Debemos demoler la cultura del EMPLEO impuesto por el principio neoliberal, en donde el hombre / mujer, se circunscribe en una función o tarea de un simple, enajenado y alienante acuerdo mutuo de intercambio de fuerza laboral por dinero, en donde la estructura va transformando y acabando con los valores colectivos del “ser Socialista”, degradándole y rebajándole los Valores Patrios, sub priorizándoselos y colocándoselos por debajo de los intereses materiales individuales egoístas, perturbando y agravando su sentir humano, al punto de conllevarlo a la indiferencia y al distanciamiento del TRABAJO comprometido con los Intereses Supremos de la Patria, es decir, el trabajo con sentido espiritual y no mercantil, el trabajo que se hace con pasión, con dedicación, con entrega, con sentido de pertenencia, con ahínco, con emoción y con sentido del tiempo histórico que nos exige eficiencia, el trabajo que te convierte en el soldado Invencible, indómito e Indetenible para coadyuvar en el desarrollo de la Patria y la consolidación del bien común, por encima de los intereses particulares mezquinos y egoístas. Aquella maravillosa esencia del deber que hasta del cansancio te separa, cuando se habla de MISION Republicana. Debemos demoler el esquema del Trabajo visto como el mero cumplimiento de un horario y superar el Valor del Empleo por el Valor del Trabajo Liberador.
El Capitalismo decapita la esencia humana del “ser” por el de “tener” y subordina el deber de vivir para trabajar, por el trabajar vagamente para vivir sin sentido patrio.
Tenemos que combatir los viejos patrones del empleo desculturizador y secuestrador de la potencialidad colectiva e imponer la conexión indómita del trabajo, sincronizado con la lógica colectiva, con el desarrollo de la Patria y capaz de consolidar la Venezuela País Potencia que nos señaló el Gran Timonel Hugo Chávez.
