El congreso de la patria debe ser el congreso del pueblo chavista

Nos sumamos a la idea de ampliar el congreso del pueblo a todas las organizaciones políticas y de trabajadores revolucionarios, obreros, maestros, médicos, profesionales y técnicos, empleados públicos revolucionarios, para dar una respuesta revolucionaria y socialista a la crisis ante el inminente fracaso de las tentativas políticas de hacer yunta con la empresa privada, con el capitalismo. Ahora la solución está en manos del pueblo revolucionario, de los distintos congresos o asambleas revolucionarias; se trata ahora de transferir auténticamente el poder al pueblo revolucionario organizado en asambleas, que desde allí nazcan las decisiones trascendentales, capaces de dar el giro de timón a las políticas de caída inercial sostenida por el gobierno en estos dos últimos años.

Convoquemos a las comunas y consejos comunales, a las militancias de base y media de las organizaciones políticas, partidos; al PSUVE, al PCV, al GPP, Colectivos, Círculos Bolivarianos etc. Peo sin chantajes, sin juramentos de fidelidades incondicionales a las actuaciones erráticas del gobierno. Comencemos desde abajo. Hay que escuchar críticas, posiciones y puntos de vistas políticos; propuestas, alternativas distintas a los pactos. Convoquemos a los sindicatos y organizaciones obreras petroleras chavistas, en primer lugar, y a sus afiliados en asambleas permanentes; a las organizaciones gremiales chavistas y a sus afiliados, a los periodistas e intelectuales; a trabajadores de los medios abiertos en asambleas televisadas a toda participación revolucionaria. A nuestros soldados y oficiales en los cuarteles y Escuelas, médicos y enfermeras en los hospitales, maestros y profesores en escuelas y universidades; empleados y obreros de la salud, empleados y obreros de la educación… ¡a organizarse en asambleas permanentes!.

Es fundamental para trascender la crisis tomar el control por la revolución socialista de las televisores del Estado, de las emisoras de Radio, y de las emisoras y televisoras comunitarias; de la Radio Nacional, de YVKE Mundial, y ponerlos al servicio de este Gran Congreso de la Patria Revolucionario y Ampliado, abierto a las asambleas populares.

Apoyemos al presidente desde esta iniciativa, porque su permanencia en el gobierno no se sostiene de espalda a la voluntad y sentimientos de las masas que todavía lo apoyan, soslayando la crítica y la realidad real, es decir, la realidad que mueve a los hombres y mujeres en la calle, no a la de las estadísticas y encuestas chimbas o mal examinadas.

Es tiempo de consultar al pueblo chavista fuera de las elecciones burguesas –a las cuales nos hemos estamos acostumbrados- y que empiece a ejercer su soberanía de forma contundente, organizada y directa.

No queda otra salida al inminente golpe de la derecha; hay que volver al poder originario revolucionario.

El otro, el de las elecciones burguesas, representa una farsa tan igual a la que se escenifica en la Asamblea Nacional. La cual no representa nada ni a nadie. No es producto de decisiones consensuadas, sino de manipulaciones. De unos y de otros.

La derrota del 6 de diciembre no es concha de ajo. Es un síntoma de descomposición de la revolución dentro de sus pretensiones burguesas y aburguesadas. Solo la soberbia ha hecho posible que todavía se vea, en una derrota política atroz, una victoria chavista, en razón a estadísticas ridículas, que cuentan votos y fidelidades y que disimulan las responsabilidades ideológicas y políticas: La inercia, que nos está dejando en caída libre hacia el fondo de la restauración.

Pero ahora no hay muchas opciones: o eres o no eres. Vienen por la revolución, no por Maduro, no por Diosdado o Jorge Rodríguez, o Aristóbulo y los otros. Vienen por la revolución. Y las alianzas estratégicas (no tácticas, francamente estratégicas) con la empresa privada; con el capitalismo "bueno", no van a detener a la derecha.

Al contrario; ya la derecha parece tener su Cabeza de Playa para sostener la invasión definitiva y la derrota trasera de la revolución.

Lo hecho hecho está. Ahora solo queda la sindéresis revolucionaria. Sopesar los hechos, ponderar los hechos y decidir en consecuencia, como dirían los abogados chimbos. Hay que volver al poder originario, al pueblo. Pero al pueblo revolucionario, chavista, clasista, porque somos chavistas, revolucionarios, socialistas y clasistas. No en vano califica al presidente Maduro "el presidente Obrero". Lo hace por una razón de clase, no por otra cosa.

¡Bueno, volvamos a eso! Volvamos a nuestra condición revolucionaria de defender los intereses de clase, como representantes de las clases explotadas, humilladas, marginas, ignoradas. Volvamos al principio que motivó al 4 de febrero, pero que motivó la guerra bolivariana; a la revolución social de bolívar y a la revolución socialista chavista…. O eres o no eres… Somos o no somos revolucionarios.

A los compatriotas que se esfuerzan todos los días por alimentar la discusión y la crítica; por afinar la vista, afocar (meter en el foco) la mente, los invito a contrarrestar cualquier manipulación en favor de la claudicación, en favor del golpe de timón hacia el poder originario revolucionario. Solo el congreso del pueblo patriótico y revolucionario ampliado puede sostener el fuego de la revolución socialista y chavista. Que sea él el que gobierne las políticas principales, que decida sobre cómo superar dignamente esta crisis de manera clasista, en favor de los trabajadores, de los explotados, humillados y olvidados.

¡Convoquemos a las bases! ¡Viva el socialismo! ¡Viva la revolución socialista! ¡Muera la oligarquía! ¡Muera el capitalismo!

hecto.baiz@gmail.com; y Colectivo CineReflexión



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Héctor Baíz

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