Fin de las colas, el bachaqueo y la especulación

La cadena de transporte y distribución es clave dentro de los elementos que juegan un papel importante en la rosca económica. Nos encontramos con un factor determinante a la hora de permitir el desvío de las mercaderías y bienes de consumo, en general, y los de la cesta básica alimentaria, en particular.

Si partimos del principio de que todo lo que sale tiene un origen y debe ser entregado en las manos del destinatario final, de acuerdo a lo programado, no hay razón por la que se suceda el desvío de la mayoría de los bienes de consumo y su consecuente sobrevaloración artificial por parte de los comerciantes, sean estos privados o públicos. Ahora bien, cómo se puede tener control de la cadena de transporte y distribución de todos estos rubros, si cada uno de los productores e importadores tienen su propio sistema, que hace casi imposible saber qué destino llevaran los productos importados o producidos en el país, y, por tanto, dónde van a parar. Asumiendo que los documentos son totalmente legales y no pechados por la favorecida mano de algún funcionario con acceso o amistades en dichos trámites burocráticos.

Si a esto le sumamos que hay organismos del Estado que son los únicos responsables de emitir las guías de tránsito para los alimentos, producidos en el campo, que tienen que viajar kilómetros para llegar a los centros poblados; pasar por las alcabalas que son en su mayoría operadas por la Guardia Nacional o por las policías municipales y otras autoridades que hacen su aparición de manera convenientemente eventual y espasmódica, en las cercanías del cobro de quincena. No hay forma ni manera en que se puedan mantener los precios que deberían tener los productos a base del despacho, ya que todas estas inconveniencias que llaman "costos asociados" las cargan al producto, sea este nacional o importado, porque de antemano saben lo que va a suceder, y por si acaso le suben otro poquito más del 100%, por los imprevistos, por lo que hay que darle a repartir "pa los muchachos".

En la medida en que haya más trámites, oficinas, papeles, autoridades y funcionarios que ostenten la potestad de decidir lo que va y lo que no va; tendremos más fuentes de desvío y corrupción.

Se hace necesaria e impostergable la creación de un sistema de control de todas las redes de distribución de los bienes que requiere la población. Empezando por la de los alimentos, medicamentos y artículos de higiene personal y del hogar. Cada productor e importador debe suministrar al sistema lo que tiene programado entregar semanalmente, con día y hora; con su precio de costo y precio de venta para el consumidor final y origen de importación con fecha de entrada y cualquier otro requerimiento que se piense al respecto.

En relación a la producción campesina, conuquera o de pequeños productores; la red debe de ser manejada por organizaciones nacidas de ellos mismos, que lleven el control local, sectorial, estadal y sectorial. Con la conformación de centros de acopio, acompañado de un sistema de búsqueda de los rubros producidos directamente a casa del productor y posteriormente la cancelación de lo entregado, a un precio ponderado y acordado por la organización, dependiendo de las variantes naturales y las épocas de producción. Para lo cual deben contar en los centros de acopio, con cavas refrigeradas para la preservación de los rubros que deban pasar más tiempo en el centro de acopio, así como de transportes refrigerados, adecuados, dependiendo del rubro que deban transportar: piscícolas, cárnicos u hortícolas.

Una mención especial amerita PDVSA, con sus redes de distribución. Esta empresa me atrevo a pensar es la única gran empresa que tiene Venezuela, en consecuencia, la organización interna de cada filial de esta corporación debe tener, por los años de operación, sobrada experiencia en cuanto a planificar y programar, con base en las informaciones estadísticas de estos departamentos y, sobre todo, por lo que significa la transformación del petróleo en gas, gasolinas y sus otros productos, tal como el gasoil. No es ni remotamente entendible, como es que por ejemplo el estado Táchira y, otro tanto, ocurre con el estado Zulia, consuman más de estos productos que la capital y estados centrales de Venezuela, según ha aparecido en las noticias.

Quiere decir que nadie en nuestra empresa madre se dio cuenta de lo que estaba sucediendo en las fronteras; no por el contrabando. Por el aumento exponencial del monto, despachados para esas zonas del país; o es que esa información no les ha parecido relevante hasta el día del feliz cierre de las fronteras por nuestro presidente. Ahora la noticia de parte de PDVSA es: que nos hemos ahorrado desde que se cerró la frontera, miles de millones de bolívares.

¿No hay ni solo responsable?

Esto sin mencionar lo que puede estar pasando con el propio petróleo, que son palabras mayores, pero hay que meter la lupa.

Es necesario también controlar en esta empresa la cadena de transporte y distribución. No puede seguir en esas manos indolentes, por decir lo menos.

Propongo: que el Ministerio de Planificación se a la conformación de un equipo transdisciplinario y comprometido con el proceso, a diseñar un sistema integral que contemple la participación del pueblo consumidor por medio de vocerías. Que controle todas las redes de distribución y transporte, al menos en estos rubros, que son tan sensibles para la población, y antes de un mes después de aplicar las medidas correspondientes, veremos el final de todas estas colas interminables y odiosas, así como la regularización de la vorágine especulativa de los comerciantes, que cundió como un virus en todos los estratos sociales, en la que hasta uno de repente se ve bachaqueando para poder obtener la seguridad alimentaria propia.

Esta batalla es importante que la demos con urgencia, si queremos revertir los planes del imperio por sacarnos del juego, como ha sido durante todos estos años de construcción del socialismo.

Pero NO PASARÁN, Y NO VOLVERÁN

Con100cia1721@gmail.com



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