El rentismo petrolero: última fase del capitalismo en Venezuela

Actualmente el sistema económico venezolano presenta una enorme debilidad estructural en la perversa cadena capitalista y sus eslabones de producción, distribución y comercialización que no dan respuesta satisfactoria a las ingentes demandas del pueblo en sus necesidades básicas, al empeñarse en derrocar la Revolución Bolivariana y Chavista.

Por un lado, grandes empresarios que no quieren producir más, preservando la máxima ganancia y el valor pecuniario; y por el otro, ciertos distribuidores acaparando productos, arruinándolos o destruyéndolos, e inescrupulosos comerciantes especulando con los precios. Todos alegando la falta de divisas, la deuda con los proveedores de materia prima y el dólar paralelo, entre otras falacias, con el peligro que les significa una posible deflación y la pérdida utilitaria de la mercancía; es decir, una evidente contradicción que el modelo rentista petrolero en crisis, genera hoy en día. Recordemos que tal modelo rentista fue creado por el capitalismo mundial como doctrina económica para Venezuela, país que nacía hace una centuria como gran productor de petróleo.

La Revolución Bolivariana y Chavista está llamada por la historia a erradicar dicho modelo; y con ello, romper el potencial ahora debilitado de la cadena capitalista. Aprovechemos sus múltiples contradicciones para explotarlas y confrontarlas, e impulsemos un sistema económico socialista altamente productivo y eficiente; tomando medidas rápidas y radicales en lo político y económico que impida al capitalismo intentar resolver sus contradicciones y crisis estructural, para luego autorreproducirse y amoldarse a las nuevas relaciones de producción poscapitalista.

Desarrollemos a la vez, una nueva cultura económica mediante la cual el pueblo venezolano adhiera una auténtica actitud productiva, sin permitir que su fuerza de trabajo sea explotada y no seguir asumiendo el papel de consumidor en masa para la mera subsistencia. En todo caso, una cultura que propicie una economía bajo control del pueblo que equilibre las emergentes relaciones de producción y las nuevas relaciones de mercado.



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