Vientos de la sabana

Las banderas del mal

Con la mayor sinceridad y claridad del caso, el presidente Nicolás Maduro, en nombre de millones de venezolanos, oficializó con su firma la entrega de un acuerdo electoral de reconocer los resultados del CNE, el venidero 06 de diciembre, cuando acudamos a elegir la nueva Asamblea Nacional en la vigésima elección democrática en tiempos de revolución bolivariana y chavista.

En todo este trayecto la oposición venezolana ha asumido una conducta irreverente, antidemocrática, malcriada, pueril y hasta prosaica. Una postura que pone en evidencia que sus planes no son cónsonos con las reglas del juegos y que, en todas sus participaciones, siempre tienen una oscura carta escondida debajo de la manga. La truhanería de la oposición ha costado la vida de muchos venezolanos, han sido muchas las familias que se han llenado de luto por la soberbia de unos pseudos dirigentes que sólo acatan los resultados del CNE cuando les son favorables. Jamás se les ha oído cuestionar los fallos del CNE cuando han salido electos diputados, alcaldes, concejales y gobernadores.

En esta oportunidad nada cambia. Otra vez repiten su triste guión de soslayar las normativas de los procesos electorales y con la arrogancia que los caracterizan sencillamente han pretendido señalar que sólo reconocerán los resultados que emitan sus actas privadas que van a realizar el día de las elecciones. Semejante locura no tienen parangón. Es algo tan descabellado que no entra ni en la mente más irracional del mundo.

Pero su propuesta no es descabellada ni inocente, es parte de su estrategia política de ir sembrando el miedo, el terror, avivar ánimos para la desesperanza, la angustia, los odios, la desesperación. Es ir sumando con tantos detalles negativos la creación de un ambiente inhóspito, anárquico, que el día de las elecciones o subsiguientes pudiesen levantar los aires de la violencia a que ya nos tienen acostumbrados, con su terror y sus muertes. A esto se suma la llegada de Manuel Rosales, para junto con Leopoldo López, pretender generar un matriz de opinión internacional que en Venezuela no hay libertades y es un Estado forajido.

La oposición no tiene proyecto. O sí tienen pero no es un proyecto para el pueblo, para la patria. Su proyecto es el desastre económico, por eso alimentan y participan de la guerra económica. Su proyecto es la generalización del caos, su proyecto es la desesperanza y enterrar el autoestima de los venezolanos y venezolanas. Su proyecto y sueños es ver una guerra entre hermanos venezolanos para ellos tratar de sacar su mejor partido. Su proyecto es una intervención militar y esto se comprobó con una notoria ausencia en las firmas contra el desacertado e infame decreto de Obama de que Venezuela es una amenaza inusual para la seguridad de los Estados Unidos. Su proyecto real es eliminar al chavismo y al pueblo de la gobernabilidad a costa de lo que sea para entregar esta patria y sus riquezas a los intereses del capitalismo mundial.

Es por eso que ante esta nefasta opción de la oposición, ante estas banderas del mal que ondean en sus almas, el pueblo leal, valiente y mayoritario nos sumamos a las firmas del acuerdo de aceptar los resultados. Porque en fin de cuenta estamos firmando por la paz, por la tranquilidad de unas elecciones que seguro arrojarán resultados favorables para la continuidad de este proceso hermoso que no es más que el mismo legado de sueños e independencia de Bolívar y Chávez y que ahora, con todo el desprendimiento del mundo, nosotros sus hijos tenemos que tomar la responsabilidad con un trabajo permanente de creación de conciencia social y política.

Mientras ellos reinciden en orear sus banderas del mal, el pueblo valiente camina a paso firme, de vencedores tumbando los continuos obstáculos porque hay que congregar a "los desclasados" quienes son una nueva figura social, quienes se han aburguesado, se han aprovechado de los créditos bancarios del Estado, de las viviendas, de los vehículos, de una multiplicidad de beneficios y creen que pudiesen convivir en paz con la derecha. Estos confundidos no saben que la derecha coloca gobiernos capitalistas y el capitalismo siempre ha sido enemigo de las mayorías, ellos sólo caminan con la burguesía parasitaria y allí son muy pocos sus operadores. El Psuv y el GPP siguen caminando las calles, siguen tocando las puertas día a día en toda la patria, seguros de la victoria no solo electoral sino que juntos pueblo y gobierno revolucionario venceremos la guerra económica y a los presagios de la maldad.



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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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