Sin chovinismo. Presidente Santos ¡Los problemas en Colombia son hechos en Colombia!

Para mostrar mi opinión me pareció oportuno titular de esta forma el articulo; dada la malintencionada y perturbadora confusión y desinformación generada en las redes y los medios de comunicación de una forma deliberada por distintos analistas políticos, expertos y famosos periodistas financiados por la derecha internacional.

No es ni será la primera vez que este tipo de situación tan sensible, como lo es la crisis en la frontera, se toma como instrumento de propaganda político-partidista, el marketing (ética o antiéticamente a juicio de cada uno) juega un papel preponderante en materia electoral. No obstante, muy al margen del marketing, existen los hechos, los cuales vale la pena juzgarlos de una forma objetiva.

Las dramáticas calificaciones de éxodo forzado y crisis humanitaria para la situación actual parecen desmesuradas y muy cuestionables, basta con conocer un poco las realidades migratorias alrededor del mundo e incluso en Latinoamérica para saber que un proceso de deportación de 1 mil inmigrantes ilegales (ni un solo refugiado) no es algo significativo logísticamente hablando, y menos aún si este proceso es llevado a cabo en un perímetro de escasos kilómetros (Sector "la invasión" de San Antonio del Táchira a Cúcuta, Norte de Santander).

En este contexto el presidente Juan M Santos manifestó que "los problemas en Venezuela son hechos en Venezuela" una frase que parece razonablemente cierta; atravesamos una crisis económica que ha deteriorado significativamente la producción nacional y mantiene unos índices inflacionarios enormes, todo ello (aunado a los subsidios estatales) estimula al contrabando de gasolina y alimentos por parte de mafias criminales y corruptas de naturaleza binacional; sin embargo, de igual manera presidente Santos: ¡Los problemas en Colombia son hechos en Colombia! Y es que en el análisis político la economía, seguridad, migración entre otros aspectos están necesariamente interrelacionados, por lo cual la afirmación de que la gran cantidad de colombianos que emigra hacia este país lo hace forzosamente como consecuencia del sangriento conflicto armado colombiano no es ningún mito de izquierdistas o progresistas; Colombia es el segundo país con más desplazados internos del mundo con poco más de 6 millones solo superado por, préstese atención, Siria con 7 millones. Actualmente según cifras del ACNUR hay en Venezuela 5.054 personas con estatus de refugiado y alrededor de 180 mil inmigrantes motivados por la misma causa (violación de sus derechos humanos y/o despojo de sus tierras) residen en Venezuela con la necesidad de ese mismo estatus; esto dentro los casi 6 millones de neogranadinos que viven en este país y que el Estado venezolano ha acogido responsable y solidariamente a lo largo de más de medio siglo que lleva la guerra civil colombiana.

Es por esto que tengo que admitir lo curioso e insólito que se me hace que de ciertas figuras políticas de Colombia se escuchen gritos de indignación por supuestas violaciones a los DDHH e irrespeto al Derecho Internacional Público. Figuras como Álvaro Uribe quien públicamente admitió que solo "le faltó tiempo" para llevar a cabo una operación militar contra Venezuela durante su período presidencial, o el presidente Santos que en marzo de 2008 como Ministro de Defensa del individuo previamente mencionado, dirigió la "operación Fénix" que violó la soberanía y territorialidad ecuatoriana al bombardear y usar armas en su territorio, pasando por encima de cualquier principio del Derecho Internacional. A par de días de haberse celebrado el "Día Internacional de las víctimas de desapariciones forzadas" (30 de agosto) resulta aberrante la postura asumida por este par de personajes, en cuya nación hasta 2014 según un informe de la Cruz Roja Internacional existían 96 mil desapariciones reportadas.

Evidentemente tanto en Colombia como en Venezuela determinados sectores de la sociedad decididamente ignoran esto, a cambio prefieren tildar de xenófobas y anticolombianas las medidas tomadas por el ejecutivo nacional que a mi juicio merecen ser apoyadas, ¿inoportunas? ¿tardías? Sí, por supuesto que sí, pero para quien tenga un poco de sentido común y sepa desprenderse de sus tendencias ideológicas esta pragmática decisión de evacuar una zona ilegalmente invadida y utilizada para actividades delictivas de las cuales el contrabando es la menos grave –sí señores, el contrabando es ilegal e indefendible así sea consecuencia de los desequilibrios económicos- no debe significar un motivo de desbordada ira y supuesta identificación con las "victimas" del hermano país, cuando hasta hace poco, muchos a los que me refiero, se atrevían a utilizar como razón de insulto los supuestos orígenes colombianos del actual presidente de la República.

Para finalizar, confieso que se me hace muy interesante la idea de pensar cómo hubiera reaccionado el gobierno de Santos si un grupo irregular y armado pro-chavista hubiera -en la frontera colombiana- arremetido y disparado a soldados de la fuerza armada de ese país, digo, porque para quienes puedan haberlo olvidado, precisamente un acto así desencadenó la actual crisis.

osmelgelvez@gmail.com



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