La ciudad y la lógica del capital

LA CIUDAD Y LA LÓGICA DEL CAPITAL

· Los organismos planificadores han legitimado la práctica de apropiación del espacio urbano.

· La naturaleza y el ser humano son transformados en mercancías cuya principal cualidad es la de poseer valor de cambio.

Habría que preguntarse si el espacio urbano es un bien social por preservar y no la lucha del capital por su localización, tolerándose que la ciudad se deteriore, que se extienda artificialmente y se trastoquen los criterios de prioridades de las acciones a realizarse en ella, por lo cual las mismas dejan de ser reflejo de sus necesidades reales.

La planificación del espacio urbano, que proponemos, nos permita alcanzar los fundamentos teóricos para la organización del espacio de intercambio para la conservación y la reproducción de la Materia-Energía, por medio de una práctica teórica de producción de conocimientos y soluciones técnicas para una práctica política.

Definimos el espacio urbano como el punto donde se efectúan las reproducciones de la vida humana. En él se produce la organización otra del espacio de intercambio para la conservación y la reproducción de la Materia-Energía, el cual define dos objetivos fundamentales:

En primer lugar, cada territorio tiene, en cada momento, un papel propio en el proceso productivo. Este, como es sabido, está formado de la producción propiamente dicha, la circulación, la distribución y el consumo. Y como los circuitos productivos se dan en el espacio de forma desagregada, aunque no desarticulada, la importancia que tiene cada uno de aquellos procesos, en cada momento histórico y para cada caso particular, ayuda a comprender la organización del espacio.

En segundo lugar, el proceso histórico sólo adquiere plena significación cuando se concretan por el impulso o desarrollo de las fuerzas productivas y por consiguiente, siguiendo a Marx, el conjunto de relaciones sociales que se estableció, dio lugar a la división del trabajo y, en consecuencia, al intercambio de productos signado por la desigualdad del mismo, rompiendo el equilibrio entre las relaciones entre los seres humanos y de éstos con el espacio, produciendo la acumulación de Materia en grupos sociales minoritarios y la apropiación de la Energía del resto de las personas.

En consecuencia, la naturaleza es convertida en recurso económico y el ser humano es transformado en recurso productivo, es decir, la naturaleza y el ser humano son transformados en mercancías cuya principal cualidad es la de poseer valor de cambio.

Como hemos señalado, el proceso productivo está formado por la producción propiamente dicha, la distribución, la circulación y el consumo. La importancia que tiene cada uno de esos procesos, en cada momento histórico y para cada caso particular, ayuda a comprender la organización de los elementos y las relaciones del espacio urbano.

La apropiación del espacio, medio productivo generador de la Materia, es particularmente importante para el modo de producción capitalista, cuando el producto y/o la Energía que lo realiza es requerido por las clases dominantes en un espacio definido, proporcionando a las clases dominadas las condiciones para la reproducción de la Energía que quieren utilizar.

El espacio urbano será el punto donde se efectúa organización otra de la Materia-Energía, mediante una formalización creativa, que da como resultado un ente original, no natural, sea este un nuevo producto material o una formalización institucional, artística, festiva. Y, en esta producción cabe también la reproducción de la vida humana, porque este producto ha dejado de ser natural al ser trabajado por la historia de la cultura. Aparecen los seres humanos sin espacio, quienes obtuvieron sólo la Materia estrictamente necesaria para la reproducción de su Energía y fueron privados del espacio para la conservación y reproducción de su Energía.

El análisis debe centrarse en la viabilidad de producir una transformación urbana que empiece por superar la definición de la Ciudad como un espacio reproductor y un espacio de intercambio del capital comercial y financiero, consumo y distribución, expresando la especulación que realiza el capital inmobiliario, avalado por el poder político, a través de sus organismos planificadores, reglamentos, decretos, normas y disposiciones, para legitimar y sancionar esa práctica de apropiación del espacio urbano por el capital dominante.

La ciudad se configura para el mayor beneficio del capital y el espacio urbano se convierte en una mercancía que se acopla al mecanismo productivo capitalista. De modo que cada ser humano posea el espacio de reproducción de la Materia, determinado por la propiedad social de la fuerza productiva industrial de la construcción y del espacio urbano cuya principal cualidad es la de poseer valor de uso.

El espacio urbano es la conjunción del espacio de intercambio para la conservación de la vida de la especie y de los espacios reproductores, pues, se trata de la necesidad de reestructurar el problema urbano a través de la nueva Arquitectura de Multitudes, de modo que todos los seres humanos posean un espacio de intercambio correspondiente para la conservación y la reproducción de la Energía humana.

La reproducción de la Energía demanda entre otras condiciones, el espacio para comer, el espacio para descansar, para su reproducción actual; el espacio para procrear, para su reproducción futura. Ese espacio es la Habitación. En otra palabra, de Arquitectura.

Aparecen, entonces, los seres humanos sin espacio quienes obtuvieron sólo la Materia estrictamente necesaria para la reproducción de su Energía y fueron privados del espacio para la conservación y reproducción de su Energía.

En efecto, en el espacio de intercambio, se introducen las líneas de producción de Materia-Energía en la superficie productora del espacio de consumo, realizándose entre éstas el intercambio de sus re-productos y dando lugar a espacios de intercambio. Se deslinda claramente los espacios de Trabajo-Gratificación, dejando en el medio de esta polarización el espacio más extenso del sistema urbano, que es el espacio de Habitación, donde ambos principios se entrecruzan porque en él se realiza la carga energética para la descarga en el Trabajo y la Gratificación, y descarga energética en el Trabajo, la Procreación y el Juego.

La suma de los espacios reproductores solo sería factible por la utilización plena de la potencialidad de las fuerzas productivas industriales, actualmente frenadas por el carácter privado de la industria de la construcción y por la propiedad privada del espacio urbano.

De allí en adelante, la práctica teórica del espacio urbano se fundamenta en una práctica política; inscrita, por lo tanto, en los objetivos de la producción industrializada y la plena utilización de las fuerzas productivas pueda satisfacer el consumo del espacio por las tensiones demográficas y los requerimientos humanísticos, partiendo de la propiedad social del espacio y de la socialización de la empresa constructiva.

¡En el nombre de Bolívar, de Cristo y de Chávez, la lucha sigue! ... "En el 2019 además de cumplirse 20 años de la Constitución, tenemos una cita, porque ese año se cumplen 200 años del Congreso de Angostura, 200 años de la Constitución Bolivariana que fundó Colombia"…

tetralectica@yahoo.es



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Servando Marín Lista

Arquitecto - Autor de los libros: 1.- La Geometría de los Afectos (2007). 2.- Desde la Comunidad (2010). 3.- La Ciudad Comunal (2013). 4.- El Caserío de Altagracia de Cumaná (2016). 5.- El Caserío de Santa Inés de Cumaná (2017). 6.- Cumaná: La Otra Ciudad (2019). 7.- Más allá de Tierra Firme (2022). 8.- Más allá de La Mar (2023).

 tetralectica77@gmail.com      @chevan2

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