Tenemos que producir más y más como los compatriotas campesinos

Nuestro Padre Bolívar decía en aquellos terribles años que van de 1825 a 1830, que en América Latina no había dignidad y que a él le daba vergüenza llamarse Americano. Pero era porque ya la clase de los miserables como Santander habían mostrado sus pelos y sus uñas. Una clase se ha mantenido intacta desde entonces. Ya que EE UU se preveía, por la providencia, para plagar de miseria a la América Latina en nombre de la LIBERTAD. AL IMPERIO hay que darle donde les duele que es en el asunto del DINERO, sino estaremos divagando y perdiendo el tiempo.

El problema es cómo hacer una REVOLUCION BOLIVARIANA diferente, sin tener que pasar por las horcas caudinas de esta ultra-derecha tan depravada, tan desafiante y con licencia para robar, para matar. Cómo hacer una REVOLUCION, sin tener que andar chapoteando tanto en el barro. La nuestra es una REVOLUCION sometida al fuerte corsé del orden capitalista. Y son amarras tan fuertemente tendidas desde la prensa internacional que todos los ciudadanos se ahogan, se asfixian sin poder hacer MAYOR COSA. Lo nuestro puede destruirse mediante fuerzas horriblemente malignas con el permiso del imperio euro-americano. Cuando nos comiencen a matar, dirá toda esa prensa internacional que nosotros somos terroristas y que nada se pierde si nos exterminan. Y así será: nos matarán muertos de la risa. Y una vez que comience la matazón se habrá acabado para siempre todas las salidas "DEMOCRATICAS". Quedarán sepultados para la eternidad el CNE y el TSJ. ¿Cómo se hace para que no exista tanta impunidad, tanta injusticia? He ahí el gran dilema que en este sistema mundial no tiene solución. Los fascistas andan líricos trotamundos, burlándose de todo lo que hace el gobierno REVOLUCIONARIO, y a un tris de gritar "Soy un preso político, y que se atrevan...", por si les tocan un pelo. Y el Estado debe sobrellevar la pertinaz incomodidad de cargar el rabo entre las piernas. Porque para que no lo acusen de verdugo, de violar los derechos humanos, de imponer la censura, de violentar las reglas "Democráticas", entonces debe callar y tragar grueso. Se está convirtiendo para los opositores una total gozadera delinquir en este país. Roban, estafan, asesinan, acaparan, especulan, mienten, calumnian, someten a los peores escarnios a la Constitución, y el bonche demoníaco de todas las trácalas que montan cada día acaban por convertir en un total caos al Estado de derecho. En tal situación se puede predecir lo que se avecina: un cansancio, una gran desmoralización del proceso y un agotamiento generalizado de todas las instituciones. Que acabará por una rendición, por entregar las armas a los enemigos, y aceptar la derrota por forfeit (por negligencia). Ya el mal está hecho, a causa de tantos perdones.

Todos los que aman con devoción sincera al pobre, como que viven arando en el mar.¿Hasta cuándo se arará en el mar?. Al menos cuando uno se pone a sembrar y recoge yuca, por ejemplo uno ve algo concreto que sin duda beneficia a la sociedad, y no se encuentra además uno con esos cuadros de miserias humanas (contrasentido) tan desgarradores de gente aprovechadora y ruin. Venero la sencillez de ese campesino que madruga todos los días a buscar las vacas para ordeñarlas, luego para recoger la leche y ponerse a hacer queso, y después internarse en el campo para atender la siembra de maíz o de apio, todo el día en la brega, y ese campesino que produce algo qué comer vagamente se entera de lo que está pasando en el mundo, pero a la vez está haciendo algo para subsistir él y un grupo numeroso de compatriotas que le rodean. Ese campesino que no se alarma porque falte papel tualé, o crema dental o jabón, aunque mantiene una higiene impecable. Ese campesino que cuando termina la faena del día por ahí como a las 6 de la tarde, va y hace una visita a un amigo, se toma un café y conversa sobre lo que producen los animales y la tierra, de cómo ha estado el tiempo, de lo que van a necesitar para la próxima cosecha, y se recogen temprano entre grillos y luciérnagas. Y todo lo hace con AMOR, sin queja, sin amarguras y sin andar criticando a nadie. Un campesino de esta clase nunca hace una huelga de hambre, ni tiene tiempo jamás para andar de paros. Los campesinos verdaderos aman el trabajo. Cuánto aprende uno de ellos, y cómo descubre uno la vida que ha desperdiciado estudiando cosas que no sirven para TANTO, sino para darse vanidad. PRODUCIR es fundamental y necesario.

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA BOLIVARIANA SOCIALISTA CRISTICA!



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Yrne Gil Mata

Físico. Dr. en Educación. Miembro de la Milicia Bolivariana.

 yrnegil@gmail.com

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