El madurismo nacionalista contra la ofensiva del capital imperialista

A partir de los años setenta de la pasada centuria, la caída tendencial de la tasa de ganancia del capital global toco fondo, prendiéndose las alarmas del gobierno capitalista mundial (Sociedad Mont Pelerin, Grupo Bildergerg, Comisión Trilateral). A partir de estos años, la dirigencia mundial de la economía empresarial privada se propuso una reformulación del patrón de acumulación que se había instaurado a partir del final de la Segunda Guerra Mundial. Surgió así el proyecto neoliberal, instaurado por el gran capital como contratendencia a la crisis de sobreproducción que amenazaba seriamente su tasa de ganancia. Los magnos objetivos del neoliberalismo como política económica fueron: 1) la neo subsunción de la naturaleza y del trabajo asalariado a los interese estratégicos y coyunturales del capital global y 2) la instauración de la hegemonía de USA como potencia unipolar mundial, una vez desaparecida la URSS.

Para conseguir el primer objetivo, el gobierno mundial del capital le dio carta de ciudadanía a los tratados de libre comercio (TLC); a los tratados bilaterales de inversión (TBI), a la Organización Mundial de Comercio(OMC) como sustituta del GATT; al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones(CIADI). Para someter las fuerzas laborales planetarias, se impulsó la política de eliminar el llamado Estado de Bienestar en las sociedades capitalistas, instituido como instrumento de la Guerra Fría para contener la denominada expansión del comunismo desde la Unión Soviética.

En la consecución del segundo objetivo del neoliberalismo planetario, los países imperiales impusieron el desconocimiento al derecho internacional, la sumisión a sus intereses de organismo internacionales como la ONU y la OEA; la política antiterrorista destinada a someter a países díscolos con el imperio; el uso de los derechos humanos para deslegitimar gobiernos populares, la creación de ejércitos mercenarios como ALQAEDA Y EL EJERCITO ISLAMICO y por último, la agresiva presencia de la OTAN, bombardeando países petroleros como libia, Irak y Siria y amenazando la seguridad de países como China y Rusia.

En la medida que la crisis estructural del capital se ha hecho sistémica durante los primeros años del presente siglo, el imperio ha dado un paso más en su intención de someter al planeta a todos sus designios y recientemente viene impulsando la instauración de tres nuevos tratados que en su esencia impondrían definitivamente la dictadura del capital sobre los recursos naturales y sobre las fuerzas del trabajo. Nos referimos a el Acuerdo Estratégico de Asociación Transpacífica (TPP), firmado por doce países que componen el 40% del PBI mundial: Estados Unidos, México, Perú, Chile, Japón, Vietnam, Singapur, Brunei, Malasia, Australia, y Nueva Zelanda. La Asociación trasatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) entre USA y La Unión Europea y el Acuerdo de Comercio de servicios(TISA), firmado por Australia, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Ricas, Estados Unidos , Hong-Kong, Islandia, Israel , Japón Liechtenstein, México, Nueva Zelanda , Noruega, Paquistán, Panamá, Paraguay, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Comisión Europea. Grosso modo, los objetivos que persiguen estos nuevos tratados del gran capital mundial son los siguientes:

1.-Golpear la economía china a través de un cerco político-militar y económico anti chino. En palabras de Obama: "No podemos dejar que países como China dicten las reglas de la economía mundial". Este ataque será extensivo a los países BRICS.

2.-Reducir a su mínima expresión la soberanía de los estados firmantes en beneficio de las grandes corporaciones transnacionales.

3.-Creación de un alto tribunal de arbitraje para los conflictos entre las transnacionales y los estados, que funcione apartado del sistema jurídico de cada país.

4.-Divulgación entre las transnacionales de todos lo datos personales de los consumidores de cada país signatario.

5.-Las corporaciones financieras internacionales quedan exentas de cumplir con las normativas del país al que ingresen, si sus actividades están permitidas en sus países de origen.

6.-Impone a los países signatarios una legislación protectora de los derechos de propiedad intelectual hecha a la medida de las grandes empresas y suprime la posibilidad de que un gobierno fabrique medicamentos genéricos más baratos que los de los oligopolios farmacéuticos.

7.-Rebajar los aranceles que protegen la agricultura de los países importadores de alimentos.

8.-Se libera a los inversionistas de la obligación de emplear mano de obra local y de transferir tecnología a los países receptores.

9.-Los acuerdos establecen que cualquier medida que tomen los países receptores que afecte la inversión de capital transnacional sobre la protección del medio ambiente, la seguridad y la salud, sería considerada una expropiación y por lo tanto, dichos países podrán ser demandados en el tribunal creado por las trasnacionales.

10.-Restringir el libre acceso a la internet.

11.-Evitar la integración regional que pudiera afectar al capital monopólico internacional.

12.-Eliminar todas las reglas que protegen a los trabajadores y a los consumidores.

Estos son a grandes rasgos los fines que persiguen los tratados en comento, haciendo la salvedad que de los mismos no se conoce todo su cometido, pues, el grueso delos mismo se mantiene en secreto, aun para los gobiernos de las naciones signatarias. Lo que se conoce hasta ahora de los mismos son filtraciones que se han producido.

Frente a la pérdida de soberanía que significan dichos tratados, la única defensa que tienen los países periféricos como los de América Latina, está asentada en la estabilidad de gobiernos como el del Comandante Nicolás Maduro, heredero del fervor nacionalista que sembraron hombres como Hugo Chávez Frías, Ignacio Lula y Néstor Kirchner, a través de un nacionalismo que trascendió los limites nacionales, y se expresó en una voluntad integracionista materializada en UNASUR, Alba, CELAC y PETROCARIBE.

En Venezuela tenemos una larga tradición nacionalista defensora del recurso natural petróleo que debemos divulgar, como arma para enfrentar las pretensiones liquidadoras de la soberanía nacional a la que aspiran los tratados referidos. El gobierno del presidente Maduro debe impulsar las ideas chavistas de crear una SÚPER-OPEP y una QUINTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO, para darle pelea planetaria al capital globalizante enemigo a muerte de la clase trabajadora y depredador de la naturaleza.

¡LA PATRIA GRANDE DERROTARA AL CAPITAL NEOLIBERAL¡



 



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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