Las nuevas demandas del proyecto revolucionario bolivariano

Al reconocer el Presidente Nicolás Maduro y demás integrantes del gobierno nacional que se llegó al final del rentismo económico, se crea la necesidad inmediata del surgimiento de un liderazgo revolucionario colectivo en reemplazo de la dirigencia y funcionarado burocrático-cupular-clientelista que hizo posible, con su proceder reformista, el avance de los sectores de derecha, dando como resultado que ésta conquistara la mayoría de curules de la Asamblea Nacional.

Es importante que chavistas y revolucionarios entiendan que hay una intención, orientada desde Estados Unidos y otros centros de poder internacionales, de torcer el rumbo del proceso de cambios revolucionarios protagonizado por el pueblo venezolano en función de los intereses de la burguesía parasitaria y de los grandes consorcios económicos norteamericanos, en una especie de gobernabilidad pactada que deje a un lado a los sectores populares. De ahí que no sea nada extraño que en Venezuela se esté repitiendo el mismo formato desestabilizador aplicado en Chile durante la presidencia de Salvador Allende, con un desabastecimiento artificial de productos esenciales para la población, una hiper-inflación inducida por los mismos sectores empresariales que ahora cínicamente le reclaman al gobierno la implementación de medidas de emergencia económica, la posibilidad de un corralito bancario y la desvalorización de la moneda nacional, incitando con ello un malestar popular que, eventualmente, terminaría con el mandato de Nicolás Maduro y restituiría a las viejas élites puntofijistas en el poder.

Además, es pertinente que chavistas y revolucionarios tengan en cuenta que no se pueden mantener intactas las mismas estructuras gubernamentales y partidarias del pasado como hasta ahora se ha hecho, ya que ellas responden a una visión de la sociedad que resulta incompatible con la realidad surgida en nuestro país durante las décadas recientes. Por consiguiente, es preciso que surja y exista una organización socio-económico-político-cultural-militar revolucionaria que sepa orientar e interpretar la lucha popular en su dimensión transformadora, clasista y plebeya, evitando que en su seno aparezca alguna clase de pragmatismo electoral, de sectarismo y de vanguardismo que precipite su desviación y atomización, de modo que pueda alcanzarse verdaderamente el propósito fundamental de la Revolución Bolivariana, es decir, la transformación estructural del Estado y, en general, de todo aquello que comprende e identifica el actual orden establecido.

En tal sentido, se requiere mucha madurez y voluntad política para enfrentar con éxito las embestidas programadas por la oposición. Ello debe producir un saldo organizativo y una redefinición de los valores sobre los cuales se erigió el modelo civilizatorio vigente, en lo que podría llamarse una coalición social y política revolucionaria que dé nacimiento a una nueva ciudadanía política, capaz de cubrir y protagonizar las nuevas demandas del proyecto revolucionario bolivariano.-



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Homar Garcés


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