La Universidad: ¿La Cosa Nostra en una sociedad de mafias? (y III)

 

"Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es".

Robert Walpole o Joseph Fouché

 

El epígrafe en esta ocasión es revelador hasta en sus fuentes. Las fuentes de la frase son dudosas y con ello se pone en duda la integridad de uno (Fouché en este caso por razones cronológicas) pero bien pudo Fouché decirla sin conocer que alguien más lo había dicho. La naturaleza humana es tan débil que la frase lejos de una predicción posible se convierte en sentencia previa. Unos batallarán más que otros, pero al final deberán sucumbir. Curiosamente, siempre suponemos que es un asunto de dinero, pero puede tratarse de favores que pueden incluir el perdonar la vida de los seres queridos o la propia. Somos definitivamente débiles y la organización de la sociedad busca precisamente contribuir a superar esas debilidades que harían de la sociedad el coto de caza de los fuertes. "El hombre es lobo para el hombre" define la cara más atroz de esta frase que de forma sutil enuncia la compra y venta del ser humano. ¿Qué ocurre cuando la sociedad se construye sobre la certeza de la imposibilidad de reducir esa incertidumbre? Es decir, cuando la sociedad sabe que es corrupta y toma esa condición como el punto de partida del ordenamiento de las acciones colectivas.

El juego de la corrupción es perverso porque siempre oculta la cara de quien tiene el poder de corromper. Así, cuando nos enteramos de los actos de corrupción del funcionario, la cara de quien lo ha llevado a realizar ese acto permanece oculta. El que se corrompe se está vendiendo a alguien que comete el delito de ofrecer un precio a partir de la premisa perversa de buscar el precio de la honra de cada quien. Es delito quien se aprovecha de una condición estructural de debilidad. ¿Qué ocurre con la "casa que vence las sombras" en una sociedad corrupta?

En esta tercera y última entrega sobre la universidad vista desde diversas perspectivas, corresponde ahora la mirada desde la condición más perversa de la sociedad e indagar sobre lo que tiene que decir esta mirada sobre la universidad venezolana del presente.

Podríamos afirmar de entrada que una universidad corrupta no es una universidad. La tarea de la universidad tiene que ver con develar la verdad y la verdad si se corrompe, es mentira. Entonces, ¿Qué papel jugaría una institución que dice formar profesionales y generar conocimiento en una sociedad corrupta? Formar rufianes y venderse al curso del conocimiento que ofrezca mejores rendimientos. Es decir, convertirse en un traficante de credenciales y en un mercader de conocimientos y productos. Podría decirse que es el proceso por medio del cual la formación se hace esencialmente para ganar habilidades en el ejercicio de compra/venta de otros para el logro de fines que son incuestionables. Es lo que pudiéramos denominar la formación de engranajes para mantener una sociedad de cómplices.

En esta institución, la característica fundamental es poder ganar adeptos a lo que esa institución encarna por la vía de la cooptación y la fidelidad garantizada por la vía del escarnio público y el ejercicio del poder por la vía del asesinato moral y del buen nombre de quien se desvíe de la imposición de quienes tienen el control de la institución. Quien ejerce el poder lo hará entonces no en función de sus capacidades docentes ni de investigación sino sobre la posibilidad de ejercer la compra/venta de favores por la vía que sea más eficiente para ocultar el ejercicio de la corrupción. Esto supone que el entramado institucional debe ser en sí mismo una falsa fachada que oculte lo que ocurre adentro. Se mostrarán las luces sin permitir que esas luces sean revisadas y sometidas al escrutinio de quienes quieran hacerlo. Se impedirá diciendo que no son competentes para escudriñar al recinto del saber y se escudarán bajo formas que se instauraron para sostener la verdad, por ejemplo, la autonomía. Pero en realidad, la autonomía no se defiende de quien realmente la puede atacar como lo puede ser la mediocridad, el pensamiento único, el pensamiento de quien más pague. Podríamos encontrar ejemplos de que viola la autonomía el que obligue a pensar según el parecer del gobierno de turno, pero también que se use la tecnología de los proveedores que dominan el mercado, o que se suministren las drogas que más beneficios otorguen a los médicos. Es probable que estemos familiarizados con la primera, pero las otras dos, por mencionar tan sólo algunos ejemplos, son más peligrosas porque lo hacen en silencio y sin que el precio se revele. En este sentido, la autonomía lejos de ser defendida es usada como instrumento de defensa para evitar el escrutinio de los de afuera. Deviene inevitablemente en una "familia" al estilo de la Cosa Nostra.

La institución entonces se convierte paulatinamente en sectaria, excluyente y fundamentalmente agresora contra todos aquellos que se atrevan a señalar los errores y los posibles alivios. En este sentido, la institución finalmente invierte todo lo que se supone definiría una universidad en buen estado.

Una mirada al desempeño de algunos miembros de la universidad en este septiembre aciago que acabamos de vivir, nos encontrará jugando el peligroso juego de decir que "sí, pero no". "No hay paro, sino que no hay reanudación de actividades". Esas expresiones absurdas que lejos de embaucar a quienes las oyen, revelan la idiotez de quienes las dicen. No se trata en esta oportunidad de juzgar sobre la justicia o no de sus reclamos, se tratará de poner sobre el tapete ese modo grotesco y de violencia simbólica con la cual demandan sus derechos pisoteando los de los demás, sin gallardía de sacrificar su comodidad ni la gentileza de apoyar a los más perjudicados.

Una universidad que esté libre de este mal, que lance la primera idea.. la sociedad lo agradecerá y la verdad quizás pueda tener, después de todo, un rincón donde el brillar no sea considerado amenaza.

 

A Tiempo: La hipocresía de quienes compran muertes para cosechar petróleo y poder no tiene límite. Es la hipocresía que mueve a todo aquel que anda comprando consciencias y defecando demonios..bien lo sigue diciendo Alí Primera.

 



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Alejandro Elías Ochoa Arias

Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Profesor Invitado de la UBV Zulia, Universidad Politécnica Territorial Kleber Ramirez. Ha sido autor de varias publicaciones en revistas científicas nacionales e internacionales. Ha sido conferencista invitado y profesor invitado de la Universidad de Hull en Inglaterra, la Universidad del Cuyo en Argentina y la Universidad de Santiago de Chile en Chile. Ha contribuido en la definición y puesta en marcha de los centros de investigación: Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías Libre (CENDITEL) y del Centro de Investigaciones en Gestión Integral de Riesgos en Mérida.

 dioseses@gmail.com

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