Conflicto colombiano exportado a Venezuela

El gobierno de Colombia encabezado por su Presidente Juan Manuel Santos debe asumir con toda responsabilidad el tema de la frontera con la República Bolivariana de Venezuela, el cual comenzó hace más de Treinta años y que hoy ha llegado a un punto que debería ser de no retorno en cuanto a la situación y forma de vida que llevan sus conciudadanos en el territorio binacional, de manera especial en nuestro suelo, entendiendo que la parte más afectada por el contrabando, la extracción y el paramilitarismo desde hace años es nuestro país, con la llegada de personas indocumentadas junto a grupos irregulares y no la parte de Colombia como pretenden hacer creer a la opinión pública mundial, ya que ningún producto que se expende en territorio fronterizo colombiano incluyendo la tan buscada gasolina venezolana que es la que más ganancias genera, es de su propia producción, debido a que esta zona colombiana no cuenta con un parque industrial y mucho menos con una infraestructura vial necesaria para este fin o que permita en el menor tiempo posible abastecer la zona desde otros lugares del país colombiano. Asumiendo nosotros los venezolanos que de una u otra forma tenemos responsabilidad en este problema, debido a que un número no determinado de funcionarios civiles y militares participan en estos hechos que intentan manchar la honorabilidad de las instituciones para las cuales trabajan, cometiendo un delito en contra de los intereses de nuestra nación que bien puede ser calificado como crimen de lesa Patria.

El primer paso del gobierno colombiano debe estar orientado en dos vertientes: La primera en la eliminación de los grupos paramilitares cortando de inmediato su financiamiento y estricto desarme para su posterior reinserción a la sociedad productiva legal de bienes y/o servicios. La segunda estaría orientada en la búsqueda de un acuerdo interno entre el gobierno y la burguesía Colombiana entendiendo que para lograr la tan anhelada paz para su pueblo, deben dar respuestas inmediatas a la grave situación social que viven sus habitantes de las zonas pobres y esto pasa por un plan de inversión de recursos ingentes para la construcción de la infraestructura necesaria como punto inicial de su desarrollo económico, el cual tendrá incidencia directa en su crecimiento y desarrollo social de manera endógena, que es donde se encuentra la raíz del problema.

La burguesía colombiana no puede pretender logran la paz sin invertir un peso en la solución estructural de la pobreza que cada día abraza a su pueblo con más fuerza generando así una asfixia colectiva y un abismo entre las dos clases sociales existentes, que sumada al terrorismo de estado que promueve y ejecuta el paramilitarismo para beneficio de corporaciones extranjeras y gobiernos injerencistas, vienen obligando a los pobladores a un éxodo desde hace décadas hacia territorio Venezolano, dejando libres los campos de cultivo y vivienda para que luego sean convertidos en asentamiento de empresas explotadoras de minerales y la instalación de bases militares donde podemos contar por ahora, un total de doce bases incluyendo la más cercana a nuestro territorio, la cual lleva por nombre Saravena cerca de Cúcuta, así la más moderna conocida como Palanquero (puerto Salgar), que dicho sea paso está diseñada para recibir aviones de guerra de última generación, con capacidad de operar en toda la parte sur del continente, pudiendo controlar el océano Atlántico e intervenir en países africanos. Siendo esta la fuerza militar más numerosa de América del Sur, 500 mil soldados entre hombres y mujeres entrenados para la guerra, para ello cuentan con armamento de última generación, aviones de combate, Drones equipados con mecanismos de espionaje de la más alta tecnología, satélites con sensores que detectan luz, calor, humo y presencia de seres humanos, equipos satelitales de fotografía que pueden captar a una persona a muchos kilómetros de distancia. Con la particularidad que esta tecnología es manejada directamente por personal estadounidense y en muchas de esas bases hay lugares en los que está restringido el acceso al personal de nacionalidad colombiana.

El segundo paso sería el impulso de un referéndum para que el pueblo colombiano defina si continuaran siendo una base militar extranjera para atacar a los países progresistas del continente o de lo contrario promoverán junto al resto de las naciones latinoamericanas y caribeñas, la expulsión de estas doce bases militares que se encuentran en tierras colombianas y las otras Veinticuatro apostadas en varios países de la región, tal como lo hizo el Presidente de la República del Ecuador Rafael Correa, cuando exigió la salida del puerto de Manta a los marines y empresas de mercenarios.

El tercer paso debe dar inicio a una serie de acuerdos binacionales entre los países fronterizos y la República de Colombia, orientados a crear zonas de lícito comercio, incluyendo casas de Bolsa que trabajen con la realidad económica de cada nación para así establecer un común denominador comercial necesario para un sano intercambio y desarrollo económico, creando a su vez zonas de vida social, familiar, económica, política y comercial, evitando así el desmejoramiento a cualquiera de las partes involucradas en los puntos antes señalados.

En tal sentido el gobierno del presidente Santos debe reconocer que el problema económico y social que hoy viven sus paisanos en la frontera no es de la República Bolivariana de Venezuela, el problema es de Colombia y antes de arremeter contra el gobierno Venezolano debe reconocer que desde que el comandante Hugo Chávez (+) llegó al gobierno, los hoy repatriados y otros que lograron legalizar su situación de migrantes, han recibido un trato humano donde se han respetado sus derechos y han gozado de la protección y resguardo de sus vidas (como no lo hiciera gobierno alguno de la hermana república desde que se inició el conflicto armado) y es esto lo que hoy hace el Jefe de Estado Nicolás Maduro. Totalmente distinto de como lo hiciera uno de los ex presidentes venezolanos en los años 80 hoy fallecido, quien inició uno de los gobiernos de la cuarta república con una de las actuaciones más encarnizadas contra los ilegales extranjeros, donde la palabra derechos humanos no era conocida. Debemos tener presente que nuestra primera prioridad como naciones hermanas, es mantener la paz ante la llegada de las próximas generaciones.

tupacamarú20123@hotmail.com



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