Carácter de Gobierno necesita carácter de pueblo

En demasiadas y reiteradas circunstancias apremiantes se demuestra que, gobierno revolucionario implica necesariamente de su entera participación directa de pueblo; no aceptarle o negar esta condición, vendría a ser la peor de las contradicciones. Pareciere que se olvida a cada instante por parte de algunos/as sin la debida convicción del objetivo revolucionario, de que no hay solución, ni transformación ni cambio posible dejando a medias o por fuera al protagonismo del pueblo en el diario acontecer y problemáticas inherentes a la construcción de un nuevo país con ciudadanos/as acorde con la realidad vivencial; detallemos en este caso específico, la gravedad subsistente de una cruenta anti-social Guerra Económica de tipo terrorista, golpista y especulante activada por factores foráneos y por el dominio del otro factor "político-económico-empresarial". No podrá nunca el gobierno ni Estado hacerse del más preciso cuerpo de defensa nacional sino reviste al pueblo de su constituido carácter oligopólico de máximo poder. El carácter de poseer presencia territorial nacional, regional, municipal y parroquial le define el mejor e único garante de la ley nacional y sin echar un tiro al aire. Sin el pueblo presente la batalla se hace más engorrosa, los esfuerzos llegan a lo infructuoso, dilatan objetivos, pecamina la alta corrupción abrazando la necesidad y debilidad perniciosa de uno que otro fraudulento/a, colado no perceptible de buenas a primeras por el poco ordenamiento gubernamental regidor, mas sí por la incesable permanencia del ojo sin sueño cuestionador del pueblo. Es inalcanzable por todo el estamento fiscalizador, concebir la magnitud organizativa de la que es capaz el pueblo en estado conviviente defensivo u ofensivo a que dé lugar una agresión. Eso le da el carácter de gobierno ejecutante, de gobierno-Estado y de gobierno-pueblo en aras de ir moldeando y asentando la pluralidad constitutiva de su Poder Popular; que le podríamos avizorar como el ensayo necesario impostergable de asunción definitiva, trasladándose de lo constituyente al empoderamiento del todo Estado-Socialista del Siglo XXI vigente, pero sin ascender al todo aún Poder Popular. Esa tarea debe ser obra de todos y cada uno, todos somos pueblo.



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Omar Ignacio Pinto


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