Economía y política: Una nueva historia de una vieja relación

La relación entre la política y economía en los últimos tiempos se ha estrechado a un nivel que en muchos casos observados se hacen tanto como inseparables como imprescindibles y complementarias sin las cuales difícilmente entenderíamos su naturaleza. La dinámica del sistema en el nivel macro tiende a la concentración de recursos cada vez más escasos en uno o varios centros económicos hegemónicos desde donde se dictan las políticas hacia la periferia y que por regla general prevén en primer lograr una reducción sustantiva de la soberanía política de las naciones. Varían los niveles, la relación bilateral económica directa (el ALCA por ejemplo) no solo se basa en un intercambio de mercancías bienes y servicios, introduce normativas imposibles de asumir si no se debilita la fortaleza interna y la coherencia política de los estados nación receptivos.

La actualidad esta signada por la concreción práctica de una política belicista tiene un impacto directo en el mercado de valores. Cada acción de guerra incide en la baja o la subida accionaria. Un ejemplo histórico y que inaugura este tipo de relaciones es la guerra en la ex –Yugoslavia, el acuerdo de paz logrado se relacionó directamente con el índice neoyorkino Dow Jones. Este acuerdo se garantizó cuando el índice bursátil en Wall Street pasó de 10 mil a 11 mil puntos en el 3° trimestre de 1999. Esto tiene una explicación: la demanda en los EEUU se basa en un déficit creciente de la balanza comercial, un creciente pago a futuro acompañado por un consumo interno a crédito, sin ahorros, apostando a mejores ingresos en el futuro. Y no hay mejor forma de generar nuevos y mejores ingresos y posponer una crisis que transferirla mediante la guerra.

La lógica guerra-especulación bursátil es la siguiente: cada vez que la bolsa se estanca en un nivel histórico se revela el nivel descendente de las ganancias reales de las empresas en relación con el valor ascendente del pasado. Las crisis suelen presentarse al final de cada trimestre (abril, julio, octubre, enero) estos meses son de tremenda importancia en la elaboración de la políticas injerencistas. La dinámica se expresa que cuanto más elevadas se encuentran las cotizaciones de las acciones mayor será la dependencia de la ganancia especulativa, obtenida a partir del perpetuo aumento en la anotaciones bursátiles. Para lograr un equilibrio inestable que favorezca la economía y a las pretensiones imperiales los EEUU tienden a rebajar las tasas de interés para poder detener la interminable ola especulativa, pues con tasas de interés bajas es más fácil especular a futuro. Cuando se da un estancamiento en la bolsa, la calma bursátil es aparente pues en cualquier momento se espera un acontecimiento desestabilizador. ¡Y que más desestabilizador que la guerra!



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Hugbel Roa

Ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

 @hugbelpsuv

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