana, y, ella es precisamente, la que impone la desestabilización económica del país con los malsanos procedimientos ya conocidos por todos los venezolanos.

Todo esto evidencia una situación falsa, porque, en nuestra patria, lo que sucede, es que estamos bajo asedio constante, y lo que observamos son las consecuencias de una brutal agresión, que mientras no internalicemos que nos hacen una guerra total para exterminar nuestra libertad y soberanía, no podremos derrotarla. Para significar este absurdo estado de cosas, un solo ejemplo basta para no aceptar cantos de sirena: Es, que en todas partes, hay colas y molestias para adquirir alimentos y fármacos. Pero no hay colas para comprar cervezas, que también tiene precios especulativos, pero siempre hay en suficiente cantidad, de ahí que es lógico inferir, que esta situación, es otra estrategia para destruirnos con nuestra propia complicidad. No entender esta situación y sumarse ingenuamente a la causa del agresor, es sencillamente una actitud tonta. Sí boicoteamos ignorando los condicionamientos y la especulación de los mercaderes y los castigamos con la expropiación por utilidad pública, ellos terminaran por rendirse, porque, su único interés es mercantil.

La Patria requiere socialistas, ya lo dijo el Comandante Chávez: "La Patria es socialista, o no es Patria". La mentira que ha calado en el pueblo confundido está basada en la cultura capitalista, que es una ideología opuesta a la nuestra, recordemos: Nosotros somos socialistas.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA Y SOBERANA!

¡CHÁVEZ VIVE!

¡LA PATRIA SIGUE!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

 

 



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William Castillo Pérez


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