El destete de la burocracia chavista

El 6 de Diciembre se derrumbó la falsa creencia que sostenía la burocracia gubernamental de que bastaba enarbolar la figura de Chávez para, bajo su paraguas, sostenerse en el poder y seguir mamando de esa teta.
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De golpe y porrazo entendieron que para mantenerse hay que gobernar bien y para todos y que, ante un 2016 que traerá días muy difíciles no se puede seguir viviendo en el limbo.
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En ese orden de ideas presento algunas ideas y consideraciones que considero pertinentes para el actual momento y que se pueden implementar aprovechando la actual Ley Habilitante.
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HAY QUE INDEXAR LA DEVALUACION
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La devaluación de la moneda ha sido históricamente en nuestro país el arma utilizada por los sectores poderosos para aumentar su dominio empobreciendo a la población.
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Pondré unos ejemplos que explican mejor que cualquier teoría esa realidad:
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Para la población que vive del trabajo significa que sus ingresos merman dramáticamente. Por ejemplo, en un escenario con un cambio de Bs. 10,oo por dólar, si un asalariado devenga Bs. 10.000 al mes ganará $1.000,oo y si tiene unas prestaciones acumuladas de Bs. 100.000,oo estas representarán unos $ 10.000.
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Si se devaluara la moneda, digamos a Bs. 100,oo por dólar, el salario se reducirá a $ 100,oo mensuales y las prestaciones quedarán en solamente 1.000 dólares.
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Por el contrario, a los miles de corruptos y especuladores cuarta y quinta republicanos que tienen centenares de miles de millones de dólares en el exterior, la devaluación los hace más ricos en relación al país. En el ejemplo anterior, si uno de estos delincuentes tiene un millón de dólares, si los convierte pasará a tener de 10 millones a 100 millones de bolívares.
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Con las divisas que los corruptos poseen en el exterior, pudieran comprar cómodamente todo el país.
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Estas devaluaciones han ocurrido sostenidamente desde el año 1983 y fueron las que provocaron las crisis económicas que acabaron con la cuarta república. Inexplicablemente este gobierno "revolucionario" ha alcahueteado esa sinverguensura permitiéndola, e incluso, estimulándola.
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Es hora de cambiar eso y Maduro debería proteger el ingreso real de los trabajadores ante tal eventualidad aprovechando la actual Ley Habilitante para indexar el ingreso salarial y las prestaciones ante cualquier devaluación.
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SE NECESITA UN VERDADERA POLITICA IMPOSITIVA.
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Es criterio unánime entre todos los economistas del proceso que la elevada inflación y la correspondiente subida del dólar paralelo es consecuencia de una desbocada especulación.
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La mejor forma de controlar y acabar con ella es con una férrea política impositiva que suba el impuesto máximo de ese ridículo 34% a, en los caso extremos, digamos un 95%.
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Así, no importa que un empresario especulador suba un 100% sus precios si de ellos un 95% pasarán al Estado.
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Algún vendepatria sostendrá que un impuestos rigurosos desestimulará la inversión.
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Cuál inversión? Si todas las ganancias las han convertido en dólares y se las llevan del país. Además, una sana política impositiva permitirá que el empresario honesto tenga ganancias justas y razonables.
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Pero para que sea efectiva hace falta:
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Primero levantar una infraestructura eficiente, como la que montó Vielma Mora en el Seniat
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Segundo, ajustar los límites mínimos de ingresos para pagar impuestos. No es posible que con régimen actual personas que devengan sueldos míseros tengan que declarar y cancelar tributos. Debería fijarse un piso de, digamos, 750.000 bolívares anuales, o su equivalente en unidades tributarias.
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Tercero, desechar las tesis estalinistas que apoyan los "operativos" para controlar la especulación ya que, según ellos, de esa forma la sociedad sentiría los "beneficios de la dictadura del proletariado", es decir, la del partido.
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Cuarto, apartar a esos imbéciles que sostienen que el gobierno no debería tocar la política impositiva, porque "los pobres no pagan impuestos". Que la inflación afecta fundamentalmente a la "clase media", o como me dijo una vez un estalinista: La Clase Media? Que se joda.
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LA MAL LLAMADA "CLASE MEDIA"
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Esos es una estupidez. No solo porque las capas medias constituyen la inmensa mayoría de la población y son decisivas en los procesos electorales, sino porque no estamos viviendo en una sociedad decimonónica, en la que las clases sociales viven en estancos sin mayores vasos comunicantes entre ellos.
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Vivimos en una sociedad moderna en la que ni los mercados ni la vida de sus clases sociales se encuentran separadas.

Lo que un sector hace afecta a toda la sociedad. Por ejemplo, si los comerciantes aumentan sus precios, los prestadores de servicios (médicos, talleres, albañiles, los transportistas etc.) no se amargan la vida y también lo hacen, siendo los pobres que forzosamente requieren de los mismos, los que más sufren porque ellos no pueden subir sus ingresos.
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Esas tesis importadas y equivocadas con relación a la que ellos llaman la "clase media" no se ajustan a la realidad.
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Para esos tipos la clase media es la que vive en Caurimare, en Alto Prado y urbanizaciones similares. Es decir, los llamados sifrinos.
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No es así.
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Aquí no hay "clase media", existen capas medias con diferentes niveles de ingresos y que representan, según el Instituto Nacional de Estadísticas, cerca de un 60% de la población.
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El mejor ejemplo fue la reunión de "revisión" convocada por Maduro en la que participaron comunas, movimientos sociales, etc., y no se incluyó a los sectores de pequeños comerciantes y productores, de técnicos y profesionales, etc. Para el gobierno no existen, son invisibles.
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Hay que destacar que existen millones de familia que perciben ingresos superiores a los de nivel de pobreza viven en sitios que estos despistados consideran "pobres" y por lo tanto, sus territorios.
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Veamos el caso del 23 de Enero que tanto escandalizó al ganar allí la oposición. Tengo un nieto que estudia en un colegio católico del noreste y que paga más de 10.000 Bs. mensuales de matrícula. Pues bien, con él estudian niños que viven en la Cañada del 23 de Enero, en los bloques de Simón Rodríguez, etc., que son hijos de profesionales y para ellos el proceso no les ha resuelto NADA.
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Y así conozco de muchísimos casos similares. El que estos "teóricos" del proceso vivan en el limbo, ajenos a la realidad socioeconómica de nuestro país es lo que, en buena medida, ha causado la derrota.
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AUMENTO SALARIAL
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Se hace imperativo un nuevo incremento salarial. La brutal inflación experimentada en estos últimos meses se ha "comido" los últimos aumentos. Pero hay que dejar atrás esa práctica errónea de aumentar solo el salario mínimo, que es reflejo de esas absurdas tesis del "igualitarismo ramplón", es decir, la de buscar una igualdad hacia abajo.
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Si algún igualitarismo se debe buscar es, como lo sostenía Chávez, hacia arriba, aumentando la calidad de vida de los sectores más pobres sin desmejorar la de las capas medias.
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Si se hace algún aumento salarial este debe ser a todos los niveles, quizás con mayor énfasis en el salario mínimo.
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LA "GUERRA ECONÓMICA"
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Coincido con lo que sostienen que no hubo guerra económica. Aquí, como lo sostuvo un miembro del colectivo del mercado de Chacao, fue un bloqueo limitado de mercancías. Que para mí fue limitado, por la sencilla razón que somos un país de más de 30 millones de habitantes y para sostener una escasez que ya pasa de un año, no existen galpones ni sitios que puedan almacenar tamaña cantidad de productos.
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Aquí lo que hubo fue ineficiencia, corrupción y dogmatismo de la burocracia.
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LO INEXPLICABLE
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Alguna de estas ideas las tomé de una reunión de colectivos a la cual me invitaron y en la que pude apreciar mucha claridad a la hora del análisis, mucho talento y, sobre todo, mucha honradez.
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Al ver la calidad de esa asistencia, de la cual casi ninguno pertenecía a la burocracia gubernamental, no me explicaba como con semejante activo aunado a una estructura de poder que heredó este gobierno de Chávez, con mayoría popular, parlamentaria, en las gobernaciones y alcaldías, con el apoyo miles de valiosos intelectuales, profesionales, deportistas, artistas, en fin, de la Venezuela real, se haya podido perder.
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Creo que no hay un caso similar en toda la historia.
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El daño que esta dirigencia ha hecho al proceso ha sido gigantesco y debe tomar conciencia de la magnitud de su desastre e iniciar un auténtico proceso de revisión y rectificación, no como los famosos "sacudones" que se han hecho en estos últimos años y que no han sido más que simples maquillajes.
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No creo que lo hagan. Ya Maduro anunció, como "gran remedio" la convocatoria del congreso del PSUV con los mismos delegados levanta manos que propiciaron este desastre.
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Si no lo hacen, los que verdaderamente creen en el proceso tienen la obligación de hacerlo.



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Carlos Enrique Dallmeier


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