Me resisto a creerlo. Sin embargo hoy el ex alcalde de San Cristóbal y líder de guarimbas en el estado Táchira, Daniel Ceballos, acaba de salir de la cárcel debido a la decisión de un juez penal.
Con fundamento en supuestos problemas de salud, a Ceballos le fue otorgado el beneficio de arresto domiciliario según lo contemplado en el Código Orgánico Procesal Penal. A pesar de videos que lo mustran encapuchado y de sus llamados públicos a guarimbear, Ceballos ha sido autorizado para permanecer en su casa bajo vigilancia. Fácilmente podría escapar a Colombia o Miami.
Se crea un misterio sobre el derecho de las víctimas en hechos que resultaton en muertos y heridos, es decir, de las violentas guarimbas de 2014, especialmente en Táchira donde esta forma de terrorismo callejero estalló con mayor ferocidad y le quitó la vida a muchos.
Para nadie es un secreto que la convocatoria de líderes políticos opositores fue el elemento clave que impulsó y mantuvo activas las guarimbas durante varias semanas, de tal modo que transcurrido más de un año de aquellos hechos criminales era tiempo de dictar sentencia judicial definitiva para castigar a los cupables.
Pero por el contrario este beneficio procesal de casa por cárcel otorgado en dudosa circunstancias crea una apariencia de injusticia para el pueblo que ha sido víctima de la violencia política y genera un mal precedente pues otros promotores de la violencia política mortal podrían exigir iguales beneficios que los que acaba de recibir Ceballos.
Además de esta controversial medida que causa dudas sobre el poder judicial venezolano, falta saber si algún viento político electorero (cálculo político) ha soplado a favor de que ocurriera una decisión judicial de este calibre.
Nos cuesta pensar que alguien influyente en la Revolución Bolivariana pueda creer que dando libertad parcial total a fascistas guarimberos, el PSUV y sus aliados podrán conquistar votos de opositores conmovidos por esta "ternura judicial".
Dijo el filósofo Terencio: "Nada humano me es extraño"
