Pedagogía en Economía Política

Estado y Poder Popular XVI. El verdadero valor real de un barril de petróleo

(Exhortamos a los estudiantes y estudiosos de la Ciencia Política, a recopilar estos artículos, escritos con el ánimo de contribuir a la difusión de esta importante temática en una hora tan especial en la encrucijada de la Patria)

Una pregunta que nos hacemos quienes nos sentimos vejados, ultrajados, atacados, vilipendiados y también indignados por las potencias imperiales de antes y de ahora, es:

En oposición al valor de intercambio ¿Cuál es el verdadero valor de uso del petróleo?

En principio, no hay manera de determinarlo con rigurosidad, aunque obviamente no es el establecido en el mercado internacional donde las fuerzas oligopólicas de las transnacionales juegan un papel fundamental. Esa fuente de energía, con cuyos productos se facilitó el impulso del crecimiento, la industrialización, el desarrollo, los altos niveles de consumo y bienestar de los países altamente desarrollados y las invasiones genocidas de potencias como el Reino Unido, EE.UU, Japón, Alemania, Holanda, Francia, Italia…y ahora China y la India, sin cuyo uso esos logros habrían sido imposibles, y cuyo valor de cambio lo establecen a su antojo, creemos que ha llegado la hora de pasar al estudio de diseños de estrategias de corto, mediano y largo plazo que reviertan, aunque sea en algo, esas ominosas y degradantes ofensivas políticas, mercantiles y financieras. Esos valores de intercambio les ha permitido avasallar el mundo durante más de ciento cincuenta años, movilizando sus aparatos y artefactos bélicos a costos cada vez más accesibles para ellos, mientras que los pueblos de los principales centros de producción de ese combustible fósil (Angola, Arabia Saudita. Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Kuwait, Nigeria, Qatar, Irán, Libia y Venezuela), padecen las miserias de su extracción, robo de su valor agregado y erosión progresiva de sus reservas y degradación del medio ambiente o hábitat natural. El capitalismo avanzó así a paso arrollador durante todo el siglo XX, dejando a su paso hambre, miseria y depredación de la naturaleza.

Mientras el petróleo venezolano, mexicano, árabe, era cotizado a un dólar y a menos de dos dólares el barril durante los años transcurridos entre la segunda y la octava décadas del siglo XX, Europa, EE.UU y Japón llenaron de fábricas, de emporios industriales, de complejos militares, de autopistas, de ferrocarriles, de toda clase de medios de comunicación, de espías satelitales, de naves espaciales, sus territorios.

Mientras el mundo industrializado paga precios viles por el bien que le sirve de catapulta para sobreenriquecerse y fortalecer cada vez más su poderío imperial, y despliega toda la fuerza bélica de que es capaz, que es mucha, muchísima, gigantesca, apoyada en el poderío de sus Complejos Militares Industriales, cuyo brazo ejecutor de invasiones genocidas avalados por sus gobiernos títeres es la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, el imperio colectivo adelanta sus planes de conquista diseñados por sus "think tank" "tanques pensantes", especie de diablos inteligentes que cobran altas sumas para diseñar el mal, para asesinar pueblos enteros, ataques genocidas, para tumbar gobiernos que no le son serviles y cobrarnos a precios exorbitantes sus productos manufacturados, sus chucherías, sus espejitos, sus mercancías.

El mundo altamente desarrollado ha construido su imperio colectivo gracias al petróleo barato y a la explotación inhumana de la mano de obra de los países del mal llamado "Tercer Mundo". El mundo industrializado es tal porque el precio vil de ese bien lo ponen ellos. La contraparte del desarrollo de esos países, todos capitalistas en su fase superior, el imperialismo, es, según el filósofo mendocino Enrique Dussel: "la creciente miseria del continente latinoamericano [...]. El "pobre", en la "exterioridad" del sistema de producción y distribución, es un "hecho" más brutal que nunca (desde 1968 a 1992). En segundo lugar, para poder efectuar una crítica del capitalismo causa de una tal pobreza, aun antes de que, aparentemente triunfante en el Norte (más desde noviembre de 1989), se mostrara que fracasa en el 75 % de la Humanidad: en el Sur (África, Asia, América Latina). En tercer lugar, porque la Filosofía de la Liberación debía desplegar una económica y política firmes [...]. En cuarto lugar, porque para poder superar el "dogmatismo" (marxista-leninista) en los países socialistas [...] era necesario leer directa y seriamente a Marx mismo, para afianzar la izquierda latinoamericana". (Dussel, E. 1998, 24).

En ocasiones, los grandes medios nos obnubilan o nos encantan, según la óptica que utilicemos, con afirmaciones que logran confundirnos. Hay quienes dicen medias verdades, lo cual significa que la otra mitad no son más que mentiras. Así, se afirma que la época de ingeniería pesada y el acero, caracterizada por la construcción de enormes puentes, edificios y embarcaciones civiles y militares, dio paso a la era del petróleo barato y el automóvil. Esta nueva revolución tecnológica trajo consigo el motor de combustión interna, las redes de electrificación, el desarrollo petroquímico, las carreteras y las autopistas. El agotamiento del ciclo tecnológico de los combustibles fósiles a bajo precio y el vehículo particular se pone en evidencia con el primer shock energético de la humanidad ocurrido a propósito del embargo petrolero árabe a las potencias de occidente de 1973, lo cual creó una crisis global sin precedentes al exponer la vulnerabilidad económica y energética de las naciones más poderosas del planeta. (Esto es falso de toda falsedad). A partir de ese momento el petróleo se encareció.

Falso, de toda falsedad. Ayer, hace sólo dos años, cuando su precio internacional era 100 dólares el barril, su valor expresado en esa moneda estaba devaluado o depreciado en más de un 80%. En 2008, cuando su precio de mercado alcanzó 130 dólares/bl, era menos que equivalente a los 38US$ de 1979. En estos últimos siete años el dólar se ha depreciado en más de un 30%, arrastrando con ello el verdadero valor del barril de petróleo y empobreciendo aún más a los países cuyas economías dependen de la extracción y comercialización de ese producto de la tierra.

Cuando el mundo petrolero árabe embargó a fines de 1973 los envíos energéticos a occidente, el petróleo pasó de 2 a 12 dólares el barril en tan solo 2 meses (octubre a diciembre, un incremento del 500%). En ese momento las economías dependientes de la extracción y comercialización de sus hidrocarburos comenzaron a entender el verdadero valor de uso y comercial de ese bien. La carestía del mismo en Europa Occidental y EE.UU, el interés de estas potencias para poner cese al conflicto árabe-israelí y al embargo petrolero impuesto a los países occidentales por su apoyo a los sionistas israelíes, y a la escalada de los precios a partir de octubre de 1973, hasta llevarlo a márgenes cercanos a los 40 dólares el barril, que trajo como consecuencia una recesión industrial no prevista hasta dos años antes, llevó al mundo capitalista occidental a tomar sus previsiones, creando, como primera medida, la Asociación Internacional de Energía AIE. Hasta entonces todo les había sido mucho más fácil. A partir de entonces planificaron con mayor detalle la invasión a los territorios ricos en reservas energéticas de hidrocarburos.

El empeño de las petroleras por disminuir los costos de producción y comercialización para incrementar progresivamente sus ganancias ha sido una constante, empresas capitalistas al fin, y para ello se han valido de toda clase de argumentos. Ya en 1960, como lo describe magistralmente el economista petrolero Carlos Mendoza en la más reciente de sus obras: "Nacionalización petrolera venezolana en cuatro décadas", al expresar la reacción de las concesionarias haciendo alusión al artículo 126 de la Constitución de 1961, recién promulgada para ese entonces -1961-, que elimina la discrecionalidad del Poder Ejecutivo para el otorgamiento de nuevas concesiones de hidrocarburos y lo remite al Congreso de la República para la aprobación respectiva. Cito textualmente a CMP:

"…Ante estas circunstancias, la reacción de las concesionarias fue rápida y fulminante. Por un lado, no más inversiones no más depreciación, ni amortización, ni agotamiento. Todas esas partidas pasaron a engrosar el excedente oculto que se repatriaba. Menudearon también, a partir de entonces, las denuncias sobre desmantelamiento, venta y exportación de equipos de la industria. Y por otro lado, masiva sobre-explotación, sacar la mayor cantidad de petróleo en el menor tiempo posible, violando todas las normas técnicas y acelerando la irreversible declinación de los yacimientos. De esta suerte, la producción de las concesionarias en Venezuela –que no la producción de Venezuela, como añoran Sosa Pietri y otros cultores de la Leyenda Dorada petrolera- pasó de 2 millones 846 mil barriles diarios en 1960 a 3 millones 700 mil en 1970. Esa fue la cumbre irrepetida a partir de la cual se inició un proceso de declinación de la producción, hasta el nivel crítico de 1 millón 680 mil barriles diarios para 1985".

Más adelante -pp. 251 de la obra citada-, el autor agrega: "…Para el lapso 65-70 el saqueo era cada día más evidente y el país tuvo que apretar un poco más la cerradura. Tanto en el plano fiscal como en lo referente al deterioro de los activos físicos de la industria. …En el campo de la esfera tributaria se produjo una escalada de controles y fijaciones de nuevas tasas impositivas que trataban de contener el desbordamiento de excedentes de las concesionarias".

Y es que esta situación tiene sus antecedentes: "…Desde su instalación en el país, las concesionarias se despachaban y se daban el vuelto a la hora de pagar impuestos, ya que las bases para la determinación, por ejemplo, la renta neta gravable a los fines del impuesto sobre la renta, no eran otras que sus propias declaraciones de precios realizados y costos operativos incurridos. De hecho, en 1959, el reiterado envilecimiento de los precios declarados fue el detonante que condujo a la constitución de la OPEP."

Volveremos sobre esta materia en próximas entregas.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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