Sismo político y electoral de magnitud 6D, ¿qué hacer?

Habría manifestado recientemente, en uno de mis últimos artículos, que a pesar de las diferencias socio políticas, electorales y geográficas de los 89 circuitos, estos estaban atravesados por la crisis y guerra económica, muy bien diseñada sobre la bases de los errores cometidos en materia de políticas fiscales, cambiarias, monetarias; así como, corrupción y burocracia; situación que podía ser amortiguada por las gestiones locales y regionales, la mayoría de las cuales, conducidas por el chavismo, así como, algunos programas nacionales exitosos como la Gran Misión Vivienda Venezuela, la atención a los pensionados y otros; sin embargo, debo reconocer que un terremoto político y electoral como el acontecido el 6D, pulverizó aquel breve análisis.

Después de un terremoto político y electoral, con la magnitud del 6D, nada queda en su lugar, debemos recomponerlo todo, o a decir de Gordani, refundirlo, no refundar y prepararse para las réplicas que ya comenzaron, anticipando otro probable terremoto en el 2016, que pudiera llevarnos a tomar previsiones para preparar la resistencia y la reconquista del poder; hacerlo eficientemente en tiempo comprimido, implica un altísimo nivel de complejidad; sobre todo, la consideración que debemos hacer sobre los vértices de un triángulo central de la crisis donde se ubican el pueblo, la gestión de gobierno-PSUV y la economía.

¿Cómo hacerlo?

La administración pública local, regional y nacional, conocido como aparato público, solo genera tres productos terminales: bienes, servicios y actos de regulación; por lo tanto, en esos tres niveles de gobierno, se deben realizar debates realmente participativos y protagónicos; oportuno es retomar ahora de verdad, las tres "R", Revisión, Rectificación y Reimpulso; donde participen los camaradas que a lo interno aprueban cada gestión, los que pudieran considerarse neutrales y aquellos que tengan críticas por muy duras que sean, con independencia que de que formen parte o no la administración pública en cualquiera de sus niveles, sino se realiza una reestructuración radical de la gestión pública, que sea capaz de sacudir todas las instituciones del estado, los resultados de un renacimiento revolucionario serán poco prometedores, a quienes más debemos escuchar con suma atención es a los críticos, sin descalificarlos, ni perseguirlos, porque el pez no ve el agua. Realizar este debate sin método, pudiera reproducir situaciones que se quieren transformar.

El PSUV, que a diferencia de muchos partidos de izquierda del mundo, nació en las mieles del poder, sin tradición de lucha como partido opositor, con el musculo financiero y político del estado, una muy buena porción ha adoptado todos los vicios de AD y COPEY, principalmente la burocracia, comodismo, corrupción, sectarismo y clientelismo. Se debe planificar el congreso del partido, de manera seria, no intempestivamente, con inmediatismo; la paciencia febril por ver resultados en coyunturas de crisis es una mala conseja, tampoco con excesa lentitud, elaborando documentos por estado, como producto de la discusión de las bases, donde participen los críticos al interior del partido, el GPP, los independientes, intelectuales orgánicos, cultores populares, trabajadores, campesinos, estudiantes, comerciantes y principalmente el poder popular, sin la presión y filtros que suele colocar el poder constituido, que domina todas la instancias del partido.

Pero en lugar de eso, se está realizando una Plenaria Nacional Extraordinaria del PSUV, que se dice "abierta", desconozco ese nivel de apertura, para declararse en sesión permanente, sin preparación alguna, con una gran dosis de pragmatismo, para escuchar discursos complacientes y declaraciones genéricas y los más grave sin método; decía el maestro Carlos Matus: "SIN MÉTODO NO SE PUEDE GOBERNAR", o Mao tse tun, "LA PRÁCTICA ES CIEGA, SI LA TEORÍA NO ALUMBRA SU CAMINO"

Un tema vital a discutir, que es una de la fuentes del clientelismo, es la relación entre el partido y la administración pública; los alcaldes, gobernadores, ministros, vice ministros y/o cualquier funcionario del ejecutivo no puede ser el que dirija el partido, ya que de ser así, como ocurre en la actualidad, nunca el partido podrá interpelar a la administración pública y privada como lo soñó el comandante Chávez, ni será nunca el partido una poderosa maquinaria al servicio de los más necesitados en la lucha por sus conquistas sociales, económicas, políticas y culturales, sembrado en el seno del pueblo.

Refiriéndome a lo económico, desabastecimiento, improductividad y bachaqueo, casi desde el inicio de esta gestión del Camarada Presidente Maduro, llovieron críticas y propuestas sobre la gestión en área económica, que fueron sistemáticamente descalificadas por el poder constituido, principalmente de parte de un "estado mayor de revolución" que nadie eligió; se percibía un desprecio por la aplicación de los conocimientos y de la economía como una ciencia; uno a uno, todos los críticos fueron sucumbiendo ante la prepotencia, el atropello y la falta de humildad de los criticados, e incluso en una oportunidad, el Presidente calificó de loco a un gobernador que planteaba una medida adecuada, útil, oportuna y confiable contra el bachaqueo; cuando al fin se aplicó en parte, ya era demasiado tarde. ¿Y la Dirección Nacional del PSUV? Amistad y gracias, como decimos los campesinos de Curimagua, la tierra de José Leonardo Chirinos; en pleno desarrollo de la crisis y la Dirección Nacional del PSUV, en aquel entonces, ni se reunía para tratar los temas candentes del momento, lo que haría cualquier partido medianamente serio en cualquier parte del mundo.

Me da alguna esperanza, escuchar al Presidente decir que si hay errores los debemos corregir, esto es alentador, ya que, lo peor que le puede ocurrir a un gobernante es cuando no sabe, que no sabe. Errores?: no qué coño, claro que los hay. Ahora falta, que con dos pares de cojones, como lo hacía Chávez, los reconozcamos y rectifiquemos, ya no debemos temer a costos políticos, ya el 6D aconteció y nos bailaron en el lomo. Nos quedamos esperando aquel cacareado "sacudón" que nunca llegó, ahora está planteado de nuevo, pero debe hacerse con método, o será un proceso reactivo que a la final reproducirá lo que hoy tenemos.



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Roger Lázaro


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